jueves, 21 de mayo de 2009

Decisión con decisión

(escrito el 20 de mayo de 2009)

Hay momentos en la vida de una persona en los que hay que tomar decisiones, que por prematuras y sorprendentes pueden parecer erróneas.

Lo inesperado es lo que cambia nuestras vidas. La mañana de este miércoles 20 de Mayo es uno de esos pequeños pasos para la humanidad pero grandes para uno mismo. Tras muchas horas de estudio, tras muchos exámenes, tras un cribado continuo que empezó hace siete años, llegaba el momento de elegir el Centro de Salud donde realizar la residencia, donde uno se forja a base de cornadas y algún que otro disgusto como el médico que ansía ser y por lo que luchará los próximos cuatro años.

En el salón de actos de la Unidad Docente, cuando nos daban la bienvenida y la enhorabuena a los nuevos residentes, uno evoca al recuerdo y te viene a la mente el discurso de bienvenida con el que el Decano de turno nos daba la bienvenida a unos noveles universitarios que mostrábamos en nuestros rostros ilusión y miedos en semejantes proporciones. Siete año después, y pese a ganar en experiencia y algún que otro resbalón, de nuevo nuestras caras reflejaban esa mezcla bipolar y esos nervios de lo nuevo, lo desconocido.
Hace siete años no conocía a muchos de los sentados en el patio de butacas, ni conocía a una Granada que poco a poco terminé por dominar y disfrutar de sus encantos. Hoy, ha llegado el turno de ver nuevas caras y contemplar cómo Málaga es a día de hoy, la gran desconocida, y es que como dice el poeta, caminante no hay camino se hace camino al andar.

Tras la recepción a los 54 médicos internos residentes (MIR), que ahora somos llamados EIR (especialistas internos residentes), que hemos elegido la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria en Málaga, llegó la hora de la verdad. Mis nuevos compañeros de la Zona I de Málaga, la que corresponde al Hospital Carlos Haya, nos reuníamos para elegir el Centro de Salud y el adjunto, ese padre espiritual que debe de ser el espejo en el que mirarse para crecer. El Palo, Miraflores, Palma Palmilla, Puerto de la Torre, Rincón de la Victoria, Trinidad Jesús Cautivo y Victoria, los siete centros ofertados hicieron su particular presentación, intentando venderse al mejor postor. Algunos vendieron sus playas tropicales, su clima envidiable, su tranquilidad y pedigrí, la tranquilidad que da el saber que vas a tener una residencia sosegada y con escasos sobresaltos. Pero nunca se puede subestimar un presentimiento; las mejores verdades se dicen en broma, y llevaba días diciéndoles a mis allegados que iba a adelantar el chupinazo con mi decisión, ya que en mi mente rondaba la idea de elegir una de esas plazas desagradables y poco atrayentes para el público en general. La presentación que hicieron sobre el centro, todos los servicios que en él se ofertan, el ambiente inhóspito de una barriada deprimida y marginal que según me informaron compiten entre los diez barrios más peligrosos del mundo manteniendo un mano a mano con tan ilustres competidores como serían el Bronx de NY y las 3000 Viviendas de Sevilla, y en contra posición, la vitalidad e ilusión que vi en Isabel CORONA (la elegida para hacer la presentación y que además se convertiría en mi adjunta) fueron un canto de sirena irrechazable para alguien que aspira a aprender un oficio. Una cosa es la opinión y otra la decisión; por impopular, se que a la vista de la gente y la familia, mi decisión puede resultar equivocada, o al menos arriesgada, pero más cierto es aquello de quién no arriesga no gana. He preferido vender la idealidad de una residencia perfecta y tranquila por un continuo estado de atención en el que a buen seguro que el que saldré ganando seré yo, ya que dentro de cuatro años, si venzo a mis miedos, dominaré los tempos, y si uno consigue marcar los tempos en la Palma Palmilla, uno ya ha hecho mili suficiente para lidiar con cualquier miura que amenace con envestir. La experiencia es un grado y los errores una fuente de sabiduría, y a buen seguro que con mi decisión con decisión, tendré muchas oportunidades para equivocarme.

A fin de cuentas, las decisiones son solamente el comienzo de algo… y vivir, ya es de por sí, un riesgo constante



“Un hombre a veces encuentra su destino en el camino que emplea para evitarlo”

3 comentarios:

  1. Lo hecho, hecho está, tu tranquilo que con tu decisión seguro acertarás, asi que muchisima suerte y al toro, que seguro cortas orejas y rabo y sales por la puerta grande

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  2. Lucha siempre por lo q crees aún sabiendo que en lo arriesgado está la posible equivocación. Siempre seguiré a tu lado, contando.

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