jueves, 5 de noviembre de 2009

Eterno Raphael

(escrito el 24 de Septiembre de 2009)

Lejos quedaron los años donde el niño de Linares era capaz de enfervorecer a una chabacanería que suspiraba por sus afeminados gestos y su varonil voz, en esa ambigüedad en la que Raphael tan bien se ha sabido mover y que le ha hecho convertirse en mito viviente.

Y es que Raphael se ha convertido en una especie de héroe en vida, sobre todo tras jugar con la muerte hace unos años, donde el tesón que le ha llevado a la cima de la música española, le sirvió para superar un trance que terminó de superar tras un trasplante sobre la bocina. Pocos podían imaginar que Raphael volviera a un escenario, que se pusiera su chaqueta sobre su hombro derecho, pero cuan Ave Fénix, Raphael se reinventó tras su vuelta a la vida. El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr Hyde le devolvió a un primer plano del que nunca había salido, pero ha sido con su gira “50 años después” donde ha terminado de coronarse.

Sé que puede parecer algo apolillado, incluso motivo de sorna que servidor fuera a su concierto en Málaga, pero lo cierto es que tras visto lo visto sobre el escenario del Martín Carpena, y pese a no haber sido un ferviente seguidor del susodicho, tras las tres horas de arte derrochado por el Monstruo de Linares, uno es incapaz de no hacerse adepto a su causa.

Resulta difícil de entender que una persona de 61 años salga con puntualidad británica a su cita con un público entrado en años capaz de suplir su falta de ímpetu con la admiración con la que veneran a Raphael. Vestido como el caballero que es, Raphael hacía acto de presencia, armónica en mano. Tras afinar con ella durante cinco segundos, la leyenda expandía sus alas. 3 horas ininterrumpidas en la que fue capaz de hacer un recorrido a toda una vida sobre los escenarios. Canciones y más canciones que hacían olvidar a los allí presentes las dolencias artrósicas tan típicas de la edad, frases sinceras de agradecimiento a su público, alguna que otra lágrima sentida vertida ante esa ola de aplausos que premiaban su esfuerzo, show escénico como la interpretación que hizo ante un espejo que terminó haciendo añicos, o el cantar un dúo con su hijo, un artista que intenta crecer en solitario bajo la sombra alargada que proyecta su padre. El ayer, el hoy y el mañana de un genio, amado por muchos pero también criticado por otros, que en noches como en esta, termina de conquistar hasta a los más incrédulos, porque el arte no entiendo de edades ni de géneros.


Eterno Raphael

1 comentario:

  1. Tienes razón , es imposible ver a Raphael y no sucumbir al encanto de su arte! y apolillado tu , nada.... Raphael es más moderno que todos nosotros, y a sus 66 y tiene muchos seguidores jovencísimos, cada día mas!!

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