Regalo en consulta

(4 Junio ´12)

Ahora que los recortes son una realidad y que los profesionales sanitarios bajan de escalón profesional con la misma velocidad con las que sus nóminas se desangran, se agradece el reconocimiento de tus “clientes”, de los que verdad importan en esta historia y que serán los más perjudicados de toda la maquinaria reduccionista que se ha puesto en marcha con tan pocas luces por parte de los mismos visionarios que están terminando con todo.

Uno de tantos pacientes que acampa en la consulta en los cinco minutos programados para la misma ya sea con su ajuste del tratamiento, con sus informes hospitalarios, con alguna dolencia aguda que necesita valoración… El esfuerzo añadido de adaptarme a su perfecto acento inglés del Reino Unido con mi spanglish que tan socorrido resulta ser cuando tengo que sacarlo a flote… Una sonrisa por su parte cuando el acto médico da por terminado y la sorpresa de sacar de una bolsa una botella de vino blanco para entregármela a modo de reconocimiento.

No soy un amante del vino, no tengo un paladar formado para su disfrute ni un olfato entrenado para distinguir su elixir aromático…pero agradezco mucho este obsequio que sirve para reforzar la moral y el convencimiento de que el trabajo bien hecho (o al menos el dar todo lo que se tiene) tiene de una manera u otra su recompensa.

Es curioso, ahora de R4 (residente de cuarto y último año, con muchas responsabilidades) cobro menos que de R1 (cuando apenas tenía que tomar decisiones), “gracias” a los recortes en el número de guardias que amenazan con deformar nuestra formación y poner en peligro la adquisición de nuestras competencias…pero en el día a día “cobro” más cuando me hacen entregas como las de hoy o simplemente con un gracias sincero cuando los caminos de/la paciente se separan del mío.

Sé que de eso no come el hombre, pero hoy al menos, brindaré (con vino blanco) por esto. ¡Prost!

El vino es una metáfora de todos los placeres mundanos