domingo, 28 de junio de 2009

San Juan Año I

(escrito 24 de junio de 2009)

Primer San Juan que paso realmente lejos de los míos, en Málaga, y para más Inri saliente de guardia, aunque con la gentileza de recibir la libertad bajo fianza a las 0:00h, cuando el calendario dejaba atrás un duro día de guardias en la Policlínica, a pie del cañón y sin más arma que mi fonendo

Para alguien como yo que más que a la playa está acostumbrado a ese mar de olivos que riegan las tierras patrias, vivir una noche de San Juan en una ciudad costera como es Málaga, es una nueva experiencia en este frenético inicio de etapa. Hasta la fecha, en medio siglo de vida, no había vivido una noche de San Juan, y desconocía términos como los de moraga, una palabra que no existía en mi diccionario personal. ¿Qué es realmente una moraga? según la RAE en su segunda acepción, la moraga es en Andalucía el "Acto de asar con fuego de leña y al aire libre frutas secas, sardinas u otros peces" un concepto sacado de contexto, porque como es la norma de estos últimos años, es una excusa para que la gente se reúna y pase un buen rato, en la orilla del mar, con sardinas, barbacoa y sobre todo un alcohol que como digno compañero, no puede faltar en una fiesta.

Cuando por la mañana los compañeros del trabajo me invitaron a la moraga que se iba a hacer, uno pone cara de póker. ¿Moraga? Estoy de guardia, imposible, aunque aprovechando un símil musical, como dirían Azúcar Moreno, sólo se vive una vez, así que a las 0:00h con pulcra exactitud, uno cambia fonendo y bata por chanclas y bañador, para dejarse influir por la magia de una noche de verano Shakesperiana.

A pesar de ser San Juan, se trata de una fiesta totalmente pagana. Con la llegada del solsticio de verano, medio mundo aprovecha la noche más corta del año para celebrar la llegada del calor con rituales, prácticas y costumbres que parecen estar basadas en celebraciones precristianas. San Juan es el santo más festejado de toda Europa y el día en el que millones de Juan, Joan, Jean, John, Iván, Sean... conmemoran su onomástica.
La noche de San Juan significa el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Por eso, el sol, el fuego, el agua y las hogueras son los protagonistas de la fiesta. Al llegar la medianoche, la tradición invita al baño para mantenerse guapo, sano y afortunado los próximos doce meses. El ritual incluye la quema de júas, unos muñecos que representan todo aquello de lo que te quieres desprender del último año.

(20 Minutos)


Una noche mágica, adornada por la brisa de una playa que iluminaba más que nunca, con sus ascuas, sus hogueras, sus saltarines y valientes nadadores, que buscaban en el cumplimiento de los rituales típicos, un salvoconducto para la felicidad el resto del año. Una noche, que pese a ser la más corta del año, es intensa como pocas, y tiene luz propia y voz, en los fandangos y bulerías que decoran una buena compañía

Esta es, la Moraga Año I

lunes, 22 de junio de 2009

Domingo de Adrenalina

(escrito el 14 de Junio de 2009)



Cuando Dios hizo el reparto de dotes físicas, debí llegar tarde a la cita. Nunca me he caracterizado por la astucia física: trepar, escalar, coordinar… son atributos que se escapan para mi persona.
El fútbol, tenis o el atletismo suplen con creces esos defectos, pero por primera vez en mi vida (cosa que se va sucediendo con frecuencia en esta nueva etapa de mi vida), he emprendido la aventura de realizar un descenso de cañones. La presa no era fácil, ya que el miedo es un fiel compañero de viaje cuando de superar metas se dispone, pero cierto es también que el deseo vence al miedo.
Nunca me había planteado la opción de realizar dicha actividad, pero aprovecho este humilde blog para recomendar a todos sus lectores que si alguna vez tienen la oportunidad de realizar este tipo de actividades que no dejen escapar una valiosa oportunidad de superarse y de entrar místicamente en contacto con una naturaleza preciosa, que tenemos tan cerca y que tan desconocida nos es.

El río Verde es uno de esos paraísos que nos empeñamos en buscar lejos de la tierra propia y que en cambio están entre nosotros esperando a ser descubiertos. Concretamente está situado en Otivar (Granada), a unos 20 kms de Almuñecar.
Un domingo alternativo que merece ser recomendado y que desde aquí animo a probar. Tras andar cerca de una hora adentrándote en el corazón del barranco, uno se enfunda un traje de neopreno que le será imprescindible a la hora de acometer la misión de realizar el descenso del río. Saltos de 10 metros al vacío, rafting… más de 6 horas de emoción y adrenalina supervisados en todo momento por profesionales que te guían cual lazarillo en una aventura que termina por conquistarte.
Aquí os dejo el enlace de la empresa con la que lo hice y un vídeo ilustrativo. Si yo lo he hecho…, Yes, we can! Muchas ganas, fuera miedo, y ¡a gozar!

http://www.aljibe.com/actividades/itidesce/itides5.htm



domingo, 14 de junio de 2009

Jugando a ser Dios

(escrito el 12 de Junio de 2009)




Todos los cuentos suelen tener un final feliz en el que sus protagonistas, previa sonrisa en rostro, comen perdices y fueron felices. Una narración que sigue una trama argumentada desde sus orígenes: una introducción en la que se adentra la historia en sí, un nudo en el que casi siempre parece que el malo va a ganar, y un final en el que los sueños del malvado se desvanecen para vanagloriar a un protagonista que siempre acaba con sus objetivos, que en la mayoría de las ocasiones, se sellan con un beso de su amada. Siempre se recuerda el resultado final, ese colorín colorado que hace perder el sentido global de las situaciones. Todo acaba porque antes ha empezado, y casi siempre, ese punto de partida es el gran olvidado cuando uno alcanza cotas que por lejanas y ansiadas, son capaces de eclipsar los pasos con los que se he conseguido alcanzar esa meta.



La vida está marcada de día señalados en el calendario, en ese conjunto de efemérides personales que serán recordadas y contadas cuando bastón en mano, paseemos con esa torpeza tan propia que da el paso de los años, una experiencia que será el mejor regalo que se le puede dar a aquellos que quieran escuchar.




La vida es el compendio continuo de primeras veces, de vencer mitos y superar el miedo a lo nuevo, al abismo de lo desconocido. La semana pasada tuve como ya he contado en este blog, mi primera prueba de fuego, la primera Guardia de las muchas que me esperan en un futuro que ya se ha hecho presente. Una toma de contacto que no era nada más que un aperitivo, ya que todo el día tuve a mi lado a mi mecenas, a ese R2 de turno que en mi caso fue Tudor, que por su desparpajo parecía ser adjunto, si se comparaba sobre todo con los nervios del novato primerizo que veía como los acontecimientos se concatenaban en su vida sin ser capaz de tomar las riendas. Aprovechando símiles taurinos, de los que voy a recurrir a dos: “quién no se arrima no abre la puerta grande”, y “hay que coger el toro por los cuernos”, compararé la realidad en la que vivo inmerso. No tiene sentido dilatar lo inevitable, alargarlo como un chicle; es mejor romperlo con intención, que dejar que las leyes de la física tomen el mando y terminen por fragmentar la goma de mascar.



Llegaba el turno de perder la “virginidad”; seis años y medio de mucho estudio, de enfrentarme constantemente a esos pacientes imaginarios que se agolpan en libros y apuntes, en horas tostándome bajo un flexo, en años de prácticas en las que nunca fui el actor principal ni siquiera secundario, de ser el telonero de una función a la que estaba llamado a actuar. Ese día en el que iba a penetrar ese himen inmaculado con la realidad, tenía fecha y lugar, en un caluroso jueves 11 de Junio en las Urgencias del Hospital Civil de Málaga. 24 días dan para mucho, pero en mi caso, las de este jueves estival sirvieron para demostrarme a mí mismo que querer es poder. Tras medio día de margen en el que aprendí a utilizar los novedosos programas informáticos con los que está protocolizado el servicio de Urgencias del Hospital Civil ( y de los que algún día hablaré detenidamente), llegaba el turno de desenfundar el fonendo sin más ayuda que los conocimientos de los que uno está continuamente dudando tener, de dejar de ver los toros desde la barrera y saltar a ese albero, a esa escuela de la vida que te curte, a esos miuras llamados pacientes, a esa realidad que he ido esquivando y que ha terminado encontrándome en mi intento de ganarle la partida. La luna estaba quitándole protagonismo a un sol cansado de lucir por este día, cuando por fin me sentí un médico de verdad (verde e inexperto, pero médico a fin de cuentas). Cuando uno, acompañado con la soledad feroz que es el miedo a no estar a la altura descuelga el teléfono y marca el 21 para hablar con el celador para decir que pase a su primer paciente a la consulta 7 en la que esperas con más angustia que el propio enfermo, uno siente que algo ha cambiado en su vida. La responsabilidad significa libertad, por eso, la mayoría de los hombres le tiene tanto miedo. Y es que ser responsable significa odiar la ignorancia y luchar por tus sueños y futuros.



Esa lucha empezó este 11 de Junio, y acabe como acabe el cuento, éste será mi “Érase una vez un joven soñador cansado de tanto soñar…”. El día en el que por primera vez me sentí realizado profesionalmente, en el que por primera vez me llamaron doctor, en el que por primera vez me dieron las gracias por los servicios prestados, en el que por primera vez sentí, que el esfuerzo termina dando un fruto por el que merece la pena aferrarse a los sueños.

Quiero dejar mi último mensaje del día con la metáfora (cómica, todo sea dicho) de este video. Como se argumenta en el mismo: si quieres puedes. Yes, we can!!!!




martes, 9 de junio de 2009

Summer Party

Llegó la ansiada quedada de bienvenida, ese cocktail idílico en primera línea de playa, en el elitista Café del Sol, gracias a la gentileza de nuestros R mayores que abrieron sus brazos para recibir a sus nuevos y ya criados hermanos.

La primera gran prueba de fuego, la toma de contacto oficial tras varias tentativas en falso a modo de discursos de bienvenida o falsas convocatorias a cursos fantasmas tomó cuerpo. La noche de un viernes estival era el día marcado en el calendario, para que previo paso por botellón en pleno paseo marítimo, el grueso de nuevos compañeros nos fuéramos conociendo y entablando unos lazos que a buen seguro en un futuro enlazarán a más de uno.

Lo bueno se hace esperar, y han tenido que pasar dos semanas para una fiesta que no decepcionó, pese a los lógicos grupos iniciales claramente diferenciados. Málaga es una ciudad con Facultad de Medicina, y muchos de los residentes han estudiando en esta (y en muchos casos suya) ciudad, por lo que ya hay amistades arraigadas en esa siembra sobre terreno fértil que es el paso del tiempo. Además del frente boquerón, otro frente oteaba el horizonte, el rente granaíno que ansiaba conocer la tan famosa y refrescante noche malacitana.

Una noche de anécdotas y presentaciones, donde lo inesperado puede ocurrir. Uno puede hablar con efervescente interés sobre Goku con dos elementos de dibujos animados, y también encontrarse con Tudor cuando la noche deja de ser tal y coquetea con un nuevo amanecer, para estirar una fiesta de las de antaño, en la que el buen ambiente y el Beefeater fueron las notas de una partitura acompasada que amenaza con convertirse en una melodía digna de los grandes clásicos; música celestial en manos de unos músicos, los nuevos residentes del Carlos Haya, que amenazan con hacer las delicias del mismísimo Beethoven.

La eternidad está aquí y ahora, en esa playa, en ese grupo, en todo lo bueno y malo que está aún por llegar. Si puedes permanecer siempre en el presente serás un hombre feliz

Damas y caballeros, compañeros y amigos todos, alcen sus copas. ¿Acaso hay algo en la vida que no merezca celebración?



domingo, 7 de junio de 2009

Alto Standing

(escrito el 4 de junio de 2009)

Algún día me informaré minuciosamente de la Industria Farmacéutica, un coloso callado capaz de mover con sus hilos invisibles una cuantía económica que por lo inesperado de su montante da miedo.

Llevo ya dos semanas “trabajando” en el Centro de Salud, y a diario se reciben las efusivas visitas de los comerciales de los distintos laboratorios de turno que con su pomposidad y buenas formas, bajo esos trajes impolutos y una sonrisa de anuncio, intentan vender unos productos que en todos los casos parecen ser innovadores, milagrosos, un prodigio al servicio de la humanidad.

Tras acumular en este escaso tiempo todo un material que da para montar una librería, en la que se acumulan libros, libretas, bolígrafos, cuadernos y hasta un protector para el bolsillo de la bata, sin duda, la invitación de este jueves ha sido la más fastuosa y de categoría, una prostitución en toda regla a la que es muy complicado (en mi caso, por lo novedoso, imposible) decir NO. Y es que la tentación puede más que la cordura, y cuando a uno lo invitan a un recinto idílico donde el paraíso parece hacerse terrenal, rodeado de corbatas y celebridades de la materia, uno queda cegado por los destellos del glamour de la yet set farmacéutica, que con su red de lujo teje una maraña de la que no puedes escapar.

Más que una charla, fue un evento, una reunión donde tras una exposición de hora y media sobre el fármaco en cuestión, se dio paso al desenfreno de la bebida, a unos suculentos 25 entrantes donde el caviar se codeó con langostinos, ibéricos y demás productos que hacían lubricar, como a los perros de Pavlov, a los paladares ávidos de orgasmos culinarios. Unos entrantes amenizados por sus correspondientes y elitistas postres que podían ser acompañados con una copa en la mano. Todo un derroche al alcance de ese grupo de elegidos, que directa o indirectamente nos encontrábamos en la Hacienda del Álamo

La majestuosidad de los árboles no deben impedir contemplar la belleza de un bosque. Lícito o no, si algo me quedó claro en la noche de este jueves, es que el Manidipino, fármaco antihipertensivo es bueno, y mucho más con el estómago lleno
"La moral es la higiene del alma"

viernes, 5 de junio de 2009

La Unión hace la Fuerza

(escrito el 2 de junio de 2009)

Tan sólo tiene la capacidad de decepcionarte aquel al que estimas. No hiere quién quiere sino quién puede, y en la mañana del martes, ese coloso llamado Carlos Haya decepcionó a sus 70 nuevos residentes de primer año, en una demostración de debilidad, mala organización y dejadez, una mala praxis de la casa que nos verá crecer, y que no ha mostrado demasiado tacto a la hora de recibir a sus nuevos pupilos.

Sobre la bocina, y en el anonimato de la red, se nos convocó por fin al esperado curso de Urgencias a escasas horas de su inicio, pero para sorpresa de los presentes, nadie acudió a la cita y quedamos plantados cual galán rechazado en su cita. Era el turno de los dimes y diretes, de donde digo Diego…, de echar mano al arsenal de excusas e improvisaciones, o al menos a eso sonó la retaila de justificaciones con las que intentaron calmar nuestros crispados y efervescentes ánimos, y es que hay mentiras que sientan tan bien que parecen verdades ocultas.

Tras escuchar la declaración en el estrado de los imputados, a uno le queda claro que la información siempre puede estar sesgada, y que cuando dos versiones se contradicen, es probable que ambas estén erradas. No hay inocentes, tan sólo diferentes grados de responsabilidad; no se puede dar una versión de que hay problemas al homologar el curso, y por otro lado informar de que el problema es por motivos de infraestructura en el que faltan aulas. Lo único claro es que algo huele a podrido, y que parecen que se están pasando la pelota para organizar un curso que por lo necesario que es de cara a nuestra incorporación a ese tiovivo que son las guardias, es más que justificado.

Pero si para algo sirvió la convocatoria fantasma, fue para que nuestro espíritu revolucionario entrara en fase ardor guerrero. La masa es un monstruo con una sola cabeza, pero nuestra masa está llamada a ser un ente que derribe mitos y consiga superar los impedimentos que surgirán en el camino, y que por desgracia han aparecido antes de lo esperado. Aprovechando el puyazo de la impotencia, y en un conato de motín, embestimos cual miura en puerta gayola, ante esa nueva Ley que nos limita a los R1 en la que se nos prohíbe firmar partes, recetas o altas, y que nos deja relegados siempre a la figura de un adjunto que está en su derecho de lavarse las manos y hacer estéril nuestro trabajo.

La unión hace la fuerza. El de hoy ha sido el primer Round de esperemos un combate corto. Tras escuchar las explicaciones y alguna otra disculpa se dejó el partido en tiempo muerto, hasta una próxima contienda, en la que esperemos que la sangre no vuelva al río, y la lógica venza al caos. Cierto es que organizar un coloso como el Carlos Haya no tiene que ser fácil, pero querer es poder.


Real Decreto 183/2008
CAPÍTULO V

Deber general de supervisión y responsabilidad
progresiva del residente

Artículo 14. El deber general de supervisión.

De acuerdo con lo establecido en el artículo 104 de
la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, en el
artículo 34.b) de la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de
cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud y en
el artículo 12.c) de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre,
toda la estructura del sistema sanitario estará en disposición
de ser utilizada en las enseñanzas de grado, especializada
y continuada de los profesionales.
Dicho principio rector determina que las previsiones
de este real decreto y las que adopten las comunidades
autónomas sobre los órganos colegiados y unipersonales
de carácter docente, se entiendan sin perjuicio del deber
general de supervisión inherente a los profesionales que
presten servicios en las distintas unidades asistenciales
donde se formen los residentes. Dichos profesionales
estarán obligados a informar a los tutores sobre las actividades
realizadas por los residentes.
Los responsables de los equipos asistenciales de los
distintos dispositivos que integran las unidades docentes
acreditadas para la formación de especialistas programarán
sus actividades asistenciales en coordinación con los
tutores de las especialidades que se forman en los mismos,
a fin de facilitar el cumplimiento de los itinerarios
formativos de cada residente y la integración supervisada
de estos en las actividades asistenciales, docentes e
investigadoras que se lleven a cabo en dichas unidades,
con sujeción al régimen de jornada y descansos previstos
por la legislación aplicable al respecto.

Artículo 15. La responsabilidad progresiva del residente.

1. El sistema de residencia al que se refiere el
artículo 20 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, implica
la prestación profesional de servicios por parte de los titulados
universitarios que cursan los programas oficiales
de las distintas especialidades en Ciencias de la Salud.
Dicho sistema formativo implicará la asunción progresiva
de responsabilidades en la especialidad que se esté
cursando y un nivel decreciente de supervisión, a medida
que se avanza en la adquisición de las competencias previstas
en el programa formativo, hasta alcanzar el grado
de responsabilidad inherente al ejercicio autónomo de la
profesión sanitaria de especialista.
2. En aplicación del principio rector que se establece
en el artículo anterior, los residentes se someterán a las
indicaciones de los especialistas que presten servicios en
los distintos dispositivos del centro o unidad, sin perjuicio de
plantear a dichos especialistas y a sus tutores cuantas cuestiones
se susciten como consecuencia de dicha relación.
3. La supervisión de residentes de primer año será
de presencia física y se llevará a cabo por los profesionales
que presten servicios en los distintos dispositivos del
centro o unidad por los que el personal en formación esté
rotando o prestando servicios de atención continuada.
Los mencionados especialistas visarán por escrito las
altas, bajas y demás documentos relativos a las actividades
asistenciales en las que intervengan los residentes de
primer año.
Las previsiones contenidas en este apartado se adaptarán
a las circunstancias específicas de supervisión en
las especialidades cuya duración sea de un año.
4. La supervisión decreciente de los residentes a partir
del segundo año de formación tendrá carácter progresivo.
A estos efectos, el tutor del residente podrá impartir,
tanto a este como a los especialistas que presten servicios
en los distintos dispositivos del centro o unidad, instrucciones
específicas sobre el grado de responsabilidad de
los residentes a su cargo, según las características de la
especialidad y el proceso individual de adquisición de
competencias.
En todo caso, el residente, que tiene derecho a conocer
a los profesionales presentes en la unidad en la que
preste servicios, podrá recurrir y consultar a los mismos
cuando lo considere necesario.
5. Las comisiones de docencia elaborarán protocolos
escritos de actuación para graduar la supervisión de
las actividades que lleven a cabo los residentes en áreas
asistenciales significativas, con referencia especial al área
de urgencias o cualesquiera otras que se consideren de
interés.
Dichos protocolos se elevarán a los órganos de dirección
del correspondiente centro o unidad para que el jefe
de estudios de formación especializada consensúe con
ellos su aplicación y revisión periódica.

martes, 2 de junio de 2009

From Rumania with Love

Llegó la hora, o mejor dicho la Marathón de horas que supone el hacer una guardia, y es que con el kit reglamentario que nos dieron al firmar el contrato con la credencial y la indumentaria apropiada para la ocasión, uno debería recibir un libro de dimensiones superlativas a modo de una guía práctica y autodidáctica de cómo hacer una guardia y no morir en el intento.

Con esa aureola de fortuna que parece acompañarme, inauguré el turno de las guardias para los R1, novicios en la materia que desfilaremos sucesivamente a lo largo de este mes de Junio por esas atestadas Guardias que son las del Carlos Haya, variopintas y entretenidas donde las haya. Tras ser el probador oficial en los últimos años, como acredita el estrenar el plan nuevo de Medicina en la Universidad de Granada, o la primera residencia a cuatro años de la especialidad de Medicina de Familia… tocaba el turno de pasar por caja y tantear un Servicio de Urgencias cuya sombra es alargada y fantasmagórica, y que da tanto miedo como respeto.

Mochila en mano, uno acude al toque de queda y se presenta a las 9:00 a.m, con puntualidad inglesa a su cita, como un novio ante su primera quedada. Con la desinformación como buque insignia, uno se presenta como Pedro por su casa sin ser visto por prácticamente nadie del personal, al que es difícil reconocer como tal por la diversidad de los trajes, ya que como si de la pasarela Cibeles se tratase, uno se puede encontrar pijamas blancos, batas, pijamas verdes de quirófano, trajes rosas o pijamas azules de gasa y una transpiración más digna de un chaleco antibalas.

Tras visualizar el servicio e identificar a sus militantes (digno de un Master o una tesis doctoral), uno se presenta a esos nuevos compañeros de los que hoy seremos sus koalas. Los seis R2 de turno que hoy harían de Cicerones en nuestra introducción al taquicardizante mundo de las Urgencias, fueron sin duda lo mejor de un día que quedará marcado en rojo en el calendario de las efemérides. Emulando a la oscarizada Siete Novias para siete hermanos, los seis novicios debutantes encontramos un fiel compañero de viaje en la figura de los R2, que hicieron de compañeros, adjuntos y padres espirituales.

Ese guía se hizo hombre y en mi caso vino de Rumanía para templar unos nervios que se contorneaban en el tiovivo que era servidor. Tudor, una persona peculiar, fue el encargado de ponerme en el camino y demostrarme que con los pies en el suelo, es difícil perder el rumbo. Cual koala amarrado a su árbol, me tiré todo el día colgado en sus manos como diría Carlos Baute, y fui perdiéndole el miedo, aunque nunca el respeto a unos pacientes que se sucedieron, entre anécdotas y nombres propios, ante historias y problemas que desde ayer se han convertido en el nuevo día a día que nos espera.

lunes, 1 de junio de 2009

Vendedores de Salud

(escrito el 26 de mayo de 2009)

Debo de reconocer, que a bote pronto, la buena nueva no me hizo ni ilusión ni levantó en mi interior ninguna inquietud dormida. Cuando uno termina la carrera de Medicina, entretenida, variopinta y difícil, y pasa la gota gorda del MIR, lo que menos se espera es que el segundo día oficial de trabajo se lo pase en la puerta, a modo de hombre escaparate o de comercial del círculo de lectores. Por momentos uno piensa que el Lucas (día de las novatadas para los primerizos estudiantes de Medicina) había cambiado su lugar en el calendario, de Octubre a Mayo, y es que lo que sentí cuando a las 8:00 am, con prontitud y alevosía, recibí la noticia de que tenía que captar a aquellos fumadores que acudieran al centro que estuvieran interesados en dejar de fuma, es difícil de plasmar en líneas de papel.


Pero pongamos en situación, que si lees esto de sopetón puedes sentir lo mismo que sentí yo cuando me entregaron todo el material y me soltaron a los miuras a los que recibía en puerta gayola (hace falta ser torero como diría el bueno de Chayanne). El día 28 de este Mayo que ya languidece en plena decadencia, es el día mundial contra el tabaco, y desde el Centro se ha intentado fomentar y potenciar una de esas verdades universales que los niños dicen convencidos, eso de que fumar es malo, y que con el paso de los años se convierte en un vicio al que es difícil esquivar en su silencioso acecho.


En los momentos que sucedieron al mandato de intentar captar simpatizantes entregados a la causa, a los que teníamos que informar e intentar motivar para que asistieran al cursillo que iba a empezar este miércoles, uno se siente algo frustrado. Tras la toma inicial con el fonendo, el otoscopio y el Diraya, uno siempre acude a su segundo día de trabajo con la idea de seguir el ascenso a esa cumbre onírica que inspiran los Houses de turno; esperas el cuerpo a cuerpo, las exploraciones de garganta, el oír el relato de una “clientela” que es un reguero constante en la consulta, por lo que estar en la puerta al principio te hace sentirte como un vendedor del Círculo de Lectores, como un mero contador de historias, como un agente de seguros que intenta acaparar clientes a una empresa que no es la suya. Esperas que te cuelguen el cartelito de inocente-inocente, que salga alguien riéndose de ti y de esas dos compañeras palmilleras que poco a poco nos fuimos soltando el pelo e informando y alistando a muchos interesados.


Cuando pasa el tiempo, te das cuenta que todos los caminos conducen a ese océano global que es la Medicina, un ente tan grande que tiene infinidad de afluentes, de desembocaduras que terminan por formar esa parcela infinita de agua, que cada gota es imprescindible para que el mar sea mar, que hay muchos caminos pero tan solo un destino. No todo se resume a diagnósticos, a tratamientos o a pruebas excelsas. El trato con la persona, esa empatía invisible que no se puede comprar ni imponer, se puede empezar a construir en días como hoy, en los que crees que nada puedes aprender, en los que lo ves todo negro. Y es que la calle puede ser muchas veces la mejor facultad, esa escuela que es la vida y que te puede dar las mejores lecciones. Escuchar los problemas de la gente, ver como se abren ante una bata primeriza adornada por una etiqueta que dice: “Médico Interno Residente”, te hace ver las cosas con otro prisma, y te hace cambiar ideas. Ser un mero comercial del Círculo de Lectores no está tan mal; la Medicina es un engranaje, y lo importante es ser un eslabón de esa cadena que la formamos todos (como Hacienda). Imitar por un día a Manuel Torreiglesias (Saber Vivir) no está tan mal como puede parecer en un principio, ni es una broma pesada, ya que como se dice, prevenir es la mejor solución para erradicar los problemas


En la mañana de este martes, mis libros fueron esos anónimos pacientes que acudían con sus problemas y sus enfermedades a sus centros, y que recibieron las preguntas y la información de tres Médicos Internos Residentes que siguen pasito a pasito recorriendo el camino hacia la meta.