Ya
lo dije en mi debut televisivo en el programa “Ahora Caigo”: he tenido la suerte de nacer en Úbeda.
Su gente, su tradición, su cultura renacentista, su belleza…pero entre la larga
lista de dones no se encuentra el clima de la zona, tan árido en el estío y tan
seco en invierno que dibuja vaho en la boca, empaña cristales y me deja el
recuerdo de la infancia de tener unos desagradables sabañones en las orejas que
te acompañaban con servil unión desde Noviembre a Febrero, gracias a las
caminatas al alba de 20 minutos desde tu casa al colegio que hacía que tus orejas enrojecieran, te picaran
para terminar dando un desagradable dolor con el que aprendías a convivir.
Los
otros días en Málaga, me enseñaron una de esas manos sensibles típicas del invierno
de pueblos del interior, pero en Málaga. Ante mi diagnóstico sin importancia
debido a que estoy familiarizado con esto de los sabañones, mi otra mitad
(feliz San Valentín pequeña) me miró incrédula ante la palabra que había citado
“SABAÑÓN” ya que nunca había oído sobre ella ni conocido su existencia.
Es
difícil explicar algo que das por sabido, algo con lo que estás tan
familiarizado que te hace creer que todo el mundo comparte la información que
tu sabes, ya sea por aprendido o por sufrido. La torpe respuesta inicial ha
traído consigo que indague en la red, que me vaya a los libros y que rastreé la
bibliografía en buscas de explicaciones, remedios caseros y tratamientos que
comparto con todos vosotros.
Marchando
cuarto y mitad de sabañones, conocidos en el argot científico como perniosis. Información extraída de la
maravillosa Revisión de Perniosis de Isabel Bielsa Marsol, de la que he sacado
este resumen, para más información, consultar su revisión.
La perniosis
consiste en el desarrollo de lesiones inflamatorias, eritematosas y a menudo
pruriginosas, de localización acral, tras el contacto con el frío. Puede verse
como un trastorno aislado en un individuo por otra parte sano, o bien en el
contexto de diversas enfermedades como la anorexia nerviosa u otros trastornos
asociados a bajo peso, procesos hematológicos —en especial el síndrome
mielodisplásico—, la presencia de anticuerpos antifosfolípidos o, incluso,
algunas enfermedades de origen genético en las que, como en la enfermedad de
Aircadi-Goutières, existe un trastorno de la regulación inmune. Cuando no se
asocia a enfermedad, se habla de perniosis
idiopática. El diagnóstico es clínico, si bien el estudio microscópico
mediante biopsia puede resultar útil en determinadas ocasiones. Debe
distinguirse de otros procesos que, aunque de muy distinta índole, pueden
originar lesiones de aspecto muy similar. Entre ellos destaca la perniosis
lúpica o chilblain lupus, cuya exacta definición es aún controvertida, y
difícil su diferenciación con la perniosis idiopática. El tratamiento es decepcionante y se basa, esencialmente, en la
aplicación de corticoides tópicos y
la administración oral de bloqueadores de los canales del calcio del tipo nifedipino y felodipino.
Introducción
El vocablo «pernio» significa sabañón, y el término
«perniosis» define un cuadro clínico que se caracteriza por lesiones
inflamatorias, eritematosas y a menudo pruriginosas que, con una localización
acral, se desencadenan con el frío. No se sabe por qué el frío es responsable
del desarrollo de perniosis en unos individuos y en otros no. Sí se sabe que la perniosis puede verse
como un trastorno aislado en un individuo por otra parte sano, o bien en el
contexto de diversas enfermedades, como la anorexia nerviosa, el lupus
eritematoso o diversas neoplasias hematológicas, entre otras.
Mecanismo patogénico y factores predisponentes
El mecanismo patogénico por el que aparecen las
lesiones de perniosis sigue siendo un misterio. En los individuos normales la
exposición a un frío moderado induce a la vasoconstricción, que es seguida de
una vasodilatación con el fin de mantener la perfusión adecuada de la piel. Por
el contrario, en los individuos afectos de perniosis el frío induce una constricción
prolongada de las arteriolas de la piel más grandes y una dilatación
persistente de los vasos más pequeños y superficiales. Probablemente
esta respuesta anómala de la microcirculación de la piel al frío se debe a un
trastorno intrínseco de la propia microcirculación y no reside en anomalías, al
menos estructurales, del sistema de inervación de la misma. En este sentido se
ha demostrado que no existen diferencias cuantitativas ni cualitativas en la
inervación de la piel cuando se toman biopsias de piel afectada de perniosis
comparadas con la piel de los individuos normales. Esto es cierto en la
perniosis idiopática pero no en los pacientes con perniosis y acrocianosis en
un contexto de peso corporal muy bajo, en los que sí se ha demostrado un
aumento evidente de las fibras neuronales en la dermis papilar, algunas con una
morfología aberrante, como mecanismo. que intentaría compensar la importante
pérdida de grasa, y por ende la disminución de su capacidad aislante, que experimentan
las pacientes con anorexia.
Las lesiones de perniosis no requieren para su
desarrollo la existencia de condiciones térmicas extremas. Pueden aparecer ya
en el otoño, cuando el tiempo es frío y húmedo; como es obvio, durante el
invierno, y en ocasiones, hasta en primavera. La humedad parece ser uno de los factores más importantes, ya que esta
aumenta la conductividad del aire e incrementa la sensación de frío.
Con frecuencia afecta en mayor medida a las mujeres que a los varones. A menudo
también existe una predisposición familiar a desarrollar lesiones idénticas,
sobre todo durante la adolescencia y
en los adultos jóvenes. La masa corporal deficitaria parece ser otro factor que
predispone a la aparición de perniosis.
En los varones de edad media o avanzada el
desarrollo de lesiones de perniosis en las manos, los pies o la cara puede ser
el reflejo de un trastorno hematológico. Aunque infrecuente, se ha descrito la
asociación de perniosis con un síndrome mielodisplásico, en especial la leucemia mielomonocítica crónica, y
todos los casos descritos son varones mayores de 50 años.
Manifestaciones clínicas
Respecto a la clínica, son pápulas, placas o nódulos violáceos, de distribución bilateral y
simétrica, que con frecuencia asientan en la cara dorsal y lateral de los dedos
de las manos, aunque también pueden verse en
los dedos de los pies, la superficie palmo-plantar, los talones, la nariz o los
pabellones. Los pacientes pueden manifestar sensación de dolor, escozor o prurito en las zonas afectadas, y si el daño es
intenso pueden aparecer ampollas como consecuencia del edema en la dermis. Las
complicaciones pueden ser locales en forma de fisuras dolorosas, sobreinfección
o la formación de verdades úlceras. Las lesiones duran algunas semanas, si bien es posible el
advenimiento de brotes sucesivos a
lo largo del mismo invierno.
En ausencia de tratamiento, las lesiones curan de forma espontánea, sin
secuelas.
Esta clínica, a menudo banal, favorece que no sea
un motivo de consulta frecuente en dermatología. Los sabañones son (o eran) con
frecuencia diagnosticados por el propio paciente, por lo que no hay (o había)
demanda de asistencia médica si él mismo reconoce los síntomas. Sin embargo,
las mejoras indudables en las condiciones de vida de la población y el
calentamiento global del planeta, con el consiguiente incremento de las
temperaturas, han hecho
Diagnóstico
El diagnóstico de esta entidad es clínico. La historia clínica y la
observación de lesiones características permitirán llegar al diagnóstico en la
mayor parte de las ocasiones. En caso de duda, la realización de una biopsia
puede resultar de ayuda. Tres son los signos microscópicos cardinales que, en
caso de encontrarse asociados, son muy característicos de perniosis: edema en
la dermis superficial, un infiltrado linfocitario superficial y profundo
intenso, y el predominio del infiltrado en profundidad alrededor de las
glándulas ecrinas.
Diagnóstico diferencial
La verdadera dificultad que el diagnóstico de esta
condición entraña es su distinción con otros procesos que, aunque de muy
distinta índole, pueden originar lesiones de aspecto muy similar, en relación o
no con el descenso de la temperatura ambiental en los meses más fríos.
Los principales diagnósticos diferenciales entre
los que pensar son congelaciones, acrocianosis, fenómeno de Raynaud, lesiones
perniosiformes en el lupus eritematoso o perniosis lúpica, acroqueratosis
paraneoplásica de Bazex, enfermedad microgeódica, lesiones perniosiformes en
fumadoras de crack, lesiones
perniosiformes por dermatofitos y finalmente otros procesos.
Tratamiento
El tratamiento de la perniosis, sea cual sea la
situación clínica en la que se desarrolle, es bastante decepcionante. En primer lugar, las medidas de protección
al frío mediante la indumentaria adecuada y el acondicionamiento térmico de las
habitaciones del hogar siempre resultarán determinantes a la hora de reducir la
frecuencia de los brotes. En la literatura se recoge la eficacia empírica de la
aplicación tópica de los corticoides, el ácido nicotínico o el minoxidilo.
Dentro de los tratamientos sistémicos, solo los
antagonistas del calcio o los bloqueadores de los canales del calcio (en
concreto el nifedipino) han sido
objeto de pequeños estudios controlados en pacientes con perniosis idiopática.
Estos fármacos son potentes vasodilatadores, además de tener cierto efecto
inmunomodulador y antiagregante de las plaquetas. Incluye un amplio número de
medicamentos que se clasifican según su estructura química y muestran
diferencias respecto a su acción y características farmacológicas. El
nifedipino es el que tiene un efecto vasodilatador periférico más potente, por
lo que puede resultar útil en el tratamiento de la perniosis. Se administra a
dosis entre 20 y 60 mg/día, y se
aconseja el uso de preparados de liberación
retardada. Si se tolera bien, es aconsejable mantener el tratamiento
durante los meses de frío. Sin embargo, los efectos secundarios son frecuentes,
en especial los asociados a la vasodilatación: cefaleas, mareo, flushing, edemas, etc. Otro antagonista del calcio
con un perfil de acción muy similar al nifedipino es el felodipino, pero a
diferencia del anterior tiene una vida media mas prolongada y permite una
dosificación más cómoda, aunque sus efectos secundarios son similares. El diltiazem
constituye una alternativa cuando los anteriores no se toleran, ya que su
efecto vasodilatador periférico no es tan potente, pero por este mismo motivo
su eficacia en el tratamiento de la perniosis puede verse reducida. Por otro lado,
se ha demostrado la ineficacia de administrar vitamina D3 por vía oral en el
tratamiento de la perniosis.
Cuando las lesiones perniosiformes se observan en
el contexto de una enfermedad autoinmune, el uso de los antagonistas del calcio
resulta igualmente útil y constituyen la primera línea de tratamiento. Sin
embargo, pueden resultar insuficientes. Finalmente, se ha descrito la posible
utilidad de la fototerapia con UVA-1 en el tratamiento de los trastornos
acrales de tipo isquémico (enfermedad de Raynaud refractaria al tratamiento
estándar, lesiones digitales tipo perniosis y ulceraciones) en los pacientes
con enfermedades autoinmunes como el LES y la esclerodermia sistémica. Sin
embargo, es necesario realizar estudios más amplios antes de confirmar esta
afirmación. La fototerapia con UVA es ineficaz en la profilaxis de la perniosis.
Quiero
terminar esta entrada con una serie de recomendaciones, la primera de remedios
caseros, y la segunda realizada por el Dr. Segura, prestigioso dermatólogo.
Remedios
naturales para los sabañones:
-Aplicar
unas gotas de jugo de limón en las zonas con sabañones ayuda a curar esta
patología. Se puede usar este remedio varias veces al día.
-Realizar
baños con una infusión de apio ayuda a calmar los síntomas de los sabañones. Se
coloca 250 gramos de tallos de apio en 1 litro de agua, se deja hervir 1 hora.
Luego se lavar la zona con sabañones por 10 minutos. Hasta 3 veces al día se
puede repetir este procedimiento.
-Realizar
un cataplasma de ajo es
muy bueno para resolver los sabañones. Se machaca los ajos y se aplica frotando
despacio en la zona donde se encuentran y después de unos minutos se puede
colocar glicerina. Se deja media hora y luego se lava para retirar.
-Los
baños con la decocción de 30 gramos de romero y 20 gramos de salvia son muy
efectivos. Se colocan a hervir las hierbas en 1 litro con agua, después de 10
minutos. Se filtra y se realiza baños cuando esta tibio.
-Según dicen, el aceite del árbol del té es un remedio muy eficaz (aportación gracias a Míriam Sáez Árcija)
-Según dicen, el aceite del árbol del té es un remedio muy eficaz (aportación gracias a Míriam Sáez Árcija)
Recomendación
Dr. Segura: crema Mahiou