miércoles, 4 de abril de 2012

La consulta más curiosa del mundo

Lo bueno de la versatilidad que aporta la residencia con sus múltiples guardias en diversos hospitales, rotaciones y consultas en el Centro de Salud, es que uno va adquiriendo conocimientos, o al menos, cimientos para que lo poco o mucho que se sabe se afiance.

La malo, a parte de las muchas horas invertidas en tal presa, es que a fuerza de guardias y más guardias terminas viendo a mucha gente que te puede regalar grandes momentos pero también alguna situación esperpéntica como la que viví los otros días. Una de esas situaciones hilarantes que te hacen dibujar una sonrisa.

Pero pongámonos en situación: 14:15h de cualquier día entre semana. Avenida principal de la barriada de Palma Palmilla. El calor de la eterna primavera de Málaga. La espera ante un semáforo en rojo para volver a casa. El dueño del coche de al lado que te observa, que baja la ventanilla del copiloto mientras hace gestos desesperados para que tú hagas lo mismo y que se dirige hacia ti con ese tono desgarrado de la Andalucía más profunda

- Doctor, ¿se acuerda de mí? Soy Fulanito!Verá es que me duele la cabeza aquí (mientras se señala con los dedos y adorna la expresión con una cara dolorosa), como si me pegaran con un martillo. No "me" se quita con nada, me tome lo que me tome. Doctor!!

La sorpresa inicial, el semáforo que sigue en rojo, la comprobación por el retrovisor que hay coches detrás. Unas rápidas preguntas sobre el dolor, un consejo sobre el analgésico a tomar y la indicación de que vaya más tranquilamente y se lo cuente a su médico de cabecera.

El rugir de los coches que anuncian que el semáforo se ha puesto ya en verde. La esperpéntica consulta que llega a su fin, la última pregunta del "paciente" que no puede ser atendida...la vuelta a casa con una sonrisa en los labios mientras me abandono en la música que ponen en la radio. Lo imprevisible del día a día


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