martes, 16 de abril de 2013

Boston: in memoriam




Ayer una notificación en mi móvil saltó como un bombazo a primera hora de la noche. La Marathon de Boston se había convertido en una ratonera humana en la que las primeras cifras ya daban muertos y heridos graves.

Alguno de ustedes (vosotros a estas alturas del blog), sabréis que soy un runner devoto a nivel aficionado. Siempre que puedo me sumo a la carrera popular de turno y ya cuento en
mi haber con 8 Medias Marathones corridas y sufridas y un 101 de Ronda en mi honorífico currículum deportivo. Conozco la idiosincrasia del corredor que se prepara durante semanas para el evento deportivo de turno aún a sabiendas de que no va a ganar; que se entrega a entrenos bajo la  lluvia, bajo un sol radiante, o en días donde se encuentra sin fuerzas, vencido por las obligaciones del día a día. Héroes anónimos que desafían a los impedimentos de la sedentaria sociedad del siglo XXI, que se echan al asfalto, que liberan endorfinas y adrenalina, que encuentran la felicidad a través del deporte y la magia que lo envuelvo, que lo universaliza y que lo hace una adicción que no entiende de sexos, razas, discapacidades ni impedimentos.
Debo de reconocer por todo esto que la tragedia de Boston me ha dolido especialmente. Sin ir más lejos hace dos domingos corrí la Media Marathon de Málaga, y este domingo una carrera popular en Alozaina. Imagino las escenas americanas en algunas de las pruebas en las que he participado y no llego a entender como puede haber gente que intente utilizar el escaparate mundial de personas anónimas que no han hecho nada malo para gritar sus nulos argumentos bélicos en forma de arma explosiva.

Esta entrada es mi particular homenaje para esos héroes anónimos que han perdido la vida mientras intentaban superarse a sí mismos. Para todas las familias que mientras esperaban a su ser querido entrar victorioso por la meta se han quedado huérfanos por la pérdida. A tod@s los pacientes que se encuentran en estado crítico disputando esta particular carrera de vida o muerte. A los inocentes que han sufrido amputaciones físicas pero sobre todo un daño psicológico irreparable. Esta entrada es un abrazo para todos los que estaban allí y han mirado a la muerte a la cara, a los que han ayudado a salvar vidas y a intentar poner paz entre el caos. A los cuerpos de seguridad, a los médicos, a las personas de bien que han sufrido viendo o leyendo la noticia a través de los medios.


Posdata: no quiero ser mal pensado…podéis llamarme loco y moralista, pero miedo me da que este atentado (si se confirma al final como tal), sea un acto que tenga relación con Korea del Norte y se convierta en un pretexto para el inicio de una nueva guerra como ocurrió hace ya unos años con las caídas de las Torres Gemelas en el 11-S. Demasiadas maquiavélicas coincidencias. ¿Un circo orquestado?


 

Sea como sea, descansen en paz. 

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