viernes, 29 de enero de 2010

Internet, Salud y Enfermedades Infecciosas: Proyecto Synáptica

(21 Enero ´10)

Arquímedes lo tuvo claro: “dame un punto de apoyo y moveré el mundo”. Por desgracia, en ocasiones ese mundo avanza con más rapidez que lo que lo hacemos las personas, aunque alegra saber que hay mentes que se resisten a los corsés y luchan por un progreso que está a la vuelta de la esquina que no doblamos por miedo a lo desconocido. Sevilla era el lugar elegido para la celebración del congreso organizado por la Fundación Synáptica (http://www.synaptica.es/), y la arcaica Real Academia de la Medicina, el lugar donde la revolución cibernética tendría lugar. A través de este blog recibí la invitación y la verdad es que no me lo pensé, gracias a la hospitalidad prestada por Cristina y Fabián que me abrieron las puertas de su hogar.

Tarde intensa de ponentes y charlas varias (en una de ellas mi blog apareció en una diapositiva: gracias Alfonso), y de algún ilustre bloggero en la sala como Emilenko o cómo hacerse entrenador de Pókemon sin morir en el intento, donde se dejó entrever el futuro que la Medicina deberá tomar cuando las altas esferas se den cuenta que el futuro es aquí y ahora. Una telemedicina que quitará listas de espera y que si se sabe emplear bien y todo el mundo rema en la misma dirección, dará más calidad a un sistema sanitario muy bueno pero con lagunas y grietas que amenazan con dañar. No hablamos de cosas futuristas ni de proyectos a años luz, se habla de una realidad que está en nuestras manos, una realidad que da miedo por lo desconocido, pero el mundo siempre ha avanzado debido a los grandes cambios. Supongo que en su día, la introducción de Dyraya sería un paso que costó dar, y sin embargo, hoy es algo aceptado por todos (siempre que el sistema informático no se quede colgado). Con las nuevas prestaciones que nos ofrece el panorama informático actual, no hay excusas que valgan, los médicos, esa profesión arraigada en la tradición milenario, debemos ser capaces de dar un paso al frente y tomar el testigo de esas mentes privilegiadas que se basan en el inconformismo para seguir creciendo.

Ideas, propósitos y sugerencias las prestadas en una tarde sevillana, de la que salí convencido y ya me he creado mi propio Twitter, una herramienta que aún no domino pero quién sabe si en un futuro no tan lejano será mi caballo de batalla

jueves, 28 de enero de 2010

Freakismo en la Medicina 2ª Parte

Sinceramente no se el perfil del lector de este blog, pero intuyo que es posible que alguno esté en plena vorágine de exámenes de Febrero, así que dejo dos vídeos que pueden ser de utilidad en lo relacionado con la Bioquímica y la siempre complicada de entender técnica de la PCR y de ese "fascinante" eterno mundo por descubrir que es la Cardiología

El primer video es una guía práctica sobre la Cardiología en general y las arritmias en particular. Es un vídeo bastante famoso y a buen seguro que los lectores más avezados ya lo habrían visualizado


El segundo vídeo es más propio de coleccionistas y trata sobre la técnica bioquímica empleada para aislar secuencias de DNA, la PCR, una teoría que por mucho que se estudia es difícil de entender, pero con música quizás sea menos traumático (este vídeo es gentileza del mítico Emilenko y su blog Cómo convertirse en entrenador Pokémon, al cual tuve el placer de conocer en el congreso de Sevilla de Salud, Internet y Enfermedades Virales)



sábado, 23 de enero de 2010

23-E: MIR 2010: LLegó el día

Pese a serlo todo en el mundo del baloncesto, coronando por seis veces como campeón de la NBA, Michael Jordan, posiblemente el mejor jugador de todos los tiempos lo tenía claro: “quién no tiene miedo es un loco, quién trata de superarlo es un valiente”

Mañana es el día tanto tiempo soñado, la jornada que llevaba marcada en el calendario desde que la maquinaria del estudio perpetuo arrancara aún antes de verano, incluso cuando en el mejor de los casos, seis años atrás, cuando aún como púberes adolescentes arrancabais vuestra andadura universitaria con el eterno objetivo del curso a curso, pero siempre con ese temido coloso llamado MIR que acechaba y eclipsaba con su eterna sombra todos los esfuerzos, cada calificación de una carrera injusta, dura y poco gratificante.

Mañana será un día de sonrisas y lágrimas; sonrisas por el final de una época, por el comienzo de otra, por dejar la obligación que lastra a modo de grilletes y encadena a escritorios y libros que quedarán cubiertos de polvo hasta finales de Mayo cuando cada uno empiece a mover sus fichas en esa estratégica partida de ajedrez llamada residencia. Y también de lágrimas ya que este 23 será el última día de ver a amigos que se han hecho familiares a lo largo del codo a codo, de clases, fiestas y coincidencias que se perderán ante la nueva era que arrancará cuando el reloj marque las 16:00h y parezca que todo el mundo que llevas toda una vida construyendo, parezca que se desmorona, ante cinco horas de preguntas y de unas sorpresivas imágenes que no deben angustiar.

La contienda parece ardua: 13.729 “rivales”. La competencia es dura, pero no nos engañemos, al final uno siempre termina compitiendo contra sí mismo. Y es que cuando uno lo da todo en el campo de batalla, la mayor gloria posible es morir en el fragor de la guerra. Pese a la trascendencia del porcentaje, ya que la prueba de mañana supondrá el 75% de la calificación final, lo único que quedará al final de todo esto es lo trabajado día a día desde que el Decano de turno diera la bienvenida en esa casa que creíamos suya, pero de la que terminamos adueñándonos.

Este mensaje, debe de ser un discurso de optimismo, debido en parte a la objetividad que da la distancia. Mañana hará 364 que un humilde servidor pasara la anestesiante experiencia de unos de los días más traumáticos de su vida. El miedo es un sentimiento que se retroalimenta a sí mismo; es inevitable tener el corazón arrítmico, los intestinos con hiperperistaltismo, pero desde la sabia visión que da la distancia os puedo aconsejar y os aconsejo, que la de mañana será tan sólo una prueba más de ese eterno examen que es la vida. Porque llevamos toda la vida superando marcas, desde que arrancáramos nuestra escolaridad, siempre copando primeros puestos para optar a una nota de corte que nos permitiera entrar en una prohibitiva carrera, en exámenes y más exámenes continuos a lo largo de seis años de carrera, de reválidas continuas que parecen tener su momento álgido en el día de mañana,… pero estamos muy equivocados. El partido más importante es el próximo, y debido a lo que somos, médic@s, hemos decidido estar en una continua evaluación, en un examen eterno en el que para nada importa lo que hemos hecho hasta la fecha, sino lo que nos queda por hacer. Mañana será el MIR, el 20 de Mayo la incorporación al servicio, más adelante nuestra primera guardia, para ir quemando cada una de las innumerables etapas que nos quedan por superar hasta colgar simbólicamente un fonendo que quedará tatuado a fuego lento en nuestro cuello.

Mañana, cuando queden cinco minutos para que el cronómetro de cinco horas empiece a contar, seguramente nos demos cuenta de nuestra ignorancia, pero desde aquí, y tras 6 meses de trabajo, os informo de algo que me he percatado: sabemos mucho más de lo que creemos saber, pero también ignoramos muchísimo de lo que en su día sabremos. Así, que aunque suene frívolo y paradójico, disfrutad del día de mañana, porque para muchos de ustedes, será el último y único MIR, antes de empezar a trabajar y darse cuenta de que la medicina no es esa fábula que nos han contado tediosamente a lo largo de los años, sino un arte mágico que iremos descubriendo cada uno en el trabajo diario, en las caídas que nos tiren al suelo, y en las veces que recobremos el pulso, y es que si te caes siete veces debes levantarte ocho.

El mejor premio que cada uno de vosotros se puede llevar mañana es salir con la conciencia tranquila, y es cuando uno lo da todo, no hay peros que valgan, no importará el puesto final, ni la elección, ni el destino,… ya que pese a los temores iniciales y pese a los dimes y diretes que surgirán en torno de vuestra elección, tan sólo cada uno tendrá la patria potestad de gobernar la vida que ha elegido. Uno de esos maestros que marcan la infancia de cada escolar, me dijo que uno siempre tiene que proponerse ser el mejor en lo que haga: así que mañana, intentar superaros sin importar lo que hagan el resto de compañeros, disfrutad de la noche, de los meses ociosos que os habéis ganado, e intentad ser los mejores en el día a día profesional que os espera a la vuelta de esa esquina que creíais jamar ser capaces de doblar, sin perder jamás el rumbo, sin olvidar quién somos, de dónde venimos, y que somos yo y mis circunstancias, las amistades que nos acompañan, nuestros compañeros y un entorno al que deberemos saber adaptarnos.

Así que compañeros, mis R0 del presente inminente, disfrutad del día de mañana como si fuera el último de vuestra vida, y ante todo no consigáis que nadie os amargue, la vida es muy larga y uno siempre debe de luchar por hacer que sus sueños se hagan realidad, así que si por cualquier motivo, mañana no es el día, este tren llamado MIR parte todos los años, y a buen seguro que siempre esperará a un tripulante de lujo como esos niños que un día pensaron que querían ser médicos, unos luchadores a los que la gloria del Olimpo les está esperando.


La suerte sólo aparece cuando el trabajo se hace correctamente; así que a buen seguro que mañana la diosa fortuna os hará un guiño. Desde aquí, un humilde servidor brinda por todos y cada uno de vosotros mientras está de Guardia.


miércoles, 20 de enero de 2010

Violencia de Género: mi primer gran debate ético


Hay cosas que no vienen en los libros, emociones que no se pueden aprender en horas y horas de estudio en frías bibliotecas. Y es que la Medicina es un arte dual en el que la mayoría de las veces como diría Voltaire, “el arte del médico consiste en mantener entretenido al paciente mientras la naturaleza va curando su enfermedad”, pero en otras, la relación médico-paciente, esa empatía de la que tanto se habla es capaz de despertar en el interior de uno la chispa de la intriga y hacer quitar burkas, máscaras y velos que esconden terribles verdades que se disfrazan en falsos motivos de consulta.

En un día intenso de guardia, en el que tres de mis pacientes tuvieron que pasar urgentemente por quirófano y siete tener que ser ingresados en Observación o en las respectivas plantas debido a la gravedad de sus enfermedades, iba a tener un caso capaz de eclipsar al resto del día, uno de esos casos que sin saber cómo ni por qué, consiguen encender las alarmas y hacer sonar unas bocinas silenciadas ante el stress y la obligación de ver a un paciente tras otro.

Siempre habían dicho que la anamnesis, la entrevista clínica y la observación visual eran iguales o más importantes a la hora del diagnóstico que las futuristas pruebas complementarias de imagen, que etiquetan, que ven lo que se escapa a los ojos humanos. Siempre lo había escuchado, pero esa sentencia la tenía puesta en duda, pero me estoy dando cuenta que en esto de la Medicina, no siempre se cumple el dicho de que ojos que no ven corazón que no siente.


Tras llamar a una paciente, me encuentro a una mujer nauseosa, con vómitos continuos de rostro desencajado, que acude junto a su pareja que la sostiene del brazo con cara de extrema preocupación, mientras le cuesta andar para llegar hasta la consulta. Tras las presentaciones iniciales, uno se encuentra con que la paciente ya había estado en Urgencias cuatro días antes, fenómeno que siempre incomoda debido a que suelen ser pacientes rebotados que ya han esperado horas de espera y a los que el tratamiento no termina de hacerle efecto, o que arrastran un diagnóstico erróneo. Mi nueva anónima paciente acudía por un dolor de cabeza que no cedía con la medicación, mareos, vómitos y parestesia de hemicara izquierda, teniendo como antecedente un traumatismo craneoencefálico el día que acudió con anterioridad a Urgencias en el que se le hizo una radiografía y se le descartó cualquier fractura ósea. Ante la nueva clínica que se había iniciado hace horas, uno siempre tiene que ponerse en lo peor, y sospechar en una hemorragia cerebral secundaria al traumatismo, que suele dar la cara 48-72 horas después del traumatismo inicial.

Pero los síntomas no lo son todo: intentando profundizar en la historia contada, observé como la paciente, cada vez que le preguntaba contra que se había golpeado, ante lo que se limitaba a contestar que había sido ella mismo, se despertaba un nerviosismo e incluso llanto a la hora de dar la respuesta. ¿Intento autolítico? Es posible: uno ya ha visto que hay gente desesperada, deprimida, capaz de hacer cosas que se escapan a la mente humana. Pero en la visión de espectador de lujo que tenemos los médicos, capaz de presenciar relaciones interpersonales de gente que desconocemos, uno puede dar detalles que se escapan a simple vista. Mientras la paciente hablaba, lloraba y vomitaba en consulta, me llamó sospechosamente la actitud de su pareja, que se empeñaba en mostrar su aprensión, acariciándole el pelo, dándole unos ánimos que sin saber cómo ni por qué no me parecían sinceros. Como en el cuento infantil, parecían migas de pan en un camino secreto que me parecía estaban ocultando, un camino que terminó por alarmarme en una de las veces que la pareja de la paciente se dio la vuelta para coger papel para limpiar a la paciente, en la que vi como la mirada de esta se volvía fría como un témpano y al menos, en lo que me pareció crucificaba a su acompañante, que en todo momento se mostró preocupado en la Consulta.

Tras horas de espera y un TAC tranquilizador en el que se descartaba lesión interna, quería ser capaz de quedarme a solas con una paciente que tenía en su pareja a una sombra que siempre estaba a su lado. Tras consultar con los Adjuntos la sospecha de una posible violencia de género, éstos me indicaron que en plena jungla de la Policlínica esos menesteres se escapaban de la misión del médico, pero yo no me quedaba tranquilo dando el alta a una paciente sobre la que sospechaba una duda, y no quería llevármela a casa con la eterna duda, así que previo consultorio con mis compañeros residentes, volví a meter a la pareja en la consulta para explicarle que todo estaba bien, sin saber exactamente cómo iba a poder quedarme a solas. El médico tiene que ser a veces un buen actor, y haciéndome el despistado le indiqué al acompañante que me haría un gran favor si acudía a enfermería para que le dieron un analgésico para aliviar los dolores de la paciente: como sospechaba y en su intento por mostrar su preocupación, el pez mordió el anzuelo y tuve cinco minutos para quedarme cara a cara con la paciente. Tras indicarle que si quería contarme algo, que si necesitaba algo, que si podía ayudarle, la paciente rompió a llorar, y mirándome a los ojos me dijo que sabía por dónde iba, y tras unos eternos segundos de silencio me reconoció que su pareja le había agredido. A uno que nunca se había enfrentado con la dura realidad del maltrato, no sabía cómo afrontar un tema tan delicado como este, así que dejé de hablar como persona con bata y fonendo y le intenté hablar de igual a igual, de tú a tú, aconsejándole que tenía que denunciar, que podíamos ayudarle, a lo que la paciente se negó debido a que por si religión musulmana si denunciaba y se enteraba su familia se iban a desencadenar una serie de peleas y agresiones que prefería tapar. Los médicos no somos nadie para imponer decisiones, y mucho menos en algo tan privado en una lacra como esta, pero tras hablar sinceramente con ella, acordamos una cita con Salud Mental a la que podría acudir sola para hablar sin prisa pero sin pausa con un profesional que sin duda pudiera orientarla en sus miedos para intentar poder reconducirlos, ante lo que la paciente parecía encantada y agradecida.

Pero la consulta no iba a ser un eterno confesionario y la puerta se abrió para que la pareja entrara de nuevo rompiendo un clima de confidencia. Llegaba el turno de dar un alta no explícita para dejarle las migas de pan al especialista que recibirá si todo sigue su curso natural a la paciente, para no quedar escrito tal cual en un papel que puede caer en manos de su pareja. Llegaban el turno de las despedidas y la pareja me tendió su mano agradeciendo el servicio prestado, mano tendida que uno tiene que recoger, y respondiendo las gracias de una paciente con un sincero abrazo, una paciente que no salió curada, pero que al menos quizás empezó a encontrar luz en un túnel demasiado oscuro para esos protagonistas anónimos que llenan las listas más vergonzosas de una de las lacras que lastran a una sociedad enferma.


Un caso entre otros, pero mi primer caso en el que realmente se me abre un debate ético. Y es que hay lecciones que no se aprenden en los libros y con este caso di un máster acelerado de la Medicina, la ética y me replanteó cuántos pacientes pueden acudir a consulta médica para intentar recibir una ayuda que por diversos motivos pueden esconder en un silencio anclado por el miedo, y del que por desgracia, muchas veces somos incapaces de destapar.



miércoles, 13 de enero de 2010

32 Horas o cómo no dormir en el intento

(12 Enero ´10)


Hay un derecho en el ámbito de los residentes, que escrito o no se suele cumplir con fervorizada religiosidad, que no es otro que tomarse el día después de una guardia de 24 horas como Saliente, en la mayoría de los casos tirados en el sofá, en otros, directamente en la cama y los más osados incluso se atreven a hacer vida normal y entrar y salir si las ganas se lo permiten.

Pero hay casos en los que uno no se puede tomar un saliente, bien sea por sugerencia del propio servicio, o por responsabilidades laborales adquiridas ante unos pacientes que no pueden esperar a tu descanso, o como fue en esta nueva experiencia para mí como un capricho del calendario rotacional, que tiene un Enero cogido en alfileres entre Navidades, asuntos propios, guardias y salientes. A modo de gratitud y como en los pocos días que he asistido a la Unidad de Paliativos me he sentido como en casa, me vi auto-obligado a no tomarme el saliente y empalmar una buena “fiesta” a modo de guardia, para con la resaca propia de las grandes noches enganchar con una jornada laboral que resultó ser una pequeña tortura china, y es que para poder aguantar 32 horas trabajando tan sólo habiendo dormido tres horas (que se ven reducidas en noches como ésta en la que te toca un tenor de turno que con sus ronquidos hace tambalear las literas del cuarto de residentes) hay que entrenar y hasta la fecha no lo había realizado y creo que no lo realizaré.

Como no estaba para muchos trotes y pasar la planta es algo más estático, decidí salir a realizar los avisos domiciliarios de pacientes terminales, un pequeño descanso, ya que entre paciente y paciente, entre visita y visita daba una cabezadita que me daba la vida antes de ver a unos pacientes que por desgracia ven como la misma se les escapa de las manos, entre las risas de un adjunto que me veía dar cabezadas con alto riesgo de luxación cervical.

Guardia, trabajo y como guinda al pastel, acudir a una Sesión de Medicina Basada en la Evidencia, en una misión no apta para corazones dolientes… menos mal que este fin de semana, y a modo de kit-kat estará Liverpool que nos espera con su glaciar bienvenida a modo de frío y nieve

sábado, 9 de enero de 2010

Rotación I, Diciembre ´09: NEUMOLOGÍA

Era el momento de hacer la maleta mensual y recorrer en la caravana hospitalaria la mayor parte de los servicios que componen ese coloso llamado Medicina. Una roulotte que nos tendrá ocupados durante los próximos dos años y que tenía su punto de partida en Neumología, un servicio que prometía, en Diciembre, en pleno pico de procesos gripales, en lo que a priori se preveía como una rotación interesante, que al final ha dejado más sombras que luces.

Y es que cuando a uno le dan el planning rotacional deben de poner una nota de aclaración con la siguiente leyenda: “Bienvenido a las guardias estudiantiles”. Para uno que va con la esperanza de seguir la rutina adquirida de responsabilidades tanto en las guardias como en el Centro de Salud, supone cierto freno encontrar la barrera al llegar a un monstruo como el Carlos Haya del que sólo conoces el funcionamiento del sótano -1 donde está el servicio de Urgencias, y descubrir que vuelves a retroceder en el tiempo cual dejavú para volver a ejercer de secretario, de mero escribiente cuya función se limita a poco más que rellenar papeleo, pedir máquinas de oxígeno y ser testigo callado del trabajo de otro (por otra parte, todas ellas funciones imprescindibles para el aprendizaje).

Los martes que era el día fijado para acudir a la rutina hospitalaria se vieron reducidos a tan sólo uno destinado a la realización de pruebas funcionales: test de la marcha, espirometrías, test de esfuerzo… Un martes de guardia, otro de saliente y el último justo antes de la Navidad en los que tanto Unidad de Tabaco, como Unidad del Sueño se encontraban cerradas hasta nuevo aviso, y de las que algún día haré un hueco para acudir
No hay mal que por bien no venga, y uno siempre debe aprender a nadar contra corriente: aspectos positivos sacados del mes: la prescripción y uso correcto de la aerosoleterapia, aprender las indicaciones para derivar al especialista, manejo de las patologías respiratorias más frecuentes, clínica y tratamiento,…

Quizás el problema de esta rotación inaugural haya sido el mes, Diciembre, festivo donde los haya, en los que entre guardias, salientes, festivos y asuntos propios, la rotación en el amplio sentido de su palabra se ha quedado reducido a muy pocos días, y la mayor parte de ellos en el CARE, en la Consulta de Neumo, que tan sólo es el anexo del Centro de Salud llevado a su mínima expresión, en la que el arte del médico se reduce a asma, EPOC y SAOS. Y quizás eso, y la brevedad de la rotación, en la que 30 días son tan sólo un aperitivo, ha hecho de esta primera experiencia poco más que un gatillazo.

lunes, 4 de enero de 2010

El año promete

(escrito el 3 de Enero ´10)

Si se cumple el dicho de que lo que mal empieza mal acaba, el 2010 a nivel laboral puede ser de traca si nos atenemos a la Guardia del día 2 que estaba marcada en el calendario bajo un halo rojo intenso en ese Hospital Civil que es la nodriza malagueña.

Todos los factores se habían encadenado: dos días seguidos de fiesta sin centros de salud, que el cielo diera una tregua, dejara de llover y luciera un sol radiante, y venir de una Nochevieja de esas para recordar aún en estado semiestuporoso, eran los ingredientes perfectos para hacer de la misma una guardia dura, pero como defiende Murphy, cuando algo va mal puede ir peor, y así fue, con una mañana de calma tensa, una tarde de no parar, una noche con la lengua fuera, y directamente una madrugada para ponerse un Diacepan de 10mg sublingual y olvidar.

Y es que se nota cuando uno puede trabajar relajado a cuando la lista de espera que se agolpa detrás de la consulta se hace interminable. Para servidor, que tiene una media digna de entorno los 30 pacientes vistos por Guardia, ver 44 marcaba un hito a destacar para empezar un año en el que poco a poco habrá que ir cogiendo más responsabilidades

Y especial stress da en lo referente a las Guardias del Civil el rango de entre las 3 y las 4 de la madrugada, hora a la que los adjuntos se van a dormir y te dejan como única cabeza galénica presente, pero el día aún tenía un anticipado regalo de Reyes esperándome: las adjuntas (plantel íntegramente femenino) decidieron irse media hora antes ya que debían de ser las únicas que estaban cansadas, y la gente que parecía oler la sangre en el ambiente, decidió misteriosamente que esas horas de la madrugada debían de ser las idóneas para precisar asistencia médica, así que los pacientes empezaron a agolparse en la sala de espera apareciendo hasta 12 pacientes en pantalla para una única bata que no daba abasto, y que en vez de abandonar el barco hasta las cuatro, hora a la que te dan el relevo para dormir, se quedó emulando a los músicos del Titanic y estuvo hasta las 5:30h tocando de la mejor manera la partitura que los pacientes traían consigo


Llevamos sólo dos días del 2010 pero como decía Mecano, hoy no me puedo levantar

viernes, 1 de enero de 2010

Feliz 2010

Supongo que estaréis ya hartos de tantos mensajes navideños y de próspero año nuevo, así que seré breve: espero que todo os vaya muy bien en este año que hoy arranca, porque seguramente os lo merecéis
Y para que veais mi espíritu jovial, aquí os dejo un enlace de un video para que os animéis