viernes, 29 de abril de 2011

El enésimo partido del Siglo

(28 Abril ´11)

Antes de nada quiero comenzar esta entrada disculpándome. Sé que no es el sitio, el lugar, ni la clientela idónea para argumentar lo que voy a comenzar tras esta introducción. Quién este blog sigue debe esperar algo relacionado con la medicina o al menos con el día a día sanitario, pero voy a volver a saltarme esta norma no escrita para hacer esta entrada a modo de escrito terapéutico para purgar mi impotencia. Es probable que alguien de ustedes (vosotros ya que sois amigos, conocidos o no) estuviera informado de que ayer iba junto a mi compañero de piso y amigo de la infancia Antonio, al Bernabéu para ver la ida de las semifinales de la Champions League que enfrentaba a los dos titanes por antonomasia, el pasado contra el presente, al presente contra el futuro.


Pues bien, empiezo escribir sabiendo lo que quiero decir pero sin saber cómo hacerlo. Corría el minuto 60 cuando Pepe intentaba golpear un balón que había salido repelido de su pecho. Se abre el telón y Dani Alves se retuerce en el suelo, henchido de dolor, su cara es el vivo reflejo del sufrimiento; se retuerce, se revuelca,… Sus compañeros rodean al árbitro que tras cambiar su criterio inicial decide mandar al portugués a la ducha. Víctimas y verdugos en una misma escena. No voy a ser yo quien indulte a Pepe o haga ver su cara simpática o solidaria. Soy futbolista, futbolero y del Real Madrid, pero desde que vi su escalofriante cruce de cables pateando a Casquero en el suelo que ha sido secundado por otras entradas atroces, me cuesta reconocer el gran futbolista que es y ver más allá de esos prontos que lo condenan a la eterna duda. La misma repulsiva sensación que me produce ver al sonriente Dani Alves, muy dado a eso de la simulación, al llevar al borde de la interpretación faltas inexistentes, lesiones que se curan tras expulsiones de rivales y patadas salvajes que él suele propinar con también cierta frecuencia.


El caso es que quedaban aún 30 minutos por delante, y el resultado final ya es por todos conocido, 0-2 tras doblete de un imperial Messi.


Es entonces cuando el móvil, el tuenti y el facebook se me empiezan a llenar de mensajes, de recados,… y revivo la impotencia vivida desde el 4º anfiteatro de un Santiago Bernabéu repleto de feligreses resignados ante una nueva designación arbitral parcial. Puede que esta entrada resulta fanática. Intento que no sea así, pero es difícil cuando alguien escribe sobre algo que siente o le duele, pero voy a intentar contar realidades y no suposiciones. Antes de nada quiero exponer que ayer, sobre todo en los primeros 45 minutos MI equipo no jugó a nada, como un equipo menor, agazapado en su trinchera a la espera de encontrar buena posición para disparar a un oponente al que había vencido una semana antes. Parece ser que la idea de Mourinho era asegurarse el casillero de Casillas a 0 y pasar en los 20 últimos minutos a la acción con Kaká. Pienso que el equipo más laureado de Europa debe quitarse de una vez el corsé con el que intimida sus miedos ante la opulenta figura que proyecta su máximo rival en los últimos años, más que nada tras la recién conquista de la Copa y porque juegas en casa, ante tu público, en tu templo, donde tantas batallas has ganado hasta forjar una leyenda. Pero Mou decidió de nuevo la estrategia del desgaste y esta vez salió cruz.


Cierto es, y a los hechos me remito, que en los últimos tres encuentros, el Barcelona ha sido incapaz de meterle un gol al Real Madrid mientras contaba con 11 jugadores en el campo. Y ayer los dos de Messi llegaron tras la expulsión de Pepe en una “entrada” en la que hay material gráfico a modo de vídeo en la que se demuestra que no tocó pierna.


Titulo en mi facebook “atraco en el Bernabéu” y se empiezan a burlar del 80% de posesión del Barcelona. Quién conozca mi criterio futbolístico no me puede negar que sé reconocer la evidencia, y de hecho hay artículos que lo corroboran (ver el artículo que titulé FC Barcelona: el trébol de cuatro hojas) en el que premié la música celestial tocada bajo una batuta blaugrana tras el 2-6 de hace dos años. Pero en el fútbol que viene desarrollando últimamente poco queda de aquel preciosista despliegue artístico. A día de hoy es un toque-toque insustancial, para engañabobos, la mayor parte en territorio propio con pases en corto y al pie de los “creativos” Piqué, Busquets, Puyol y Mascherano que nada generan pero que sirven para subir el porcentaje con la pelota y crear argumentos para los “críticos” del fútbol. Escasa verticalidad que se resume tan solo en la genialidad de un diminuto Dios del fútbol que sumerge entre trifulcas, simulaciones queda vez en mayor número y poco decoro (Pedro ayer pasó más tiempo en el suelo, y la escasa deportividad y compañerismo de un jugador como Busquets es para hacérsela mirar al muchacho, que lo mismo se tira al suelo simulando un síncope mientras con un ojo entornado se congratula con una nueva expulsión forzada). El Barcelona con su escaso fondo de armario, con su juego cada vez más previsible pero con un reguero de títulos al que no voy a quitar mérito ya que el que más logors hace es el que más se lo merece y no voy a negar que estamos quizás ante el equipo que mejor fútbol haya hecho en la historia de este deporte hecho fútbol, o al menos en el equipo que yo recuerde (no habló del Brasil de Pelé o el Real Madrid que dictó en Europa con Di Stéfano a la cabeza ya que de ellos leí y no ví).


La UEFA le ha abierto un expediente, el Barcelona ha decidido dar un paso al frente y denunciarlo, el Real Madrid lo ha defendido devolviendo la acusación, Mourinho volvió a hablar y a detener el mundo (curioso mundo este que tenemos que se fija más en Mourinho que en el panorama político actual), pero el caso es que como siempre dijo lo que piensa y lo que pensamos muchos entre los que me incluyo, que hay una mano que mece la cuna: los 6 penaltys en Stanford Brigde, la expulsión de Van Persie cuando estaba con pie y medio este año apeado en Octavos, la expulsión ayer con media hora por delante para matar la eliminatoria, la multitud de penaltitos pitados a favor en el calendario doméstico cuando los partidos se atascan, las escasas expulsiones en primera persona pese a la dureza con la que gente como Alves o Busquets que sin ir más lejos ayer le hizo una entrada atroz a Xabi Alonso se suelen producir domingo sí, domingo también, o la amnistía que tiene para forzar amarillas y llegar limpios a Semifinales tras cerrar en el partido de Ida su eliminatoria anterior cuando a otros por el mismo motivo (aunque mucho más teatralizado) fueron sancionados. Pero parece que la moda viene impuesta por el “bueno” y temperamental Pep (10 expulsiones como jugador y 2 como entrenador), un hombre que se puede permitir el lujo de insultar públicamente a un árbitro (lo hizo en Almería) y salirse de rositas, un hombre que presume de señorío y que consigue aparentarlo y engañar a la gente, pero en definitiva un Pep bipolar al que no se le ha visto su verdadera cara ya que todo le ha ido de cara, con el viento a favor mediatizado por una prensa catalana que le da cobijo y sustento.


Wegner y Ancelotti rechazan la teoría de la conspiración, pero cuando en su día la “sufrieron” fueron los primeros en alzar la voz. O el mundo del fútbol está anestesiado por el canto de sirena del Barcelona, o tienen miedo a las represarías, o yo es que soy tan radical que veo una continua caza de brujas.


El caso es que quedan 90 minutos en el Campo Nuevo y pese a que Mou argumentará ayer en rueda de prensa (tras la cual será sancianado y mirado aún más por lupa por Platini y sus secuaces): “es imposible ganarles, ya que en el hipotético caso de meterles un gol, ya les ayudarán”, a buen seguro que el Real Madrid le dé la espalda a sus complejos y salga a dar bocados futbolísticos de la mano de Kaka, Higuaín y Benzema y sin trivote cubriendo espaldas ya que tienen todo perdido.


Rio Ferdinand dixit en su twitter: Si me veis alguna vez salir en camilla como Alves y volver corriendo, dadme una patada


Pues sí, temía que así pareciera, pero así ha sido. Esta entrada ha quedado muy radical y cuando uno alza la voz pierde la razón y los argumentos, pero necesitaba decirlo. Tan sólo espero que el reguero de clásicos pase y que se olviden las denuncias, los piques dialécticos, las peleas a ras de césped, los insultos y escupitajos en túnel de vestuarios, la política en cubierta y se le dé el valor que realmente tiene todo esto, un deporte en el que tiene que ganar el mejor, sea quien sea, le pese a quién le pese, y sea cual sea el color de la camiseta. Que así sea, sea o no mi equipo


miércoles, 13 de abril de 2011

Ciclo Semana Santa III: ÚBEDA

Pues como te habrás dado cuenta estas tres últimas entradas no tienen nada que ver con la Medicina.


El incienso ya pernocta en el ambiente y las cornetas rompen el silencio de la madrugá. No es fácil ser de Úbeda (y sentirse ubetense y semanasantero) y y ver los preparativos de la Semana grande desde la distancia. Sevilla, Córdoba o incluso la cercanía y opulencia que me puede ofrecer la Semana Santa de varal malagueño pudieran resultar una tentación, pero mi mente ya anhela el momento de terminar el sábado a primera hora la guardia y acudir al reencuentro de las tradiciones de la rutina de cada año. Disfrutar de la familia de Madrid que en estos días inunda mi casa, ver como en cada puerta del hogar descansa una capa dorada que mi madre lleva desde hace días preparando a conciencia, comprobar como a mi padre se le quiebran los ojos tras su capirucho cada Domingo de Ramos cuando las puertas de la Trinidad se abren, despertarme a primera hora de la mañana del domingo por la banda de cabecera del Borriquillo que entona esas marchas tan nuestras...

Quizás nunca hayas ido a Úbeda por Semana Santa. Si es así, aprovecho esta entrada para que le des una oportunidad a tus sentidos para que se enamoren durante estos siete días de magia y magnetismo



Por fín llegó la Semana Santa Hágase su voluntad...

Ciclo Semana Santa II: CRISIS

Desde hace unos años publico un artículo en la revista de La Santa Cena "Compartir". Este año no quería ser menos

Ahora que parece estar de moda, que como versa una canción de Sabina, “un euro es un dineral”, ahora que nos desangramos ante la mirada impasible de una dudosa clase política que parece preocuparse tan sólo de llenar sus bolsillos al grito de “sálvese quien pueda”, la Semana Santa, nuestro buque insignia irrumpe como el primer relámpago de tormenta de verano. La Semana grande que parece sacarnos de este canto de sirena al que estamos varados.

Este año, los guiones de nuevo volverán a peregrinar por las renacentistas calles de una Úbeda que olvidará la duermevela en la que se encuentra inmersa. Las cornetas (las de antes y las de ahora) volverán a poner banda sonora a unos oídos cansados de escuchar incrementos en listas del paro, quejas radiofónicas o riñas políticas televisadas; las vistosas capas ondearán sobre cada histórico adoquín mientras parecemos obviar que ésta, nuestra Semana Santa, y la de nuestros antepasados también sufre ese mal pandémico llamado crisis.

Y es que cada año, con la sutileza de lo invisible se aminoran los guiones; cada año se pierde un ápice de nuestras raíces, de nuestra razón de ser. Nos embelesamos por lo desconocido a lo que tan pronto admiramos como aborrecemos, dejamos a un lado lo tradicional ante el vacío emocional que las nuevas generaciones parecen sentir. Esas generaciones que convierten la noche del Viernes Santo en un botellón ambulante, que se toman cada levantá como un motivo de sorna, que se encarama a las columnas de las iglesias en cada salida para ser parte del espectáculo.

Cuando era pequeño (si es que aún no he dejarlo de serlo), en clase debatíamos por ver quién era de más cofradías, quién desfilaba en más procesiones, quién coleccionaba más fotos de las fiestas de Hermandad. Aún se sentía que lo que iniciaron nuestros abuelos era algo nuestro, algo del pueblo que debíamos cuidar, mimar, proteger. Pero hoy, en esta sociedad de reinas de barrio, parece que nadie quiere hacerse responsable de coger un testigo que portan personas cansadas de tantos años de responsabilidad. Ahora que es difícil apuntarse para tocar un tambor a no ser que plumas decoren tu cabeza, que lo de empujar un trono se ve anticuado, que lo de portar sobre un costal cinco horas de recorrido se ve como un esfuerzo poco gratificante… ahora que todos parecen/parecemos echar balones fuera, nuestra Semana Santa, la mía, la tuya, la de ellos, parece encontrarse anestesiada sin ver más allá del inminente día a día, sin apreciar el incierto futuro que debemos atajar desde el actual oscuro presente ya que el viento no favorece a quién no sabe dónde va.

Dejemos de ser veletas, dejemos de divagar sin rumbo. Eduquemos a las nuevas generaciones, mostrémosle la belleza de nuestra semana en mayúsculas, hagamos que se enamoren de un paso, de un rostro tallado en madera. Hagamos Semana Santa


14 Febrero ´11

Ciclo Semana Santa I: UN PEQUEÑO MILAGRO

Artículo que dará la luz este Domingo de Ramos en la publicación anual de la revista "Jerusalem". Este año era imposible no escribirle a él...

Un pequeño milagro llamado Javier irrumpió de la nada aquel 12 de Julio, día de resaca nacional tras ese sueño Mundial en tierras sudafricanas. Un pequeño milagro que durante 9 meses nos lo imaginamos poniéndole ojos, cara, manos… Un pequeño milagro que con su primer y vigoroso llanto se hizo realidad.

Con su tierna carita oronda, con sus oceánicos ojos azules inmensos, con su tez sonrosada y

su piel amelocotonada. Con esa sonrisa eterna que hace bailar a todos los sentidos, con esa succión materna distraída y graceja, con ese llanto rebelde que olvida con tanta frecuencia. Javier, el niño de nuestros ojos.

La vida es la concatenación de hechos rutinarios que se ve sacudida por fenómenos extraordinarios como éste. Llevas tan poco entre nosotros, pero ya nos es imposible imaginar nuestros días sin ti, sin tus juegos, sin esos movimientos guturales de piernas, sin tu balbuceo de palabras que no dicen nada, que aún son incapaces de encontrar sentido, sin tu imagen al otro lado de la webcam que conecta los kilómetros territoriales que

separan Úbeda de Málaga pero que tan milimétricos son el corazón de dos personas que se quieren.

Este año, cuando los portones de la Trinidad se abran religiosamente a las 18:00h del Domingo de Ramos (si la lluvia no lo impide), ese pequeño milagro ondeará su diminuta capa dorada, su infantil babero y su escasa túnica verde por las calles que le verán crecer, por las que cada año acompañará a la procesión del Borriquillo, por las que aprenderá la historia de una tradición llamada cofradía que a buen seguro los tuyos intentaremos hacerte llegar, sentir, necesitar.

Seguramente interrumpas tu recorrido a mitad de procesión. Es probable que no enfiles e

l Real en brazos de unos abuelos, una madre o un tito que te portarán como el enser más valioso. Quizás llores asustado cuando el cielo ubetense se ilumine con la traca que cierre la entrada triunfal a Jerusalén o puede que te pierdas el ochio de hermandad entregado al descanso de tu agotador estreno de Domingo de Ramos. No serás capaz de recordar tu bautismo semanasantero, pero para nosotros este año será imposible de olvidar gracias a ti.

Miro y me pierdo en tus inocentes ojos; no veo maldad alguna. Observo el oscuro futuro que se cierne en este tenso panorama actual, pero tu diminuto pero armonioso cuerpo, tu suave cabellera rubia y tus manos de juguete con las que coges y te aferras a la vida, me hacen ver luz, futuro, esperanza.

Querido milagro llamado Javier, ojalá la vida te dé la oportunidad de poder ser feliz. Ojalá tomes las decisiones correctas, ojalá cumplas tus sueños. Ojalá que te pueda ver crecer, feliz, sano. A buen seguro que nuestro Cristo a lomos de su borriquillo y esa Virgen del Amor que baila al ritmo de esa celestial banda de acompañamiento guíen tu caminar por esta vida, que milagros como tú le dan valor. Que así sea.

14 Febrero ´11

martes, 12 de abril de 2011

¡Llame a la puerta! Ya no saldremos a llamar periodicamente

Hoy 12 de Abril es el Día Mundial de Atención Primaria. Así me lo ha recordado la SEMFyC a través de un correo en el que nos felicita a todos los ESPECIALISTAS de esta dignísima especialidad. He peinado la red y he encontrado en varios blogs de compañeros esta misma entrada. No tengo la fortuna de conocer a su autor, ni siquiera he podido contactar con él para pedirle permiso, pero tomo el riesgo de colgar su escrito en este día "festivo" para los Médicos de Cabecera

por Roberto Sánchez Sánchez. Médico residente de cuarto año de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Prosperidad. Madrid


Si usted tuvo un problema de salud por el que tuvo que pedir cita con su médico de cabecera y sintió que esperó muchos días para ser visto, esperó mucho tiempo en la sala de espera, cuando pasó a la consulta no se le dejó hablar lo suficiente para contar su problema, se le exploró por encima, se le despachó rápido, se le pidió una analítica o una prueba que tardaron mucho en hacerle o una cita con el especialista que no llegaba nunca… debe usted leer estas líneas que van a continuación.

Aunque la gente no se dé cuenta, cuando dice que “la medicina es una profesión vocacional”, se refiere al médico de cabecera, que es la base del sistema sanitario. Uno no nace con vocación de ver radiografías o de ocuparse de un riñón.

Ahora el médico de familia estudia la carrera de Medicina, supera el examen MIR y cuatro años más de especialidad. Es un profesional polivalente, accesible, especialista en las enfermedades frecuentes, altamente cualificado para tomar decisiones difíciles en casos difíciles, sabedores de los límites de su conocimiento en algunas áreas y un profesional sobre todo, humano y cercano a sus pacientes. El médico de cabecera les conoce bien y eso le permite tomar decisiones mucho más adecuadas al caso que si no fuera así. A todo el mundo le gusta cuando va al médico que sea siempre el mismo porque es el que le conoce.

Pues bien, se da la circunstancia de que los que mandan y que saben poco de médicos de familia, de Centros de Salud y de la sanidad pública porque no la usan, están destruyendo este sistema que tan bien valorado está por la gente.

Si la cosa continúa a este ritmo pronto los médicos de cabecera desaparecerán tal cual o su figura quedará reducida a algo simbólico.

¿Saben ustedes por qué dicen que hacen falta médicos en España? Médicos hay, si no los hubiera, dejarían a más gente estudiar la carrera y listo. El problema es que hay mucha gente que quiere estudiar Medicina, pero nadie quiere ser médico de cabecera. No hay más que echar una ojeada estos días a las elecciones de los licenciados que escogen una especialidad después de haber hecho el examen MIR.

¿Por qué? Las Consejerías de Salud de todas las Comunidades Autónomas, con independencia de su signo político, maltratan de sobremanera a sus médicos de cabecera.

Les dan 5 minutos por paciente (en lo que el paciente entra, se le saluda, se la da la mano, se sienta y cuenta lo que le pasa, ya se han ido 4; y todavía queda explorarle, decidir el diagnóstico, poner el tratamiento, darle las recetas, a lo mejor la baja, a lo mejor pedirle alguna prueba, revisar sus problemas pasados, revisar la medicación que toma…), unas listas de hasta 50 y 60 pacientes diarios, les tienen sometidos a múltiples tareas burocráticas, tienen que realizar las visitas a domicilio y las urgencias que se presenten…

Así es imposible atender bien a tu gente, así es fácil que se te pase algo gordo, que le pase algo a algún paciente por no disponer de las condiciones adecuadas para trabajar. Cuando las cosas pasan, llegan los lamentos. No sólo es que un día ocurra una desgracia en este sentido, sino que los médicos de familia quieren dar una atención de calidad, en las condiciones que se merece la población que paga con sus impuestos.

Los médicos más mayores cuentan que siempre se han sentido identificados con su trabajo, pero que ahora hay una distancia insalvable entre ellos y sus jefes, que no son sensibles a las propuestas de mejora y que parecen vivir en otro planeta.

La situación de los médicos de cabecera jóvenes es aún más preocupante. Obligados durante los primeros diez años de ejercicio profesional a ir de acá para allá. Contratos de días en distintos centros de salud, algunos de semanas en los que procuran cogerte hasta el viernes para no pagarte el fin de semana. Inestabilidad, precariedad. La mayor parte de ellos optan por dejarlo y volverse a presentar al MIR para hacer otra especialidad, o se van a trabajar a las urgencias de los hospitales, o a otro tipo de unidades, como las de atención domiciliaria o de emergencia, o al extranjero…

Ésa es la verdadera razón por la que no hay médicos en España.

La medicina de familia se resquebraja, señores.

El día 12 de Abril es el Día Mundial de la Atención Primaria y los mandamases de turno del gremio se harán la foto con los políticos de turno, pero la realidad no se construye de arriba a abajo, sino de abajo a arriba.

Los profesionales están motivados, quieren cambiar las cosas por ustedes, porque les importan, como en el eslogan, las personas. Pero se ve que solos no pueden. La Administración en forma de Consejería de Comunidad Autónoma o de Ministerio de Sanidad no es sensible, nunca lo fue, a sus peticiones.

Por eso necesitan su ayuda. Esta vez los médicos les piden ayuda a ustedes, para llamar la atención de los que mandan.

Historia de una Pájara

(10 Abril ´11)

Recuerdo esas tardes de verano en las que la España de los ´90 sacrificaba las tórridas siestas de verano entre el melón y las pegajosas moscas en el ambiente para ver como ese héroe nacional a lomos de su bicicleta se coronaba edición tras edición rey de Francia y por ende del deporte mundial. Ese coloso que colocó Villava en el mundo. Esa celebridad de la que todos presumíamos cuando le enfundaban en los Campos Eliseos el maillot amarillo mientras ondeaba al aire el león de peluche con el que se premia el rey de reyes. Ese Miguel Induráin al que todos animábamos desde la cuneta imaginaria de nuestro televisor mientras vencía a todos los que anhelaban ser teté de la course pero que se encontraron con la tirana magia del navarro.

Cómo olvidar aquella tarde en la que Induráin se hizo humano, en la que hincó la rodilla, en la que sintió la derrota en primera persona. Por infrecuente era improbable pensarlo, pero en un frío ascenso a Les Arcs (los Alpes) el tío del mazo le estaba esperando y el ritmo que dejaba atrás a sus rivales se vio inerte, sin fuerzas, abatido, entregado… Fue en 1996 pero aún recuerdo aquella cara (hasta ese día inexpresiva) que esa tarde se desencajó pidiendo agua para encontrar auxilio ante una pájara difícil de olvidar.





Este domingo 10 era un día señalado en mi calendario; me tocaba correr “en casa” para disputar mi primera Media Marathon de Málaga tras haber competido en otras: Granada, Baeza-Úbeza y Murcia y haber marcado mi mejor marca en la última que disputé en Córdoba. Era el momento de seguir creciendo: el objetivo mínimo era igualar mi anterior tiempo de 01:44:35 y el reto bajar el crono de 1h40min. Al igual que para Córdoba había seguido un entrenamiento peculiar basado en pocos kilómetros trotando pero muchos entre fútbol sala, tenis y otros deportes. Me sentía bien, con fuerzas y sobre todo mentalmente preparado para seguir avanzando. El reloj marcaba las 10:00h y el pistoletazo de salida dio lugar a una marabunta de corredores sin nombre con el único fin que la superación personal. Tras los dos primeros Kms en los que fue difícil encontrar el ritmo debido a que entre tanta gente era complicado encontrar espacios, poco a poco el panorama se fue despejando y era el momento de coger ritmo. Todo parecía ir bien, cada vez me encontraba mejor de piernas, zancada a zancada para ir bordeando un paseo marítimo que se iba poblando de seguidores con bañador y toalla ante el día de playa que hacía. Llegaba al punto intermedio del circuito, ya había llegado al ecuador de la prueba y ya conocía el camino de vuelta.

Así llegué al Km 12, hice mis cálculos mentales. Parecía que no iba a bajar de 1h40min pero mis previsiones me hacían parar el crono en 1h42min. Pero de repente y sin previo aviso las piernas empezaron a dejar de recibir las órdenes nerviosas que mis interneuronas intentaban mandar, las sinapsis se empezaron a inundar entre el lactato producido. El sol oteaba en el horizonte, el calor del terral africano asfixiaba y los 30º que se rondaban empezaron a ser una soga que poco a poco apretaba. Adiós sensaciones, adiós disfrute, adiós ritmo… Por delante 8 kms para sufrir, para intentar recuperar unas sensaciones que no volvieron a aparecer, para intentar no desfallecer, para dejar de adelantar y ser adelantado, para desear cada punto de avituallamiento para poder coger dos botellas de agua para beber una y echarte encima la otra en busca de un consuelo que tan solo duraba segundos.


Vi a algún corredor tirado en la cuneta atendido por los servicios sanitarios. Miraba el reloj y el punto de kilometraje. Todo, de buenas a primeras se había ido al traste. Atrás quedó el objetivo de la marca personal, de la hora y cuarenta. Tan solo quedaba retomar el reto de la primera Media que hice hace ya unos años en Granada, el de cruzar la meta. Los dos últimos Kms sencillamente fueron una tortura. Se agradecen los aplausos de la gente que intenta animar en las aceras que conducen al estadio, los cánticos de algunos corredores que se toman estas carreras como lo que realmente son (una fiesta) y sobre todo agradezco a aquel corredor mayor y experimentado que no conocía pero que debió de verme mala cara para sujetarme el hombro y decirme que si quería terminábamos la carrera juntos. Pero yo no estaba ni para él ni para mí, tras agradecerle su desinteresado gesto de fair play y compañerismo me retiré a mi sufrimiento y entré al estadio. En esta ocasión no me marqué ningún sprint, no adelanté puestos, no busqué arañar segundos al crono. Me sentía cansado, vencido, hundido y con el mismo trote cochinero con el que venía corriendo el último tramo de la carrera crucé la meta.


Era el momento de hidratarse y tras una mezcla de agua y bebida isotónica caliente mi organismo dijo basta, comenzando con unos vómitos de una tonalidad azulada que no cesaron hasta que una hora después me automedicara al llegar a casa (béndito Ondansetron: ZofranÒ), que se acompañaron de mareos, sudor, palidez… Me costó parte del resto de domingo pero poco a poco conseguí recuperar el estado habitual.


Acabé la carrera con la clara sensación de derrota. Luego volví a mis orígenes y entendí que acabarla para un nobel atleta como yo podía considerarse un éxito, pero como nunca conoceremos nuestros límites sino tratamos de superarlos ya estoy pensando en la siguiente Media que sí me prepararé a conciencia, con sus series, con su calor, con la adaptación al medio que requiera para retomar de nuevo el asalto de la marca de 1h40min para en caso negativo siempre encontrar el suelo de cómo diría el barón Pierre de Coubertin “lo importante es participar”


Enhorabuena a todos los que este domingo madrugaron para vestirse de corto. A ese Miguel Induráin africano que ganó, a sus perseguidores, a los que superaron sus expectativas, a los que las rozaron, a los que consiguieron terminar, a los que se quedaron en el camino. Nos vemos en la siguiente

Quiero terminar esta entrada con una frase que leí en la parte trasera de la camiseta de uno de los muchos corredores que me adelantaron en el tramo final. Lo leí y me gustó. Ahora lo he mirado en Internet y es una cita de la Madre Teresa de Calcuta


“Si no puedes correr, trota

Si no puedes trotar, camina

Si no puedes caminar usa un bastón

Pero nunca te detengas”


miércoles, 6 de abril de 2011

Aún quedan buenas personas

(4 Abril ´11)

Seguramente conozcáis la sensación que voy a describir a continuación: dolor de cabeza punzante, malestar generalizado, pérdida de memoria, dificultad para encontrar la concentración al día siguiente, nauseas…Puede que estéis pensando en una resaca tras una noche sin freno, mañanas de Ibuprofeno, pero no intentaba describir esa situación, sino la vivida el día después (saliente) de una guardia, sobre todo después de una guardia intensa, dura y complicada como la de ayer lunes en las Urgencias del Carlos Haya.

Hoy martes amanecía en el Hospital tras entregar el relevo a las 9:00h. Con aturdimiento en la cabeza, con la sensación de entumecimiento generalizado, con la sensación de disconfort gástrico tras la combinación que en otras situaciones sería mortal de chucherías, galletas, snacks, coca-cola sin gas, zumo a punto de caducar del frigorífico de la sala de trabajo de las Urgencias… que devoramos sin control en las madrugadas de guardia… Pero con la sensación de haber sobrevivido a una guardia infernal y a una mañana en el Hospital intentando que me firmaran algunas de las fichas de las rotaciones que tengo que entregar próximamente para la evaluación del segundo año de residencia.

Pero por fin y tras más de 28 horas me iba a casa, al medio día, demasiado cansado como para volver andando, entregado al acomodo de un atestado autobús urbano mientras me evadía en el libro que estoy leyendo (Invisible de Paul Auster). Me bajo del bus, llego a casa, me saco las cosas de los bolsillos y un nerviosismo me sacude el cuerpo. Sin saber exactamente el cómo ni el dónde acababa de darme cuenta de que había perdido mi móvil (iPhone 4) con el que tan solo llevaba unos meses y que es un suculento caramelo para cualquier dueño de lo ajeno.

Y es aquí donde emerge la protagonista de esta entrada, que es una lección para el día a día, un ejemplo a seguir. Podría no ponerle nombre, pero su generosidad me ha conquistado. Tras intentar dos veces ponerme en contacto con mi móvil en paradero desconocido (una comunicaba y otra estaba fuera de cobertura), aparecía al otro lado del teléfono la voz de Rosa que me tranquilizaba y me decía que mi teléfono estaba a buen recaudo, que lo había encontrado entre dos asientos del bus urbano, que había intentando buscar en la agenda a algún familiar para ponerse en contacto con él pero que no había obtenido respuesta, que me indicaba que como me quedaba poca batería tomara nota de su teléfono para hacer el intercambio.

Y allí estaba yo, quince minutos después, comprobando como aún quedan bellísimas personas, héroes anónimos que hacen del día a día un pequeño milagro. Hubiera sido muy fácil no contestar, adueñarse del descubrimiento, venderlo a buen precio… pero tan sólo quince minutos después de darme cuenta de mi pérdida ya podía disfrutar del salvapantallas con la foto de mi sobrino disfrazado de niño Jesús, gracias a este tipo de personas que pese a parecer que sufren el mal pandémico de estar en peligro de extinción ponen un rayo de luz con acciones como esta.

Muchísimas gracias Rosa, espero que si alguna vez te pasa algo como a mí encuentres al otro lado la imagen que proyectas en el espejo, y no como decía Hobbes un hombre que es un lobo para el hombre.

domingo, 3 de abril de 2011

Felicidades R0


(3 Abril ´11)

A partir de mañana las puertas del Ministerio de Sanidad se inundarán de inquietud, nerviosismo, lágrimas de alegría (algunas también de tristeza), de emoción contenida durante tantos meses de duro estudio. Y es que mañana empiezan a adjudicarse las primeras plazas del MIR y los hospitales irán conociendo a lo largo de los próximos días a sus futuros próximos residentes que "oficialmente" a partir de mañana pasan a ser R0.

Aprovecho este rinconcito cibernético para felicitar a todos y cada uno de l@s afortunad@s opositores que tras días y días de largas reflexiones internas acudirán a Madrid para pulsar el botón "enter" y ver como su nombre, la especialidad elegida y el Hospital elegido quedan reflejados en la pantalla del ceremonioso salón principal del Ministerio.

Mañana es un día de alegrías, pero cuando vayan pasando algunas jornadas de adjudicación pueden llegar sueños rotos ante la plaza soñada que se ha esfumado a última hora. Si es tu caso, si crees que tan sólo serás feliz haciendo X especialidad en Y lugar, lucha por ese sueño, estudia, sigue formándote, pelea tu sueño. Pero si no es el caso, si no eres tan selectivo pese a tener tus preferencias, date la oportunidad de que la Medicina en general y la especialidad en particular te vayan conquistando a medida que pasan las primeras jornadas de trabajo, las primeras guardias, los primeros problemas y sus consecuentes soluciones.

Es probable que mañana sea el día de la Derma, Plástica o Cardio, pero todos, desde el primer puesto hasta el último que opte a plaza se merece una palmadita a la espalda y mis mejores deseos para que puedan disfrutar de la fascinante experiencia que os espera en los próximos 4-5 años.

Enhorabuena a todos


(el día que yo elegí en Madrid, hace ya dos años)

Cuba: La Habana-Varadero

Con casi un año de diferencia, cumplo lo prometido y hago el montaje fotográfico de esa semana inolvidable en tierras cubanas. Espero que tengáis tan buenos recuerdos de estos días como yo...