martes, 21 de agosto de 2012

Corte de Digestión: desmontando el mito


Niño no te metas en el agua que te va a dar algo…, ¡un corte digestión!..., que te puedes morir…, mójate primero la nuca y la barriga…, Mamá, ¿me puedo bañar ya?... ¿Cuánto tiempo más tengo que esperar?... ¿De verdad muere gente por cortes de digestión o es una leyenda urbana?...


Toda una vida escuchando frases similares en verano; en cada piscina, en cada playa, siempre hay alguien con la suficiente credibilidad como para sentenciar y posponer el momento del baño tras la comida. Hace unos días yo fui el “amenazado”: o te metes ahora que acabas de comer o ya tienes que esperar dos horas… ¿Pero es esto verdad?, ¿es un falso mito?. Tras una búsqueda bibliográfica (no muy exhaustiva que estamos en verano y con estas temperaturas una inmersión profunda puede ser peligrosa) podemos llegar a la siguientes conclusiones:

El corte de digestión no existe como tal, se llama síncope de hidrocución y este síncope puede producirse independientemente del proceso digestivo.

Se denomina hidrocución o corte de digestión a un shock termodiferencial (diferencia brusca de la temperatura) caracterizado por un estado sincopal provocado por el contacto brusco de la piel y de las vías respiratorias superiores con el agua fría, lo que desencadena un reflejo de inhibición de la respiración y la circulación generando una sobrecarga cardíaca derecha que ocasiona en la mayoría de los casos una parada cardiorrespiratoria.
En individuos adultos este reflejo no se nota mucho, pero en niños suele ser bastante potente. De hecho, se han informado de bastantes casos por muerte súbita en niños debido exclusivamente a un reflejo de inmersión extremo que provoca alteración del ritmo cardíaco o directamente una parada cardíaca.

Son factores predisponentes:
   Temperatura del agua inferior a los 18ºC
   Exposiciones largas al sol antes del baño.
   Hipertermia. Es decir aumento de la temperatura corporal que puede estar originado por diferentes circunstancias, como trabajos físicos con temperaturas ambientales elevadas.
   Ejercicios físicos violentos con gran sudoración.
   Ingesta de psicofármacos.
   Traumatismos previos a la entrada al agua: por ejemplo al saltar desde cierta altura y caer directamente sobre el vientre se puede producir una pérdida brusca del conocimiento y paro cardiorrespiratorio por inhibición nerviosa refleja.
   Estado digestivo: Las ingestas copiosas de alimentos previas a la inmersión.

Sintomatología:
La mayoría de las veces el síncope es precedido por unos síntomas llamados "señales de alarma". Entre ellos encontramos: estado de sopor o de obnubilación, sensación de vértigo y zumbido en los oídos, dolor de cabeza, fatiga, enrojecimiento de la piel con picazón y sensación de calor, generalmente en el abdomen y la cara interna de brazos y piernas, déficit de agudeza visual con visión borrosa, dolores de localización variable que se presentan en forma de hinchazón, calambres musculares o dolores articulares y/o erección de folículos pilosos (piel de gallina).


El corte de digestión no existe como tal. Es decir, no podemos obviar que haya gente que muera en playas, pero no es un corte de digestión lo que ocurre (pese a que puedan aparecer vómitos, la digestión suele seguir funcionando) lo que ocurre realmente es el síndrome de hidrocución (explicado anteriormente)

El corte de digestión realmente, se trata de un cambio de temperatura y no tiene que ver tanto con la comida, como se puede pensar.
Cuando "hacemos la digestión" el estómago recibe los alimentos, segrega enzimas que los degradan y va haciendo una mezcla de todo gracias al importante componente muscular que posee. Cuando ha terminado, el contenido del estómago se vacía en el intestino delgado. Durante todo este proceso, el estómago necesita gran cantidad de oxígeno, que no tiene otro remedio que tomarlo de los vasos sanguíneos.
Por esa razón, cuando estamos haciendo la digestión, los vasos del aparato digestivo se dilatan, para favorecer el proceso. Como consecuencia de ello, otras zonas del cuerpo, como puede ser el cerebro, reciben una cantidad menor de sangre. No es casualidad que tras comidas copiosas nos entre sueño.

En boca del Dr. Enrique Domíguez Muñoz, presidente de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) quedaría explicado como:
"Ese cambio térmico brusco produce una reacción cardiovascular con una disminución de la frecuencia cardiaca que puede hacer que la persona que la padece sienta náuseas, a veces vómitos, se maree e incluso pierda el conocimiento. Esto, científicamente, se llama síncope de hidrocución”.

El riesgo de padecerlo es independiente de la edad. Incluso la gravedad de este cuadro es más elevado en personas de edad avanzada o con problemas de corazón.

El corte de digestión es más probable cuando la temperatura del agua es especialmente baja o cuando la del cuerpo es especialmente alta. Ocurre, principalmente, en días muy calurosos y con el agua muy fría, siendo más frecuentes en los lugares en los que el agua está muy fría, como pozas o piscinas de la sierra".

Por tanto, el corte de digestión es más probable que ocurra después de hacer ejercicio físico o tras una larga exposición al sol.

Este cuadro tiene que ver con un cambio de temperatura y no tanto con la comida. El proceso de digestión puede llegar a durar hasta cuatro horas, por lo que a pesar de meterte en el agua, el proceso de digestión sigue su curso. Es cierto que si las comidas son más copiosas, el proceso de digestión puede ser aún más largo. Por tanto, se recomienda siempre entrar en el agua poco a poco, mojándose primero la cabeza. "Nunca hay que tirarse de golpe", sería un buen consejo.
Es más probable que después de comer pueda producirse un corte de digestión, ya que después de la comida la sangre se acumula en el aparato digestivo y llega menos sangre a las otras partes del cuerpo, como el cerebro, por lo que en este contexto, es más fácil que un cambio brusco de temperatura y la reacción cardiovascular que conlleva produzcan mareo o pérdida de conocimiento

Por otro lado, las pediatras del Hospital 12 de Octubre, afirman que la peor situación para los niños es si acaban de comer y el proceso de la digestión está en marcha. Por eso ellas sí recomiendan, para los más pequeños, desde que terminan de comer hasta que se bañen esperar 1,5 o dos horas, pero afirman del mismo modo que aunque no se cumplan estas normas, muchas veces no pasa nada.

Recomendaciones de utilidad:
-       que los niños no permanezcan directamente al sol durante mucho tiempo, que se pongan siempre gorros y que estén a la sombra durante y después de las comidas.
-       entrar poco a poco en contacto con el agua e ir mojando el cuerpo progresivamente y sobre todo la cabeza antes de zambullirse. Si a pesar de todo comienza a sentir mareo, visión borrosa o náuseas, no corra riesgos innecesarios y salga inmediatamente del agua.

Borja, como te “ajogues” te mato.

termínate primero el melón,

y luego las tres horas de la digestión,

hay que ver qué mal rato,

pero el niño no me quiere comer,

Borja, corazón,

te lo he dicho cienes y cienes
 de veces,
dobla esa toalla,

¡Qué hartura de playa!

pero mi marío quiere Benidorm,

sa jodío, si tonto no es.

Como el pobre mío

se queda en Madrid,

pa cargar las pilas

su cena en Manila,

su copa en Pachá,
Como te digo una “co” te digo la “o”

2 comentarios:

  1. Te felicito por tu artículo. Me ha gustado mucho como "guinda del pastel" la estrofa de Joaquín Sabina, a quién has olvidado citar al final de ésta y no deberías.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Te felicito por tu artículo. Me ha gustado mucho como "guinda del pastel" la estrofa de Joaquín Sabina, a quién has olvidado citar al final de ésta y no deberías.
    Un saludo.

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