miércoles, 6 de abril de 2011

Aún quedan buenas personas

(4 Abril ´11)

Seguramente conozcáis la sensación que voy a describir a continuación: dolor de cabeza punzante, malestar generalizado, pérdida de memoria, dificultad para encontrar la concentración al día siguiente, nauseas…Puede que estéis pensando en una resaca tras una noche sin freno, mañanas de Ibuprofeno, pero no intentaba describir esa situación, sino la vivida el día después (saliente) de una guardia, sobre todo después de una guardia intensa, dura y complicada como la de ayer lunes en las Urgencias del Carlos Haya.

Hoy martes amanecía en el Hospital tras entregar el relevo a las 9:00h. Con aturdimiento en la cabeza, con la sensación de entumecimiento generalizado, con la sensación de disconfort gástrico tras la combinación que en otras situaciones sería mortal de chucherías, galletas, snacks, coca-cola sin gas, zumo a punto de caducar del frigorífico de la sala de trabajo de las Urgencias… que devoramos sin control en las madrugadas de guardia… Pero con la sensación de haber sobrevivido a una guardia infernal y a una mañana en el Hospital intentando que me firmaran algunas de las fichas de las rotaciones que tengo que entregar próximamente para la evaluación del segundo año de residencia.

Pero por fin y tras más de 28 horas me iba a casa, al medio día, demasiado cansado como para volver andando, entregado al acomodo de un atestado autobús urbano mientras me evadía en el libro que estoy leyendo (Invisible de Paul Auster). Me bajo del bus, llego a casa, me saco las cosas de los bolsillos y un nerviosismo me sacude el cuerpo. Sin saber exactamente el cómo ni el dónde acababa de darme cuenta de que había perdido mi móvil (iPhone 4) con el que tan solo llevaba unos meses y que es un suculento caramelo para cualquier dueño de lo ajeno.

Y es aquí donde emerge la protagonista de esta entrada, que es una lección para el día a día, un ejemplo a seguir. Podría no ponerle nombre, pero su generosidad me ha conquistado. Tras intentar dos veces ponerme en contacto con mi móvil en paradero desconocido (una comunicaba y otra estaba fuera de cobertura), aparecía al otro lado del teléfono la voz de Rosa que me tranquilizaba y me decía que mi teléfono estaba a buen recaudo, que lo había encontrado entre dos asientos del bus urbano, que había intentando buscar en la agenda a algún familiar para ponerse en contacto con él pero que no había obtenido respuesta, que me indicaba que como me quedaba poca batería tomara nota de su teléfono para hacer el intercambio.

Y allí estaba yo, quince minutos después, comprobando como aún quedan bellísimas personas, héroes anónimos que hacen del día a día un pequeño milagro. Hubiera sido muy fácil no contestar, adueñarse del descubrimiento, venderlo a buen precio… pero tan sólo quince minutos después de darme cuenta de mi pérdida ya podía disfrutar del salvapantallas con la foto de mi sobrino disfrazado de niño Jesús, gracias a este tipo de personas que pese a parecer que sufren el mal pandémico de estar en peligro de extinción ponen un rayo de luz con acciones como esta.

Muchísimas gracias Rosa, espero que si alguna vez te pasa algo como a mí encuentres al otro lado la imagen que proyectas en el espejo, y no como decía Hobbes un hombre que es un lobo para el hombre.

6 comentarios:

  1. Pues qué suerte!!!

    De esas personas quedan pocas

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  2. ¡Hola, Juan! Te escribo de parte de Rosa y en mi propio nombre.
    Ella trabaja en mi casa, ayudándome por las mañanas a sobrellevar la tarea que supone ser madre de familia numerosa cuyo marido prácticamente dedica el 80% de su tiempo a su trabajo y viaja continunamente (estos días, sin ir más lejos, está de congreso en Las Vegas).
    Estaba Rosa contándome lo sucedido ayer cuando ha recibido tu sms para hablarle de esta entrada y a las dos nos has dado una gran alegría porque justo estábamos hablando un momento antes de la diferncia tan grande que existe entre la gente agradecida y educada (mejor dicho, honrada) y la que no lo es y además te mira por encima del hombro.
    Así que, te diré de su parte, que hizo lo que le hubiese gustado que le hiciesen a ella y que le conmovió especialmente ese "niño Jesús" que cogías en brazos y que ella pensó que sería tu hijo (quién sabe a lo mejor otro Niño Jesús te hizo el milagro). Y también que le ha encantado este detallazo que has tenido con ella y le ha hecho mucha ilusión que le hagas "famosa por un día". Y entre broma y broma, como de vez en cuando hay que ir por urgencias y ella vive al lado, se le ha ocurrido que si alguna vez lo necesita preguntará por ti.
    Como ella no es usuaria de internet y yo sí que soy más aficionada a merodear por aquí me ha pedido que te conteste y te dé las gracias de su parte. Se acaba de ir en este momento, no sin antes leer lo que te acabo de escribir.
    Añado que, efectivamente, es una muy buena persona, cariñosa, respetuosa y agradecida y muy trabajadora y no sigo porque me tengo que ir al cole a recoger a mis niños.
    Sólo una cosa más: personas buenas hay muchas más de las que nos hacen creer, la cuestión es saber donde encontrarlas.
    Un afectuoso saludo.
    Luisa C. V.

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  3. Como dirían en Galicia, haberlas haylas, pero creo que se merecía esta entrada, porque en los tiempos que corren lo malo vende mucho más, y lo "lógico" se ha convertido en extraordinario
    Era mi manera de agradecerle su gesto

    Ese niño Jesús es mi sobrino la Noche de Navidad

    De nuevo, mil gracias

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  4. Juan,debes de estar muy contento, no solo por recuperar tu movil,sino por los gestos de Rosa y Lucia.
    Seguro que la suerte te sige sonriendo por ser como eres.

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  5. A mi me pasó algo similar...y aunk no es in iPhone al ser de contrato mi cuenta bancaria va asociada y estaba cagada!!!!!! mi " angel" de la guarda busco " mama mvl" y fue cuando esta me avisó de mi perdida, lo tenia en buen recaudo una amable señora que al encontralo le dió pena y lo recogió, nos pusimos en contacto y fui a su casa a buscarlo, cuando la vi solo se me corrió echarme a llorar!!!!! sisisisisiis dándole las gracias...lo cuento poco xq me da vergüenza, pero me emocioné al saber y ver con mis propios ojos que aún queda gente extraordinaria x el mundo. Ole por todas esas bellas personas! un abrazo.

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  6. ¡Buenas noches, Juan!
    Sólo quiero dejarte un posible regalo para tu sobrino (para cuando sea un poquitín más grande) de parte de un buen amigo ubetense como vosotros. Si te interesa, puedes contactar conmigo a través de facebook.
    Espero que os guste
    http://www.areaeducativa.net/jesus
    Luisa Carrasco Vergara.

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