Ser médico lleva su tiempo...Aventuras y desventuras en la "noble" tarea de hacerse médico. Actualmente R4 de MFyC de Málaga. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero al menos sí gratificante. Bienvenidos a vuestra casa, mi hogar
jueves, 10 de mayo de 2012
Cicatrices en el corazón
martes, 18 de octubre de 2011
Tropezar sin caer por el camino
martes, 16 de agosto de 2011
La evolución de un Saliente
Saliente, vocablo de continua metamorfosis. El día después de una guardia de 24 horas en el que no tienes que ir a trabajar.
Recuerdo la dura sensación resacosa de mis primeros salientes, hace ya tres años, cuando terminaba del hospital y me iba directo a la cama donde necesitaba hibernar como un oso en los fríos meses de invierno. Esos tediosos días de post-guardia perdidos en el limbo de la nada, ya que pese a dormitar todo el día no terminabas con la desagradable sensación de haber sido atropellado por una estampida de elefantes, víctima de la mosca tse-tse del sueño. Tres días que se perdían por la exigencia de una guardia: el día de antes, el de la propia guardia y el del saliente…semanas que pasaban demasiado rápido, perdidas, inertes.
Pero uno va curtiéndose en el campo de batalla, hace cicatrices ante las heridas del combate y ya todo es muy diferente. Guardias que se limitan a 24 horas, intensas, provechosas en las que uno a demás de cumplir con sus obligaciones se permite hasta el lujo de estudiar. Días de antes que ya no requieren de concentración, de exilio, de nervios que se apoderan de estómagos. Salientes que no son tales, que transcurren con ritmos frenéticos, en los que descansar ya no es el eje del día debido a los requerimientos de un cuerpo que se termina acostumbrando a la rutina: deporte, obligaciones domésticas, entrar y salir, playa, piscina, ocio… Semanas que duran siete días, días que duran 24 horas, horas de 60 minutos, minutos con 60 segundos.
Esta entrada viene ante la caída de ojos de Nacho en plena boda de Sonia en uno de sus primeros salientes, en el plomizo de Paloma en su post-guardia en Mojacar; en las confesiones camino de vuelta en las que me decía estar KO; en el recuerdo de mis primeros salientes y esa sensación de calor pegajoso de las ciudades de costa a las que visitas e hipotensa hasta marear, que amenaza con noquear pero del que al final, como en esto de los salientes, uno termina acostumbrándose.
Para los que llevan pocas guardias y necesitan aún dormir, sirva esta entrada de canción de cuna
miércoles, 6 de abril de 2011
Aún quedan buenas personas
domingo, 2 de enero de 2011
Guardián en Nochebuena
(24 Diciembre ´10)
Mientras la España más religiosa celebra el nacimiento del niño Jesús y la España más laica se prepara para dar el pistoletazo oficial a las Navidades hay unos servicios mínimos que se encargan de velar por el buen funcionamiento, parecen que no están, que no tienen derecho a reunirse con la familia, que es obligación de un sueldo en ocasiones mileurista: bomberos, policías, servicios de limpieza… y entre otros, personal sanitario.
Debo de reconocer que el año pasado tuve suerte y esquivé trabajar en una festividad especial navideña (24,25 y 31 de Diciembre y 1, 5 y 6 de Enero), pero este año era imposible volver a aliarse con la fortuna e iba a ser Nochebuena el día marcado en rojo en el calendario. El primer 24 de Diciembre lejos de casa, sin el calor familiar, sin las estridentes conversaciones en la larga mesa donde la familia se reúne y entre tonos elevados para hacerse oir entre risas recuerdan anécdotas y pasado
Pero esta Nochebuena mi gente iba a ser otra, iba ser adoptado por la familia del Materno y por unos niños con sus respectivos padres que no entienden de festividades ni de posible melancolía. Fiebre tos y mocos, dificultad respiratoria, exantemas,… la rutina diaria en una fecha tan “especial”
Es duro, sí, pero también es curioso. Cada alta era un deseo de Feliz Navidad, algunos padres incluso me llegaron a desear una feliz Nochebuena para acto seguido y tras comprobar que estaba de guardia reírse con una expresión de “se siente”, o escuchar a lo largo del día que no me podía quejar, que tal como estaba la cosa, tener trabajo era una suerte y que hacerlo en un día como el de hoy era algo así como un privilegio.
Un día especial que será recordado, como una guardia más pero una guardia diferente.
Esta entrada va dedicada en parte a todos esos servicios mínimos que velan por la seguridad de los demás, que hacen que todo siga su curso de manera silenciosa, callada, anónima. Para los residentes que trabajamos ese día, para los que los harán en otros días especiales, para las enfermeras que me invitaron de madrugada a un sorbete de limón, para los padres de los niños que acudían a Urgencias y me deseaban felices fiestas, para ese privilegio de estar donde estamos y para mi familia verdadera que cenó con un comensal menos en la mesa, para los que se acordaron y con llamadas y mensajes me hicieron llegar sus mejores deseos...
Y como estamos ante una guardia especial, dejemos que hablen las imágenes…
Papa Noel se acercó por la mañana al Hospital para repartir regalos e ilusión a los más pequeños
Una cena muy especial. Nadie en el comedor (no es un montaje) 20:45h
Escuchando como hilo musical el discurso del Rey. Me llena de orgullo y satisfacción
El SAS tirando la casa por la ventana: Aguacates con gambas para la ocasión
Mis sufridoras compañeras de Guardia. Este día hicieron de hermanas
Reunión "familiar" en la salita de Enfermería a altas horas de la madrugada. Como veis nada de bebidas alcohólicas (muy triste)
domingo, 26 de diciembre de 2010
Primera Guardia Pediatria
jueves, 2 de septiembre de 2010
Héroes Anónimos
Cuántos anónimos profesores Neira habrá, cuantos desconocidos que día a día se merecen una gloria que les burla como respuesta; cuántas injusticias, cuánto dolor gratuito, tantos héroes sin voz ni voto que arriesgan su vida por la de los demás. Personas que el silencio ejerce de losa, que calla el desgarrador grito de valentía
Hoy, en plena guardia de Feria de Málaga, cuando la media noche empezaba a coquetear con la madrugada, he tenido la fortuna de conocer a un nuevo Profesor Neira, a uno de esos héroes que no copan portadas ni noticias de cabecera pese a ser mucho más dignos de tal honor que una clase política que se empeña en no dar soluciones y cuya única misión parece consistir en hacer preguntas y más preguntas que no esperan respuesta.
Mi anónimo valiente, el protagonista de esta entrada, no tiene nombre, porque nadie se lo ha querido dar, pero para mí, este héroe callado se merece el tributo a modo de entrada. Porque hay que ser muy hombre (en el sentido conceptual del género humano), para intentar apaciguar una pelea en plena feria entre dos desconocidos batidos en duelo, y encontrar como respuesta como una botella te parte la cabeza, el pómulo, y sobre todo, descuelga una ceja izquierda que desafía a la gravedad en tres colgajos multidireccionales que quedarán como recuerdo de por vida, y que cada vez que le devuelvan la mirada al mirarse al espejo, le harán sentirse orgulloso, porque el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional, y a buen seguro, que este joven que se ha convertido en princesa por un día, el orgullo podrá la batalla del quiero y no puedo
Desde aquí, todos mis honores a todos los profesores Neira de este mundo
viernes, 16 de julio de 2010
Primer regalo (no entregado)
Varios compañeros han recibido ya varios “regalos” por parte de pacientes anónimos que agradecen la atención prestada, una tradición que viene de años atrás y que está en desuso. Yo lo más cerca que estuve de tal, fue con una paciente en el Centro Salud, que en plena tarde de estío del verano pasado, volvió a su casa para traerme un Actimel para tener una tarde más llevadera, uno de esos gestos simbólicos que se guardan en ese cajón de sastre de recuerdos que forjan el día a día, donde también hay hueco para esa paciente, que hincando previamente la rodilla y simulando al jurado de “Se llama Copla” ondeaba al aire una cartulina al aire mientras me decía que mi puntuación era de un 10.
Suelen ser bombones, o incluso alguna flor si ha sido una doctora la que ha encandilado al paciente. Pero como había dicho, hasta la fecha, muchos han sido los usuarios de las Urgencias que se habían ido agradeciendo mi actuación, con una expresión muy utilizada “Buen servicio”, pero nadie había certificado las atenciones con un detalle que llevar a casa, que comer o regar. Esa iniciación en el arte del regalo parecía tener las horas contadas. Cuando la noche se echaba, el calor en Málaga se escondía y con ello la gente decide acudir en patrulla a las Urgencias, el padre de un paciente con una gastroenteritis me pillaba por sorpresa:
Mi cara de asombro debió delatarme
- Si doctor, de esos médicos que dicen que no beben Whisky
- Efectivamente- fue mi respuesta- Yo no bebo Whisky, soy más de Ginebra
- ¿Y cuándo tendrá su próxima guardia?
- Este domingo, ¿por?
- Este domingo me va a ser imposible venir porque estoy de viaje, pero vendré el sábado y me encargaré de que sus compañeros de relevo le entreguen la mejor botella de Ginebra que hay en el mercado
Atónito y a la espera de acontecimientos, llegó la guardia del domingo, y en el relevo, tan sólo me pasaron pacientes pendientes de las pruebas complementarias, pero nada con lo que pasar el mal trago de una dura guardia, pero al menos me queda el detalle no consumado de mi primer regalo no entregado
martes, 25 de mayo de 2010
Última guardia en el Hospital Civil
Hace ya doce meses realicé mi primera guardia en el Hospital Civil, esa especie de mercadillo ambulatorio en donde el residente se encuentra vendido en la trinchera de la consulta 2. Recuerdo aquel primer caso siendo un Dr. con consulta propia, una epicondilitis de la que apenas fui capaz de preguntar ni indagar.
Ha pasado ya un año, y al igual que el día inaugural, he compartido en adjunto la figura de Iván, que aquel día me recibió con un frío: "a partir de ahora eres tan médico como yo, así que ponte a ver pacientes", y hoy me ha despedido con un seco: "no te voy a decir que esta exploración es una mierda, pero lo es". 24 horas a pie del cañón, 47 pacientes vistos y me niego a irme con esa sensación agridulce. Quizás me podía haber esmerado más que: COC, BEG, BHyP,eupneico, PICNR, AC: aprecio taquicardia aprox 120lpm, no ingurgitación yugular... pero la clínica en principio era compatible con un cuadro de ansiedad en un paciente joven con episodios similares previos que remitían con autocontrol de la respiración, y que esta noche venían precedidos además de ingesta de tóxicos. Pese a ello, y para que no se escapara nada, he pedido un EKG que ha reflejado una taquicardia supraventricular a 190 lpm (a su llegada a Urgencias 110), que ha precisado administración de Adenosina e ingreso en Observación para realización de curva de enzimas cardiacas
sábado, 1 de mayo de 2010
¿Me pasan con el jefe de la Guardia?
Temiendo por la integridad física y ocular, y desbordado por las múltiples peleas y agresiones que venían para ser valorados y acreditados mediante su parte de lesiones correspondiente, era hora de observar ese ojo. Hiperemia conjuntival, con lagrimeo excesivo y dolor ocular, sin apreciación directa de CE alguno, aunque el paciente comentaba tener una astilla. En principio nada por lo que alarmarse, pero pese a ello, decidí consultar con el Oftalmólogo de guardia, ya que mis conocimientos sobre la materia se limitan a conjuntivitis y poco más. Prescaína, Dexketoprofeno, Pomada Oculos epitelizante y tapar el ojo para acudir mañana por la mañana a Urgencias para nueva valoración por Oftalmología fue el tratamiento pautado por teléfono, ante lo que encontré un paciente que decía que no se iba de ninguna de las maneras sin ser visto por el especialista
Tras varias llamadas a tres bandas, éste seguía en su firme decisión de tratar para valoración dentro de 5 horas en Consulta; el paciente por su lado se encontraba empeñado en poner una reclamación; y yo mientras tanto en medio de una disputa telefónica de la que yo era tan sólo la única cabeza visible.
Así que sin comerlo ni beberlo, y a las 5:00h me encontraba hablando con el Jefe de la Guardia (algo así como el ser supremo con el que no es mejor hablar a lo largo de una Guardia) de nuevo vía telefónica, e interceptando entre el oftalmólogo y el paciente, viendo los disparos de un tiroteo que no era el mío pero en el que era el único que se encontraba en el campo de batalla. Tras idas y venidas, tras llamadas varias, tras dimes y diretes, el paciente fue valorado y tratado según había comentado el Oftalmólogo en un principio, y yo me acosté con la amenaza de una reclamación indirecta, y con la sospechosa satisfacción de haber conocido la voz de esa enigmática figura que es el Jefe de Guardia de la que tan sólo los osados o los incautos tienen el honor de haber escuchado.
Si a quién madruga Dios le ayuda, ¿qué pasa con los que se acuestan tarde?
miércoles, 20 de enero de 2010
Violencia de Género: mi primer gran debate ético
Siempre habían dicho que la anamnesis, la entrevista clínica y la observación visual eran iguales o más importantes a la hora del diagnóstico que las futuristas pruebas complementarias de imagen, que etiquetan, que ven lo que se escapa a los ojos humanos. Siempre lo había escuchado, pero esa sentencia la tenía puesta en duda, pero me estoy dando cuenta que en esto de la Medicina, no siempre se cumple el dicho de que ojos que no ven corazón que no siente.
miércoles, 13 de enero de 2010
32 Horas o cómo no dormir en el intento
Hay un derecho en el ámbito de los residentes, que escrito o no se suele cumplir con fervorizada religiosidad, que no es otro que tomarse el día después de una guardia de 24 horas como Saliente, en la mayoría de los casos tirados en el sofá, en otros, directamente en la cama y los más osados incluso se atreven a hacer vida normal y entrar y salir si las ganas se lo permiten.
Pero hay casos en los que uno no se puede tomar un saliente, bien sea por sugerencia del propio servicio, o por responsabilidades laborales adquiridas ante unos pacientes que no pueden esperar a tu descanso, o como fue en esta nueva experiencia para mí como un capricho del calendario rotacional, que tiene un Enero cogido en alfileres entre Navidades, asuntos propios, guardias y salientes. A modo de gratitud y como en los pocos días que he asistido a la Unidad de Paliativos me he sentido como en casa, me vi auto-obligado a no tomarme el saliente y empalmar una buena “fiesta” a modo de guardia, para con la resaca propia de las grandes noches enganchar con una jornada laboral que resultó ser una pequeña tortura china, y es que para poder aguantar 32 horas trabajando tan sólo habiendo dormido tres horas (que se ven reducidas en noches como ésta en la que te toca un tenor de turno que con sus ronquidos hace tambalear las literas del cuarto de residentes) hay que entrenar y hasta la fecha no lo había realizado y creo que no lo realizaré.
Como no estaba para muchos trotes y pasar la planta es algo más estático, decidí salir a realizar los avisos domiciliarios de pacientes terminales, un pequeño descanso, ya que entre paciente y paciente, entre visita y visita daba una cabezadita que me daba la vida antes de ver a unos pacientes que por desgracia ven como la misma se les escapa de las manos, entre las risas de un adjunto que me veía dar cabezadas con alto riesgo de luxación cervical.
Guardia, trabajo y como guinda al pastel, acudir a una Sesión de Medicina Basada en la Evidencia, en una misión no apta para corazones dolientes… menos mal que este fin de semana, y a modo de kit-kat estará Liverpool que nos espera con su glaciar bienvenida a modo de frío y nieve
lunes, 4 de enero de 2010
El año promete
Si se cumple el dicho de que lo que mal empieza mal acaba, el 2010 a nivel laboral puede ser de traca si nos atenemos a la Guardia del día 2 que estaba marcada en el calendario bajo un halo rojo intenso en ese Hospital Civil que es la nodriza malagueña.
Todos los factores se habían encadenado: dos días seguidos de fiesta sin centros de salud, que el cielo diera una tregua, dejara de llover y luciera un sol radiante, y venir de una Nochevieja de esas para recordar aún en estado semiestuporoso, eran los ingredientes perfectos para hacer de la misma una guardia dura, pero como defiende Murphy, cuando algo va mal puede ir peor, y así fue, con una mañana de calma tensa, una tarde de no parar, una noche con la lengua fuera, y directamente una madrugada para ponerse un Diacepan de 10mg sublingual y olvidar.
Y es que se nota cuando uno puede trabajar relajado a cuando la lista de espera que se agolpa detrás de la consulta se hace interminable. Para servidor, que tiene una media digna de entorno los 30 pacientes vistos por Guardia, ver 44 marcaba un hito a destacar para empezar un año en el que poco a poco habrá que ir cogiendo más responsabilidades
Y especial stress da en lo referente a las Guardias del Civil el rango de entre las 3 y las 4 de la madrugada, hora a la que los adjuntos se van a dormir y te dejan como única cabeza galénica presente, pero el día aún tenía un anticipado regalo de Reyes esperándome: las adjuntas (plantel íntegramente femenino) decidieron irse media hora antes ya que debían de ser las únicas que estaban cansadas, y la gente que parecía oler la sangre en el ambiente, decidió misteriosamente que esas horas de la madrugada debían de ser las idóneas para precisar asistencia médica, así que los pacientes empezaron a agolparse en la sala de espera apareciendo hasta 12 pacientes en pantalla para una única bata que no daba abasto, y que en vez de abandonar el barco hasta las cuatro, hora a la que te dan el relevo para dormir, se quedó emulando a los músicos del Titanic y estuvo hasta las 5:30h tocando de la mejor manera la partitura que los pacientes traían consigo
Llevamos sólo dos días del 2010 pero como decía Mecano, hoy no me puedo levantar…
lunes, 7 de diciembre de 2009
Hasta los pacientes se han ido de puente
La Navidad se aproxima, y muchos de mis compañeros se verán en la obligación laboral de dejar a un lado banquetes al calor del hogar familiar para pasar esos días en compañía de un Hospital que amenaza con convertirse en parte cardinal, en un compañero pegajoso de viaje del que a veces gustaría poder soltarse. A servidor, que no le ha tocado ningún día de los gordos de Navidad, le tocaba, como a muchos otros, trabajar en un largo puente de Diciembre, que debido a esa Diosa fortuna de las Guardias, se ha visto hecho añicos, ya que trabajar justo el domingo, es lo peor que puede pasar en un puente de cinco días, pero una vez asimiladad la realidad, uno tiene que resignarse y aceptar el presente que le ha tocado vivir, una decisión tomada hace tiempo y que imparte una de cal y otra de arena con inusitada frecuencia
Un día atípico este del domingo de puente, ya que hasta parece que los pacientes se pensaron mejor eso de estar enfermos y decidieron que muchos de sus males podían esperar a que este puente pasara de largo, ya que sin duda, y hasta la fecha, fue la guardia más tranquila, donde tan sólo 240 usuarios decidieron invertir parte de su tiempo libre (siempre desde el respeto y el cariño de aquella gente que realmente acude a Urgencias porque lo necesitan) y pasar un día de ocio y descanso esperando pruebas de imagen, analíticas y consultas.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Guardias Centro de Salud
Acostumbrado a ponerme el pijama blanco e ir con la lengua fuera, uno agradece sobremanera su primera guardia realmente tranquila, al calor del hogar, en ese Centro de Salud de la Palmilla con fama de chico malo, pero que hace pasar tardes de calma chicha, que dan lugar para el descanso, e incluso para estudiar y seguir formándose, algo que desde que empezó esta aventura ha sido difícil (por no decir imposible) de compaginar ante el aluvión de acontecimientos que se suceden sin dar una tregua.
Las Guardias del Centro de Salud son el meridiano opuesto a las vividas en el Hospital donde el tráfico se convierte en un ir y venir continuo de problemas que hacen que durante 24 horas no tengas tiempo para pensar en los tuyos. En el Centro de Salud todo es distinto: en la trinchera climatizada que es esa sala de estudio a modo de Biblioteca, uno espera durante toda una tarde a que el teléfono suene y reciba la señal de que un paciente ha llegado a la Consulta 20, ese coso donde uno puede coger el capote y lidiar peleas y problemas varios, que suelen venir con las manos bien juntas y con una pareja del cuerpo Nacional de Policía a modo de escolta.
En ese debut casero, la Guardia fue de las buenas; la tarde del cierre de Julio tan sólo tuvo tres visitantes, todos ellos de causas menores, y sin la responsabilidad que azota continuamente en el Hospital de referencia. El Centro de Salud es el nexo de unión, el filtro primario e imprescindible, ese paso previo que te da la tranquilidad de no tener que actuar de manera precipitada, ya que ante la duda siempre habrá una ambulancia a la puerta del Centro, y un R1 en las Urgencias del Carlos Haya, que con su mejor cara, esperará un puro venido de uno de los muchos Ambulatorios de una Málaga, cuna de esta nueva hornada, que poco a poco va quemando etapas, sin prisa pero sin pausa
sábado, 22 de agosto de 2009
Guardias por un Tubo: la Cuesta de Agosto
En el argot economista, hay una temida cuesta, la de Enero, ese duro mes en el que tras la pomposidad de la Navidad, los bolsillos se resienten y se entran en unos días de austeridad y tender la ropa antes mojada. Hay otro argot, el del Residente, que desconocía, pero que ya no se me olvidará, la temida cuesta de Agosto, esa rampa pronunciada a modo de multiplicaciones para cubrir las vacaciones de los muchos compañeros que inician un merecido descanso en este mes. Guardias y más guardias que se suceden y se convierten en la dinámica de unos compañeros que a base de intensas 24 horas nos estamos convirtiendo en amigos.
Desde el 28 de Julio al 20 de Agosto, día en el que comenzaré mi efímero descanso de dos semanas, tengo 8 guardias, un mete-saca no orgásmico que me hará vivir un atípico mes de Agosto, lejos de playas, piscinas, descanso y estudio, y me enclaustrará en la jungla del hospital, en ese ir y venir de pacientes, en ese artificial aire acondicionado que mitigará el calor de una Málaga que renace en verano, y de la que tendré que ser un espectador cuando las obligaciones me lo permitan.
A fin de cuentas el tiempo es relativo, y seguro que se encontrará un hueco para alguna que otra escapada, como Nerja, Rincón de la Victoria… un nuevo concepto de verano aún por descubrir pero seguro que recordado, el primer verano trabajando. Seguimos creciendo…