Mostrando entradas con la etiqueta perniosis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta perniosis. Mostrar todas las entradas

jueves, 14 de febrero de 2013

Sabañones


Ya lo dije en mi debut televisivo en el programa “Ahora Caigo”: he tenido la suerte de nacer en Úbeda. Su gente, su tradición, su cultura renacentista, su belleza…pero entre la larga lista de dones no se encuentra el clima de la zona, tan árido en el estío y tan seco en invierno que dibuja vaho en la boca, empaña cristales y me deja el recuerdo de la infancia de tener unos desagradables sabañones en las orejas que te acompañaban con servil unión desde Noviembre a Febrero, gracias a las caminatas al alba de 20 minutos desde tu casa al colegio que  hacía que tus orejas enrojecieran, te picaran para terminar dando un desagradable dolor con el que aprendías a convivir.

Los otros días en Málaga, me enseñaron una de esas manos sensibles típicas del invierno de pueblos del interior, pero en Málaga. Ante mi diagnóstico sin importancia debido a que estoy familiarizado con esto de los sabañones, mi otra mitad (feliz San Valentín pequeña) me miró incrédula ante la palabra que había citado “SABAÑÓN” ya que nunca había oído sobre ella ni conocido su existencia.


Es difícil explicar algo que das por sabido, algo con lo que estás tan familiarizado que te hace creer que todo el mundo comparte la información que tu sabes, ya sea por aprendido o por sufrido. La torpe respuesta inicial ha traído consigo que indague en la red, que me vaya a los libros y que rastreé la bibliografía en buscas de explicaciones, remedios caseros y tratamientos que comparto con todos vosotros.

Marchando cuarto y mitad de sabañones, conocidos en el argot científico como perniosis. Información extraída de la maravillosa Revisión de Perniosis de Isabel Bielsa Marsol, de la que he sacado este resumen, para más información, consultar su revisión.


La perniosis consiste en el desarrollo de lesiones inflamatorias, eritematosas y a menudo pruriginosas, de localización acral, tras el contacto con el frío. Puede verse como un trastorno aislado en un individuo por otra parte sano, o bien en el contexto de diversas enfermedades como la anorexia nerviosa u otros trastornos asociados a bajo peso, procesos hematológicos —en especial el síndrome mielodisplásico—, la presencia de anticuerpos antifosfolípidos o, incluso, algunas enfermedades de origen genético en las que, como en la enfermedad de Aircadi-Goutières, existe un trastorno de la regulación inmune. Cuando no se asocia a enfermedad, se habla de perniosis idiopática. El diagnóstico es clínico, si bien el estudio microscópico mediante biopsia puede resultar útil en determinadas ocasiones. Debe distinguirse de otros procesos que, aunque de muy distinta índole, pueden originar lesiones de aspecto muy similar. Entre ellos destaca la perniosis lúpica o chilblain lupus, cuya exacta definición es aún controvertida, y difícil su diferenciación con la perniosis idiopática. El tratamiento es decepcionante y se basa, esencialmente, en la aplicación de corticoides tópicos y la administración oral de bloqueadores de los canales del calcio del tipo nifedipino y felodipino.

Introducción
El vocablo «pernio» significa sabañón, y el término «perniosis» define un cuadro clínico que se caracteriza por lesiones inflamatorias, eritematosas y a menudo pruriginosas que, con una localización acral, se desencadenan con el frío. No se sabe por qué el frío es responsable del desarrollo de perniosis en unos individuos y en otros no. Sí se sabe que la perniosis puede verse como un trastorno aislado en un individuo por otra parte sano, o bien en el contexto de diversas enfermedades, como la anorexia nerviosa, el lupus eritematoso o diversas neoplasias hematológicas, entre otras.
Mecanismo patogénico y factores predisponentes
El mecanismo patogénico por el que aparecen las lesiones de perniosis sigue siendo un misterio. En los individuos normales la exposición a un frío moderado induce a la vasoconstricción, que es seguida de una vasodilatación con el fin de mantener la perfusión adecuada de la piel. Por el contrario, en los individuos afectos de perniosis el frío induce una constricción prolongada de las arteriolas de la piel más grandes y una dilatación persistente de los vasos más pequeños y superficiales. Probablemente esta respuesta anómala de la microcirculación de la piel al frío se debe a un trastorno intrínseco de la propia microcirculación y no reside en anomalías, al menos estructurales, del sistema de inervación de la misma. En este sentido se ha demostrado que no existen diferencias cuantitativas ni cualitativas en la inervación de la piel cuando se toman biopsias de piel afectada de perniosis comparadas con la piel de los individuos normales. Esto es cierto en la perniosis idiopática pero no en los pacientes con perniosis y acrocianosis en un contexto de peso corporal muy bajo, en los que sí se ha demostrado un aumento evidente de las fibras neuronales en la dermis papilar, algunas con una morfología aberrante, como mecanismo. que intentaría compensar la importante pérdida de grasa, y por ende la disminución de su capacidad aislante, que experimentan las pacientes con anorexia.

Las lesiones de perniosis no requieren para su desarrollo la existencia de condiciones térmicas extremas. Pueden aparecer ya en el otoño, cuando el tiempo es frío y húmedo; como es obvio, durante el invierno, y en ocasiones, hasta en primavera. La humedad parece ser uno de los factores más importantes, ya que esta aumenta la conductividad del aire e incrementa la sensación de frío.
Con frecuencia afecta en mayor medida a las mujeres que a los varones. A menudo también existe una predisposición familiar a desarrollar lesiones idénticas, sobre todo durante la adolescencia y en los adultos jóvenes. La masa corporal deficitaria parece ser otro factor que predispone a la aparición de perniosis.
En los varones de edad media o avanzada el desarrollo de lesiones de perniosis en las manos, los pies o la cara puede ser el reflejo de un trastorno hematológico. Aunque infrecuente, se ha descrito la asociación de perniosis con un síndrome mielodisplásico, en especial la leucemia mielomonocítica crónica, y todos los casos descritos son varones mayores de 50 años.
Manifestaciones clínicas
Respecto a la clínica, son pápulas, placas o nódulos violáceos, de distribución bilateral y simétrica, que con frecuencia asientan en la cara dorsal y lateral de los dedos de las manos, aunque también pueden verse en los dedos de los pies, la superficie palmo-plantar, los talones, la nariz o los pabellones. Los pacientes pueden manifestar sensación de dolor, escozor o prurito en las zonas afectadas, y si el daño es intenso pueden aparecer ampollas como consecuencia del edema en la dermis. Las complicaciones pueden ser locales en forma de fisuras dolorosas, sobreinfección o la formación de verdades úlceras. Las lesiones duran algunas semanas, si bien es posible el advenimiento de brotes sucesivos a lo largo del mismo invierno.
En ausencia de tratamiento, las lesiones curan de forma espontánea, sin secuelas.
Esta clínica, a menudo banal, favorece que no sea un motivo de consulta frecuente en dermatología. Los sabañones son (o eran) con frecuencia diagnosticados por el propio paciente, por lo que no hay (o había) demanda de asistencia médica si él mismo reconoce los síntomas. Sin embargo, las mejoras indudables en las condiciones de vida de la población y el calentamiento global del planeta, con el consiguiente incremento de las temperaturas, han hecho
Diagnóstico
El diagnóstico de esta entidad es clínico. La historia clínica y la observación de lesiones características permitirán llegar al diagnóstico en la mayor parte de las ocasiones. En caso de duda, la realización de una biopsia puede resultar de ayuda. Tres son los signos microscópicos cardinales que, en caso de encontrarse asociados, son muy característicos de perniosis: edema en la dermis superficial, un infiltrado linfocitario superficial y profundo intenso, y el predominio del infiltrado en profundidad alrededor de las glándulas ecrinas.
Diagnóstico diferencial
La verdadera dificultad que el diagnóstico de esta condición entraña es su distinción con otros procesos que, aunque de muy distinta índole, pueden originar lesiones de aspecto muy similar, en relación o no con el descenso de la temperatura ambiental en los meses más fríos.
Los principales diagnósticos diferenciales entre los que pensar son congelaciones, acrocianosis, fenómeno de Raynaud, lesiones perniosiformes en el lupus eritematoso o perniosis lúpica, acroqueratosis paraneoplásica de Bazex, enfermedad microgeódica, lesiones perniosiformes en fumadoras de crack, lesiones perniosiformes por dermatofitos y finalmente otros procesos.
Tratamiento
El tratamiento de la perniosis, sea cual sea la situación clínica en la que se desarrolle, es bastante decepcionante. En primer lugar, las medidas de protección al frío mediante la indumentaria adecuada y el acondicionamiento térmico de las habitaciones del hogar siempre resultarán determinantes a la hora de reducir la frecuencia de los brotes. En la literatura se recoge la eficacia empírica de la aplicación tópica de los corticoides, el ácido nicotínico o el minoxidilo.
Dentro de los tratamientos sistémicos, solo los antagonistas del calcio o los bloqueadores de los canales del calcio (en concreto el nifedipino) han sido objeto de pequeños estudios controlados en pacientes con perniosis idiopática. Estos fármacos son potentes vasodilatadores, además de tener cierto efecto inmunomodulador y antiagregante de las plaquetas. Incluye un amplio número de medicamentos que se clasifican según su estructura química y muestran diferencias respecto a su acción y características farmacológicas. El nifedipino es el que tiene un efecto vasodilatador periférico más potente, por lo que puede resultar útil en el tratamiento de la perniosis. Se administra a dosis entre 20 y 60 mg/día, y se aconseja el uso de preparados de liberación retardada. Si se tolera bien, es aconsejable mantener el tratamiento durante los meses de frío. Sin embargo, los efectos secundarios son frecuentes, en especial los asociados a la vasodilatación: cefaleas, mareo, flushing, edemas, etc. Otro antagonista del calcio con un perfil de acción muy similar al nifedipino es el felodipino, pero a diferencia del anterior tiene una vida media mas prolongada y permite una dosificación más cómoda, aunque sus efectos secundarios son similares. El diltiazem constituye una alternativa cuando los anteriores no se toleran, ya que su efecto vasodilatador periférico no es tan potente, pero por este mismo motivo su eficacia en el tratamiento de la perniosis puede verse reducida. Por otro lado, se ha demostrado la ineficacia de administrar vitamina D3 por vía oral en el tratamiento de la perniosis.
Cuando las lesiones perniosiformes se observan en el contexto de una enfermedad autoinmune, el uso de los antagonistas del calcio resulta igualmente útil y constituyen la primera línea de tratamiento. Sin embargo, pueden resultar insuficientes. Finalmente, se ha descrito la posible utilidad de la fototerapia con UVA-1 en el tratamiento de los trastornos acrales de tipo isquémico (enfermedad de Raynaud refractaria al tratamiento estándar, lesiones digitales tipo perniosis y ulceraciones) en los pacientes con enfermedades autoinmunes como el LES y la esclerodermia sistémica. Sin embargo, es necesario realizar estudios más amplios antes de confirmar esta afirmación. La fototerapia con UVA es ineficaz en la profilaxis de la perniosis.


Quiero terminar esta entrada con una serie de recomendaciones, la primera de remedios caseros, y la segunda realizada por el Dr. Segura, prestigioso dermatólogo.

Remedios naturales para los sabañones:
-Aplicar unas gotas de jugo de limón en las zonas con sabañones ayuda a curar esta patología. Se puede usar este remedio varias veces al día.
-Realizar baños con una infusión de apio ayuda a calmar los síntomas de los sabañones. Se coloca 250 gramos de tallos de apio en 1 litro de agua, se deja hervir 1 hora. Luego se lavar la zona con sabañones por 10 minutos. Hasta 3 veces al día se puede repetir este procedimiento.
-Realizar un cataplasma de ajo es muy bueno para resolver los sabañones. Se machaca los ajos y se aplica frotando despacio en la zona donde se encuentran y después de unos minutos se puede colocar glicerina. Se deja media hora y luego se lava para retirar.
-Los baños con la decocción de 30 gramos de romero y 20 gramos de salvia son muy efectivos. Se colocan a hervir las hierbas en 1 litro con agua, después de 10 minutos. Se filtra y se realiza baños cuando esta tibio.
-Según dicen, el aceite del árbol del té es un remedio muy eficaz (aportación gracias a Míriam Sáez Árcija) 

Recomendación Dr. Segura: crema Mahiou