(6-9 Octubre ´10)
Durante cuatro días Málaga se ha convertido en la cuna de la Medicina. 5000 Médicos de Familia, Cabecera, MAP o Family Doctors han reivindicado un puesto, una especialidad, que es la base del sistema sanitario, la madre nodriza que nutre el entramado hospitalario.
En un intenso finde en la capital de la Costa del Sol, se llevaron al unísono el congreso andaluz de Medicina de Atención Primaria (SAMFyC) y el congreso Europeo (Wonca), donde acudieron personas de todos los países imaginables, demostrando una vez más que la medicina no entiende de culturas, tradiciones ni idiomas, ya que las enfermedades y por ende los enfermos son muy similares sea cual sea la nación donde se consulte.
Debo admitir que salgo muy satisfecho de esta experiencia. Era el primer congreso serio al que asistía (más allá de charlas y talleres varios), y fue un placer el sentirme parte de un todo. Tuve la suerte de defender oralmente dos pósters de mi Centro de Salud que abordaban el tema de los Implantes Subdérmicos Anticonceptivos (perfil de usuaria y causas de abandono), pero sobre todo tuve la oportunidad de compartir experiencia con muchos de mis compañeros de trabajos y amigos, y de viejos compañeros de facultad, algunos con más trato (grande Lu), y otros que no veía desde el 22 de Enero de ´09 (Bea, Raquel, Sonia, Juanma, Cordo, Pablo), y sobre todo la oportunidad de conocer a muchos compañeros que comparten un mismo camino que sigue muchos trayectos para llegar a un punto común.
Académicamente unos días muy aprovechables, gracias en parte a la oferta de talleres prestados. Uno también podía aprender algo de la defensa de los posters y de las comunicaciones orales. En circunstancias similares uno suele llegar, fichar, marcharse y volver para recoger la acreditación, pero en este congreso uno permanecía porque estaba a gusto y con eso queda todo dicho.
Pero sin duda, el alma del Congreso estuvo de noche: en el Toulusse, en el calentamiento del Pimpi, en la legendaria fiesta de l@s holandés@s, en el calor del Fragel y en la cena de clausura del viernes entre coches y canapés de lujos amenizada por el hermano gemelo del Marismeño
Pero sobre todo este congreso ha servido para despertar las inquietudes dormidas de una especialidad que debe de reivindicar su importancia y sentirse parte de un todo, ya que tiene mucho porcentaje en ese queso. Familia, el patito feo de la Medicina, el eslabón débil, el más atacado y asfixiado por los cuatro minutos por paciente y el marco en el que se ejerce. La especialidad que no se enseña en la facultad, de la que nadie habla de ella. La misma que cuando eres preguntado por qué especialidad estás haciendo recibes como respuesta una cara de pena o un lacónico: no, pero te estoy preguntando que qué especialidad vas a hacer, esa dichosa pregunta por la que a veces puedes sentir vergüenza al contestar por temor a “ofender” las expectativas del demandante que cree que la Medicina es la punta del iceberg de cirugías y técnicas de última generación.
Pues sí querid@ lector, Medicina de Atención Primaria (Familia o Cabecera si lo desea) es una especialidad tan digna o más como las demás que no se limita a firmar recetas ni a dispensar paracetamol e ibuprofeno. Primaria es mucho más, es concienciación social, planificación familiar, telepatología, cirugía menor, avisos domiciliarios, programas de adicción, salud mental… que es el alma de una profesión que se apoya y complementa en el resto de especialidades.
Aprovecho esta entrada para felicitar a los organizadores de ambos congresos (lejos del peloteo) por la planificación y horas de esfuerzo empleadas para que todo saliera de manera tan fluida.
Y quiero cerrar esta entrada con una reflexión que me dijo una compañera (R1 de una especialidad de alto standing) que al principio me hizo gracia pero luego me dio que pensar. Estábamos pesando ambos planta en Neurología cuando tras terminar de hablar con una paciente me dice:
- Cómo se nota que eres de Familia, ¡escuchas a los pacientes! Yo le hubiera cortado hace 5 minutos
Al principio me empecé a reír, pero luego… que vean como algo extraordinario escuchar a un paciente da que pensar, ¿no es acaso esto la ciencia más exacta, no es esto la Medicina de toda la vida?
En un intenso finde en la capital de la Costa del Sol, se llevaron al unísono el congreso andaluz de Medicina de Atención Primaria (SAMFyC) y el congreso Europeo (Wonca), donde acudieron personas de todos los países imaginables, demostrando una vez más que la medicina no entiende de culturas, tradiciones ni idiomas, ya que las enfermedades y por ende los enfermos son muy similares sea cual sea la nación donde se consulte.
Debo admitir que salgo muy satisfecho de esta experiencia. Era el primer congreso serio al que asistía (más allá de charlas y talleres varios), y fue un placer el sentirme parte de un todo. Tuve la suerte de defender oralmente dos pósters de mi Centro de Salud que abordaban el tema de los Implantes Subdérmicos Anticonceptivos (perfil de usuaria y causas de abandono), pero sobre todo tuve la oportunidad de compartir experiencia con muchos de mis compañeros de trabajos y amigos, y de viejos compañeros de facultad, algunos con más trato (grande Lu), y otros que no veía desde el 22 de Enero de ´09 (Bea, Raquel, Sonia, Juanma, Cordo, Pablo), y sobre todo la oportunidad de conocer a muchos compañeros que comparten un mismo camino que sigue muchos trayectos para llegar a un punto común.
Académicamente unos días muy aprovechables, gracias en parte a la oferta de talleres prestados. Uno también podía aprender algo de la defensa de los posters y de las comunicaciones orales. En circunstancias similares uno suele llegar, fichar, marcharse y volver para recoger la acreditación, pero en este congreso uno permanecía porque estaba a gusto y con eso queda todo dicho.
Pero sin duda, el alma del Congreso estuvo de noche: en el Toulusse, en el calentamiento del Pimpi, en la legendaria fiesta de l@s holandés@s, en el calor del Fragel y en la cena de clausura del viernes entre coches y canapés de lujos amenizada por el hermano gemelo del Marismeño
Pero sobre todo este congreso ha servido para despertar las inquietudes dormidas de una especialidad que debe de reivindicar su importancia y sentirse parte de un todo, ya que tiene mucho porcentaje en ese queso. Familia, el patito feo de la Medicina, el eslabón débil, el más atacado y asfixiado por los cuatro minutos por paciente y el marco en el que se ejerce. La especialidad que no se enseña en la facultad, de la que nadie habla de ella. La misma que cuando eres preguntado por qué especialidad estás haciendo recibes como respuesta una cara de pena o un lacónico: no, pero te estoy preguntando que qué especialidad vas a hacer, esa dichosa pregunta por la que a veces puedes sentir vergüenza al contestar por temor a “ofender” las expectativas del demandante que cree que la Medicina es la punta del iceberg de cirugías y técnicas de última generación.
Pues sí querid@ lector, Medicina de Atención Primaria (Familia o Cabecera si lo desea) es una especialidad tan digna o más como las demás que no se limita a firmar recetas ni a dispensar paracetamol e ibuprofeno. Primaria es mucho más, es concienciación social, planificación familiar, telepatología, cirugía menor, avisos domiciliarios, programas de adicción, salud mental… que es el alma de una profesión que se apoya y complementa en el resto de especialidades.
Aprovecho esta entrada para felicitar a los organizadores de ambos congresos (lejos del peloteo) por la planificación y horas de esfuerzo empleadas para que todo saliera de manera tan fluida.
Y quiero cerrar esta entrada con una reflexión que me dijo una compañera (R1 de una especialidad de alto standing) que al principio me hizo gracia pero luego me dio que pensar. Estábamos pesando ambos planta en Neurología cuando tras terminar de hablar con una paciente me dice:
- Cómo se nota que eres de Familia, ¡escuchas a los pacientes! Yo le hubiera cortado hace 5 minutos
Al principio me empecé a reír, pero luego… que vean como algo extraordinario escuchar a un paciente da que pensar, ¿no es acaso esto la ciencia más exacta, no es esto la Medicina de toda la vida?
Simplemente quería daros la enhorabuena, por tan acertadas reflexiones. Un saludo.
ResponderEliminarDaniel Prados
se ve que tienes verdadera vocacion de medico felicidades y muy estupendad reflexiones
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