sábado, 18 de mayo de 2013

The End


Llegó el día tantas veces deseado, y otras tantas evitado. Mis cuatro años como Residente de Medicina Familiar y Comunitaria han terminado. Oficialmente ya no soy residente sino Adjunto. 4 años donde he vencido a miedos y derribado a gigantes, donde he librado, perdido y ganado alguna de las múltiples batallas que he librado.

Cuatro años, porcentualmente no suponen una porción que pueda marcar la vida, pero esta periodo vivido en Málaga es de esas experiencias vitales que guían caminos y forjan destinos. 

Esta es la entrada final, la despedida, el punto y final. El día marcado en el calendario ya está aquí, y este blog pasará a formar parte del diván de los recuerdos pasados.

Me voy, pero lo hago con los bolsillos llenos. Me llevo enseñanzas, sabiduría, amistades y experiencias que me hacen ser rico.

- Me marcho con 13 compañeros de especialidad que no son eso, sino amigos. Una "Familia" artificial con la que todos hemos compartido gen.

- He hecho del Hospital Carlos Haya mi lugar de residencia. He ido a la guerra, he mirado a la muerte a la cara y he salido victorioso. Durante las muchas guardias que he hecho, he sufrido grandes cornadas que me han hecho crecer como médico y sobre todo como persona.

- He conseguido vencer a una peligrosa dinámica en el Hospital Civil donde he aprendido mis mejoras lecciones sobre la vida. He aprendido a controlar los impulsos, a ser valiente, a dar la cara. Y me voy con varios compañeros que puedo catalogar como amigos.

- Gracias quiero darle a mis compañeros del Centro de Salud Palma-Palmilla. A los que están, a los que estuvieron y nos han dejado. A todos ellos: limpiadoras, personal de seguridad, enfermeros, trabajadora social, matrón, enfermera de enlace, personal administrativo, auxiliares, residentes, médicos y a mi tutora. La tierra seguirá girando hasta el final de los días, pero esté donde esté siempre podré presumir de haberme formado en la Palmilla. Os deseo lo mejor, que no cambiéis y que la administración que asfixia os deje respirar y ser todo lo felices que merecéis.

- He tenido la suerte de coincidir en tiempo y espacio con todos vosotros. A mis compañeros de Residencia del Hospital, con los que he compartido guardias y fiestas. Que me habéis dado una visión global de la vida

- Mención especial para mi tutora, Isabel Corona, que aún habiéndome enseñado medicina, me ha dado lecciones sobre la vida. Has sido, eres y serás, lo más parecido a mi madre en esta preciosa profesión que es la Medicina.

- Gracias a mis compañeras Anabel y Gemma, mis coRs y dos buenas personas. 

- Es fácil compartir vidas con buenos compañeros de viaje. Durante estos cuatro años he vivido con mis dos mejores amigos con los que llevo compartiendo la vida desde los tres años, donde sin saberlo, firmamos un contrato vitalicio eterno. Gracias a Agustín con el que empezó a vivir en Málaga, que me hizo descubrir una ciudad que desconocía, pero sobre todo, que fue un salvavidas al que aferrarme para no hundirme en el naufragio en el que me encontraba. Y gracias a Antonio, al que dejo a las puertas de su nueva vida y sus nupcias.

- Quiero darle las gracias a la ciudad de Málaga. He descubierto a una CIUDAD con mayúsculas. Me he enamorado de su clima, de su costa, de su idiosincrasia, pero sobre todo me he embrujado de su magnetismo adictivo que hace que todo el mundo caiga rendido a sus pies. Este ubetense, de Úbeda y formado en Granada, puede presumir de ser malagueño, malaguista y boquerón. Ya sea con o sin Metro, seguid haciendo y cuidando a esta bendita ciudad que siempre será mía.

- Gracias a Miriam Navais Barranco, la compañera encontrada en este carrusel de emociones sin fin que han acontecido en estos cuatro años. Una compañera de viaje inmejorable, una buena persona, mi mejor amiga. Has sufrido en primera persona mis cambios de humor, mis miedos silenciados, el stress de una huelga que me consumió pero del que terminaste siendo gasolina. Gracias por este primer año y medio del resto de nuestra vida.

- Uno es lo que es gracias a su familia, y por suerte, tengo la tremenda fortuna de tener la familia que tengo. Mi madre, mi padre, mi hermana y mi cuñado, mis sobrinos Javier y Aitana (los niños de mis ojos) que han nacido con este blog y que me dan alegría e ilusión; prim@s, tí@s y gente con la que no compartes apellidos como Mirtha, Walter, Aylin o Eduardo pero que te demuestran que se puede ser hermanos sin apellido. Empieza una nueva etapa y de nuevo los kilómetros serán la excusa que marcan la distancia entre nosotros, pero esté donde esté, parte de mi estará con vosotros. Gracias por estar siempre cuando os he necesitado


- Y sobre todo, gracias a ti, lector, que has sufrido en primera persona mis desvaríos mentales a modo de entradas: recomendaciones, patologías, experiencias... En medio de la frialdad de las redes sociales y la blogosfera he encontrado a desconocidos anónimos que se han convertido en conocidos y amigos. Tú has sido la razón por la que este blog ha ido creciendo. Gracias de corazón.


Llegó la hora de blandir el telón, de recoger los bártulos y apagar las luces. Comienza una nueva etapa para este Médico de Atención Primaria de convicción y urgenciólogo de vocación. El próximo destino será Gran Canaria donde trabajaré en las Urgencias del Hospital Dr. Negrín. Prometo volver para hacer lo que me gusta, contar historias. Tomaré algo de aire, miraré al frente con optimismo y volveré dentro de unas semanas con otro disfraz y página web propia en la que espero que sigáis formando parte de mi vida.

Soy un afortunado, la vida me sonríe y espero continuar con la tarea que emprendí de buscar la felicidad. Ha sido un auténtico placer compartir mi vida como residente y aprendiz de Médico con todo@s ustedes. Nos vemos en el camino.

@juatorsan





"Lo malo del después son los despojos

que embalsaman los pájaros del sueño,
los móviles que insultan con los ojos,
el sistole sin diástole ni dueño"

viernes, 10 de mayo de 2013

Despedidas y Final: Colegio de Médicos de Málaga


De bien nacidos es ser agradecidos. Esta entrada pudiera resultar algo aduladora, incluso habrá quien piense que peco de pelota. En absoluto, este ciclo de despedidas son meditadas y estudiadas. Al César lo que es del César, me he propuesto en estas entradas en las que quiero agradecer a todos aquellos que han sido importantes durante estos cuatro años de Residencia.

Es probable, porque así lo he escuchado en algún foro privado, que la gente tenga ideas preconcebidas y equivocadas sobre la figura de los Colegios de Médicos, o puede que algunos estén en lo ciertos y sean meras alimañas que chupan mensualidades sin ofertar servicios. Pero yo he conocido de cerca el Colegio de Médicos de Málaga y me veo con conocimiento de causa para hacer un alegato en su defensa.

Para explicar los motivos que justifiquen su “defensa” me podría limitar a los servicios que prestan a sus colegiados, que son muchos, muy variados y desconocidos por la mayoría. Pero no voy a entrar en profundizar en esta lista, sino en los valores intangibles que hacen del Colegio de Médicos de Málaga un eje central como ente productivo. A través del COM me he formado mucho y bien: he realizado cursos de diferente índole, he asistido a charlas interesantes, ha sido sede de Expertos Universitarios de Urgencias y Trauma Grave, he tenido la oportunidad de dar alguna que otra charla que me ha obligado a prepararme para ello y vencer los miedos de hablar en público, ha sido cuna donde los recién licenciados de Málaga se preparan el MIR; he conocido a personas de diferentes edades, trayectorias profesionales e ideologías políticas y sanitarias que me han abierto caminos y me han dado una visión global de la Medicina. Pero sobre todo, he podido conocer a la FAMILIA de trabajadores que forma y lidera un proyecto ilusionante que oxigena el asfixiado futuro de la profesión médica malagueña: desde el personal de seguridad, hasta el Presidente, pasando por tod@s y cad@ uno de los trabajadores que forman su equipo.

Yo que vine a Málaga sin conocer a nadie, sin antecedentes médicos en la familia, sin padrino o madrina…y que he visto como desde el Colegio que nos representa he sido recibido con los brazos abiertos, como siempre han estado a mi/nuestro lado cuando los hemos necesitado, como cuando se posicionaron a nuestro favor durante la huelga de EIR y recorrimos platós de Tv, ruedas de prensa y posibles vías alternativas de financiación.

Ahora que la Colegiación en Andalucía es obligatoria (ya lo era en el resto de España), quiero que esta entrada sirva para que se caiga el falso mito de desidia y rabia por pagar una cuota bimensual y se consiga ver la puerta que se abre de formación, ofertas laborales, asesoramiento jurídico.



Muchas gracias a todas las personas que hacen del Colegio de Médicos de Málaga una gran familia. Este adiós espero que sea un hasta pronto

miércoles, 8 de mayo de 2013

Despedidas y Final: la FAMILIA



Hay ocasiones, en las que la canción resuena con más intensidad. “Algo se muere en el alma cuando un amigo se va”.

Y efectivamente, aquí está el final. Más allá del camino recorrido, de las cosas aprendidas o de la profesión vivida, sin duda el bien más preciado que me llevo de estos cuatro años son las personas que he ido conociendo y que valen más que cualquier nómina a fin de mes o de la paga extra que decidieron no pagarnos. Personalidades diversas pero enriquecedoras, grandes compañer@s pero mejores personas. Y es que yo que llegaba sólo a Málaga, sin conocer la ciudad ni apenas a nadie, me voy con la Familia que hemos formado los compañeros de Medicina Familiar y Comunitaria.

14 jóvenes y no tan jóvenes aprendices de Médicos de Familia vocacionales o Urgenciólogos alternativos. 13 compañer@s siempre dispuestos a ayudar, a cambiar una guardia para hacerte favor, predispuestos a hacer la vida más fácil, a dibujar sonrisas y construir satisfacciones. Peregrinos de Centros de Salud, compañeros de guardias de puerta, sufridores de las madrugadas civileras; amigos en Casas Rurales con banda sonora a ritmo de guitarra y cajón. Despedidas en alta mar. Parejas enlazadas e con descendencia en estos cuatro años que han supuesto un constante carrusel para todos nosotros.

Podría haber hecho otra especialidad, o en otra ciudad. Podría haber recorrido otros caminos, pero estoy convencido de que ninguno hubiera sido tan satisfactorio como éste, gracias a las personas que me han acompañado, gracias a vosotros.

MARÍA ISABEL: su estatura no es más que el reflejo de su grandeza. Me sufriste en la Facultad y también en la Residencia. Te mereces todo lo bueno que te pase.

ELENA: genia y figura. Compañera infatigable de noches de fiesta de desenfreno y mañanas de Ibuprofeno. La dueña del Martín Carpena. Gracias por todo amiga (aunque al principio me regañaras por Tuenti por elegir Málaga)

BEA: su sonrisa contagiosa, que viene también de Jaén. Energía pura

INMA: la experiencia calmada, la tranquilidad serena.

JUAMPI: un hermano al que le tengo que agradecer tantas y tantas cosas. Siempre ha estado cuando lo he necesitado. Dispuesto a ayudar siempre, con su eterna sonrisa. Una de esas personas especiales. El futuro es tuyo brother

MARÍA: el carácter y la personalidad. Un torrente

NICO: un grande. Un ídolo. Sin duda, un espejo al que imitar. Te admiro, y lo sabes

JENI: la primera en ser mamá, el futuro que vendrá. Mucha suerte Rihanna rubia

PINO: suave como su gato, siempre dispuesta a ayudar

AUXI: la eterna compañera del grupo X de prácticas que ha encontrado su destino en estos cuatro años. Que seas feliz Usi

CRISTINA: una arquitecta de la mente; un motor inquieto. Suyo ha sido el mérito de cuadrar el imposible de las guardias durante estos cuatro años. Pieza clave en la armonía familiar. Pegamento Figares

Mención especial para mis dos compañeras del Centro de Salud Palma-Palmilla. Ellas que han disfrutado y sufrido las mismas vivencias y sinsabores. Que siempre ponían luz y sosiego en la vorágine del caos

ANABEL: la ternura y la inocencia que aún siguen intactas de su foto de Comunión. La compañera perfecta, que siempre intenta la forma en que ayudar. Que te vaya bonito

GEMMA: sufridora infatigable del Málaga de Muñiz y Jesualdo. Juntos descubrimos el sonido y las emociones de la Champions. La malicia endulzada de su humor que le hace ser un chiste con disfraz de mujer.



Esto próximo viernes 17 de Mayo nos despedimos con una comida en la que si eres Adjunto, Residente, amigo, eres bien recibido. Nos gustaría compartir este día con vosotros.

Nos vemos en el camino

En busca del límite




Hundido, derrotado, humillado…faltaban 25 kilómetros para completar la hazaña, 25 kms de llano recorriendo la Costa hasta llegar a mi casa, pero la rodilla que llevaba un día avisando hacía tiempo que había dicho basta. Allí estaba yo, mitad ciclista, mitad derrotado esperando a que vinieran a por mi a Chilches. Faltaban 25 kms para completar el reto de hacer Úbeda-Málaga en bicicleta, la enésima hazaña en busca del nuevo límite que me había marcado a modo de autosuperación personal. Dos días pedaleando durante los 250 kms que separan mi casa natal de mi casa de adopción: subiendo puertos de montaña jamás imaginados, descendiendo a ritmo vertiginoso, hidratándote y comiendo en mitad de cada puerto de montaña en el que crees desfallecer, viéndote sorprendido por la lluvia que hace acto de presencia en un día veraniego de sol sin protección. Yo que en mi infancia siempre fue tan limitado en los deportes físicos, que de pequeño cuando cogía la bici era incapaz de completar los menos de 10 kms que separaban Úbeda de Baeza, y que de repente, me veía con fuerzas y rozaba la hazaña personal de completar Úbeda-Málaga.

Una primera etapa con pendientes kilométricas hasta llegar a Granada, inmersa en sus Cruces de Mayo que ya no son lo que fueron. Una segunda etapa rompepiernas con dos grandes puertos encadenados para terminar en un abrupto descenso y en un paseo que se hizo infernal a nivel del mar.

La sensación de que tu cuerpo te manda señales. De que empiezas no pudiéndote levantar de la bici, amparándote en el plato pequeño en cada cuesta ante la imposibilidad de coger impulso. El dolor que va a más, que se hace constante y que ya incluso te acompaña pedaleando sentado, en el llano, en cada golpe de pedal. El dolor que va venciendo a la ilusión de completar la gesta, que te va haciendo mella, que hace que cada kilómetro sea una tortura infernal sin fin. Esa sensación de fracaso que te hace bajarte de la bicicleta ante el temor inminente de romperte y que te hace desesperar ante el próximo reto que será justo en una semana en el 101 de Ronda para el que intuyes que no llegarás…

El dolor de la derrota, de la decepción…pero también el adictivo dolor del sufrimiento que te ha hecho disfrutar durante estos dos días de hazaña personal acompañado de dos fenómenos como Óscar y Antonio, con los que poco más que hacer la goma podías para mantener su porte de ciclistas consumados. El verte capaz de conseguir un hasta la fecha, imposible. Recorrer kilómetros, sierras, paisajes y pueblos que jamás creíste poder visitar. El sentirte libre sobre la bici, con el viento de cara, escalando puertos de montaña tan altos, que al coronarlos y mirar atrás, dan vértigo ante la pendiente vencida en cada pedalada sufrida que te hace disfrutar de ese sufrimiento a dos ruedas..

Efectivamente, mientras esperaba en la parada de autobús de Chilches a que vinieran a recogerme, me sentía vencido, derrotado, humillado. Han pasado ya 48 horas y la rodilla me sigue doliendo igual. He tenido mi primera sesión de fisio, he hecho reposo, pero la rodilla izquierda me sigue lanzando avisos demasiado sonoros….Tengo la desagradable premonición de que no voy a llegar para el 101 de Ronda…algunos me llaman loco, otros inconsciente, otros irresponsable…yo me llamo un poco de todo lo anterior, pero pese al sufrimiento por el dolor, y la incertidumbre de saber si podré disputar o no el reto de los retos del 101, dibujo en mi rostro una leve sonrisa cada vez que recuerdo estos dos días sobre la bicicleta en el intento desesperado de vencer los límites.

 





“Cómo conoceremos nuestros límites sino tratamos de superarlos”