martes, 16 de agosto de 2011

La evolución de un Saliente


Saliente, vocablo de continua metamorfosis. El día después de una guardia de 24 horas en el que no tienes que ir a trabajar.


Recuerdo la dura sensación resacosa de mis primeros salientes, hace ya tres años, cuando terminaba del hospital y me iba directo a la cama donde necesitaba hibernar como un oso en los fríos meses de invierno. Esos tediosos días de post-guardia perdidos en el limbo de la nada, ya que pese a dormitar todo el día no terminabas con la desagradable sensación de haber sido atropellado por una estampida de elefantes, víctima de la mosca tse-tse del sueño. Tres días que se perdían por la exigencia de una guardia: el día de antes, el de la propia guardia y el del saliente…semanas que pasaban demasiado rápido, perdidas, inertes.


Pero uno va curtiéndose en el campo de batalla, hace cicatrices ante las heridas del combate y ya todo es muy diferente. Guardias que se limitan a 24 horas, intensas, provechosas en las que uno a demás de cumplir con sus obligaciones se permite hasta el lujo de estudiar. Días de antes que ya no requieren de concentración, de exilio, de nervios que se apoderan de estómagos. Salientes que no son tales, que transcurren con ritmos frenéticos, en los que descansar ya no es el eje del día debido a los requerimientos de un cuerpo que se termina acostumbrando a la rutina: deporte, obligaciones domésticas, entrar y salir, playa, piscina, ocio… Semanas que duran siete días, días que duran 24 horas, horas de 60 minutos, minutos con 60 segundos.


Esta entrada viene ante la caída de ojos de Nacho en plena boda de Sonia en uno de sus primeros salientes, en el plomizo de Paloma en su post-guardia en Mojacar; en las confesiones camino de vuelta en las que me decía estar KO; en el recuerdo de mis primeros salientes y esa sensación de calor pegajoso de las ciudades de costa a las que visitas e hipotensa hasta marear, que amenaza con noquear pero del que al final, como en esto de los salientes, uno termina acostumbrándose.


Para los que llevan pocas guardias y necesitan aún dormir, sirva esta entrada de canción de cuna


5 comentarios:

  1. La verdad es que es así. Al principio acabas medio muerto, pero luego has te acostumbras al guardia de puerta-saliente-guardia de puerta. Eso sí, ahora en verano con tantos centros de salud cerrados no lo recomiendo :p

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  2. Pero que blanditos que sois algunos... Los que hicimos la residencia hace muchos años no teníamos saliente y no recuerdo que hubiera ningún fallecimiento

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  3. Pero que blanditos que sois algunos... Los que hicimos la residencia hace muchos años no teníamos saliente y no recuerdo que hubiera ningún fallecimiento

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  4. Carolina Guerrero Gonzalez18 de agosto de 2011, 13:34

    muy identificada!! Pero hoy, a pesar de llevar ya unos cuantos salientes siendo éste mi primer año de adjunta, es la primera vez en mucho tiempo que paso la mañana amorriñada en el sofá... será el calor!!

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  5. María Carretero Villanueva18 de agosto de 2011, 14:23

    Es mi segundo y me siento identificada, inclusos con salientes que no son tales, y que toca seguir currando, pero también hay guardias que son otro cantar y tras la última... me pasé TODO el saliente dormitando

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