(19 Mayo ´11)
Tras la satisfacción del deber cumplido, de pacientes agradecidos, de todo lo que se aprende y de un maquillaje a la cuenta corriente, las guardias sobre todo sirven para conocer a los compañeros de trabajo con los que compartes turnos de 24 horas y con los que algunos de ellos llegas a compartir no solo trabajo y responsabilidad, sino también amistad.
Es el caso de uno de los grandes, el Dr. Vilches, Tomás para los amigos. Genio y figura, PERSONAJE con mayúsculas. Unas de esas personas entrañables que es imposible no apreciar por su forma de ser, por su forma de trabajar y por el buen rollo que su simple presencia genera.
Hoy jueves era su última guardia, la del punto y final a la puerta de Urgencias. Tantas guardias en las que hemos coincidido, tantos pacientes contados, tantas altas directas comentadas, tantas frases célebres que decoran el frigorífico de la sala de trabajo (pim pam pum y valium sublingual).
La Poli se reciclará, ya no será la misma. Cada año una promoción se despide de ella, y cada año much@s doctor@s grandes como tú caen en el olvido cuando la nueva generación de residentes irrumpa en ella. Pero hasta que alguien coja el testigo que has dejado, tu delgada y anémica figura seguirá siendo recordada por todos los que tuvimos la fortuna de compartir turnos contigo y aprender de tu particular forma con la que ves la Medicina y a los pacientes (el abordaje que le dabas a una gonalgia atraumática a las 4:00 aM debería impartirse en las universidades de Medicina).
Un grande cambia de lugar. Adiós a los sótanos de las Urgencias del Carlos Haya para realizarse definitivamente en su hábitat natural, el quirófano y la anestesia donde podrías dormir a los pacientes sin necesidad de medicación.
Un crack, un monstruo, un torero. Que te vaya bonito Tomás
(sala recepción de pacientes: jueves 20 de Mayo 2011, 7 a.M)
Oh, Tomás!
Caprichoso destino, quién estuviera contigo en supino;
Conexión letal la nuestra, tú un Fernández, yo un Sánchez.
Mi gran amigo de nombre Tomás,
esta será nuestra última Poli que no olvidaré jamás.
De ti he aprendido tanto,
desde el propofol al panto.
Cuando el reloj marque las doce
no encontraré consuelo ni con tu roce.
R3 seremos
y nuestra amistad mantendremos.
Has creado escuela, todo un mito
como los 30 centímetros que tienes por pito
Cuando sean las nueve se irá tu leyenda
y pasarás a ser una quimera como la hora de la merienda
Ronda de Valiums sublingual
para mi buen y gran amigo Tomás
Jode tío... ruborizao!!!
ResponderEliminarMe has emocionao Toral tío...
ResponderEliminarOjalá yo tuviese ese gran don de la palabra para poder expresarte la suerte que he tenido de encontrar un colega como tú en un sitio tan inhóspito como la Urgencia...
PD: Es VílcheZ... y la frase es PIM PUM PAM y Valium sublingual... lo sé, soy un mijita...
Un tocawevos entrañable
ResponderEliminarComo familia me siento muy orgullosa de tus comentarios, pero yo, que lo vi nacer, solo puedo decir que no solo es buen medico y buen amigo, sobre todo es buena persona, que me hace reir como poca gente y que lo quiero un montonazo.
ResponderEliminarSi , si os va un gran residente de la POLI pero volvereis a verle convertido en anestesita y no se olvidara de vosotros. Me parece untipo cojonudo.
ResponderEliminarYa os echo de menos!
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