Mientras
el demagógico mundo que alababa las inhumanas hazañas de un texano convertido
en Dios de las dos ruedas se rasga las vestiduras, la bomba informativa
desatada por Oprah a golpe de un talonario con tantos ceros que jubilaría a
cualquier mortal sigue devastando con su onda expansiva.
Y es
que Lance Edward Armstrong, el hombre que hizo de un deporte y de una
enfermedad bandera mundial e imagen de superación y heroicidad se ha visto
obligado (la sombra de la cárcel le acecha) a bajarse de la bicicleta simbólica
que funcionaba con pedales y gasolina externa de vanguardista calidad, como él,
tan duro como siempre, reconoció en la reciente entrevista.
No
voy a juzgar los valores deportivos ficticios que se han derrumbado ante la
eterna sombra que acecha a deportes como el ciclismo, en el que sus
protagonistas, los ciclistas, entienden más de vampiros y controles sorpresa
que de preparar la táctica para encumbrar las cotas que marcan los límites del
dolor y el sufrimiento extremo que cada verano nos hace plantarnos delante del
televisor. Tampoco seré yo el que juzgue la educación que ese padre le puede
inculcar a su hijo, ni juzgaré la decisión de todos los que nos compramos la pulsera
amarilla “Livestrong” con la que
identificábamos los valores de la superación y el éxito. No voy a criminalizar
a Armstrong pues mucho me temo que sería dejar a otros tantos sin citar, lo que
supondría un agravio comparativo.
Opiniones
se han leído y se leerán de todos los tipos. Los que lo demonizan, los que le
pidan cadena perpetua, los que se enternezcan ante esa mirada al techo de la
sala buscando las lágrimas para hablar de su hijo, los que piden humanizar el
ciclismo, los que soliciten legalizar el dopaje para que todos jueguen con las
cartas marcadas, los que vean en la enésima confesión de turno el principio de
final. Yo al igual que todos los jueces que somos los ciudadanos y la opinión
pública, tengo mi propia interpretación, pero no es el objetivo de esta
entrada, sino analizar los efectos de las sustancias dopantes con las que Lance
admitió haberse dopado durante sus exitosos años de carrera donde pasó de
disputar Clásicas a proclamarse Rey de Reyes con el hito de sus 7 Tours con
victorias de relumbrón colaterales, justo después de superar un cáncer testicular
que según él, incentivó su espíritu luchador y las ganas de hacerse invencible.
“Armstrong
reconoció que se había dopado con EPO, autotransfusiones, cortisona,
testosterona y hormona del crecimiento”
ElMundo
"Todo se
ha tratado de una gran mentira que resultó bastante perfecta durante mucho
tiempo. No sentía que estuviera haciendo trampas, doparme era parte de mi
trabajo". Admite haber tomado todo tipo de sustancias prohibidas: "Mi
cóctel era EPO, transfusiones y testosterona".
Diario
Marca
ERITROPOYETINA
(EPO)
La
eritropoyetina (EPO) es una hormona glucoproteica que se sintetiza
principalmente en el riñón (90%) y el resto en el hígado. En la actualidad
también se encuentra disponible en cantidades ilimitadas al obtenerse mediante
ingeniería genética.
El mayor
estímulo para su producción lo constituye la hipoxemia, a partir de un sensor
situado en el túbulo proximal del riñón, estimulando las células progenitoras
de los eritrocitos, dando lugar a un aumento del hematocrito y la hemoglobina.
Estos cambios aumentan el aporte de oxígeno a los tejidos, pudiendo mejorarse
la capacidad para realizar ejercicio aeróbico mantenido, que depende del aporte
y utilización del oxígeno a los músculos.
Se sabe que la
capacidad que tiene el metabolismo aeróbico de un sujeto para producir una
mayor cantidad de energía por unidad de tiempo depende de la aptitud de su
sistema de transporte de oxígeno, que es la capacidad para extraer oxígeno de
los pulmones, transportarlo por la sangre y utilizarlo en los músculos. Se
define como consumo máximo de oxígeno la capacidad para utilizar una mayor
cantidad de oxígeno por unidad de tiempo. En principio, el consumo máximo de
oxígeno de una persona será tanto mayor cuanto mayor sea su capacidad para
extraer oxígeno de sus pulmones y difundirlo a la sangre, mayor sea su
capacidad para transportarlo por la sangre unido a la hemoglobina, y mayor y
mejor sea la capacidad de sus músculos para extraer el oxígeno de la sangre y
utilizarlo de modo más eficaz.
La EPO, al
incrementar el número de hematíes y la oxigenación muscular, es capaz de
aumentar el rendimiento en ciertos deportes de resistencia, como el ciclismo
profesional y el esquí de fondo. Se cree que puede ayudar a reducir el esfuerzo
fisiológico durante el ejercicio e incluso acelerar la recuperación tras el
entrenamiento.
Actualmente,
con más frecuencia se recurre a la administración de eritropoyetina
recombinante humana (rHuEpo), lo que ha permitido evitar el riesgo de infección
y el inconveniente del almacenamiento que requiere el dopaje sanguíneo. Su
administración ha demostrado ser eficaz para aumentar la concentración de
hemoglobina (Hb), el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) y la capacidad de trabajo
físico.
En la
actualidad, su detección constituye un reto en el control del dopaje, ya que la
EPO recombinante no se puede distinguir fácilmente de la hormona endógena. Por
ello, la medición del hematocrito (Hct) es una forma indirecta, pero útil, de
detectar el consumo de esta sustancia prohibida; así, un hematocrito superior
al 50% se considera demasiado elevado para la salud del deportista
estableciéndolo como límite superior permitido. También se está procediendo a
nuevos métodos de detección indirectos como a través de marcadores bioquímicos
y sanguíneos de eritropoyesis alterada (Hct de reticulocitos, receptor de
transferrina, % de macrocitos etc.) mediante técnicas de ELISA y métodos
fotométricos; junto con técnicas de detección en orina, por lo que se recurre a
un doble sistema de control de sangre y orina.
La mayoría de
los efectos secundarios en estos consumidores están en relación con un aumento
de la viscosidad sanguínea secundaria a la elevación del hematocrito,
incluyendo cuadros trombóticos, convulsiones e hipertensión. Estos efectos no
se han documentado en los sujetos sanos, aunque existen informes que relacionan
muertes inesperadas en varios ciclistas con el abuso de EPO.
Estos riesgos
asociados al consumo de la hormona, pueden ser mayores en deportistas de
resistencia, donde se pueden dar problemas de hemoconcentración debida a la
presencia de deshidratación asociada al ejercicio prolongado o a los cambios de
volumen plasmático posturalmente inducidos.
Probablemente,
durante los próximos años se asista a la aparición de problemas relacionados
con el dopaje sanguíneo como un incremento en la aparición de casos de
sobrecarga de hierro, eritrocitosis de origen desconocido, anemias
inexplicadas, complicaciones tromboembólicas atípicas, etc.
Conseguimos
aumentar la concentración arterial de oxígeno aumentando la cantidad de
hemoglobina natural que circula en la sangre, siendo las transfusiones de
sangre o de células rojas del propio sujeto o de otro, una manera eficaz.
Consiste en
extraerse sangre durante entrenamientos en alta montaña, que es congelada y
vuelta a inyectar para la competición. Esta manipulación de la sangre permite
al deportista mejorar su rendimiento en la competición
La técnica de transfusión autóloga utilizada como forma de dopaje sanguíneo consiste en extraer un determinado volumen de sangre a un deportista, almacenar dicha sangre durante el período de tiempo durante el cual el organismo recupera la cantidad de glóbulos rojos perdida en la extracción de sangre, y volver a inyectar posteriormente la sangre extraída. Con eso se pretende aumentar el número de glóbulos rojos de la sangre.
Se observa (C1) que entre las semanas 0 y 2, el sujeto tiene una
concentración determinada de hemoglobina en la sangre. Desde la semana 2 hasta
la semana 7, se le extraen 5 veces (una vez por semana), 450 mililitros de
sangre. Después de cada extracción, se almacena la sangre convenientemente.
Durante las 5 semanas en las que se llevan a cabo las extracciones de sangre se
suministra hierro oral a los sujetos. Al final de esas 5 semanas (A), la
concentración sanguínea de hemoglobina es significativamente inferior a la que
se observaba antes de comenzar la primera extracción. Posteriormente, desde la
semana 7 en adelante, hay que esperar de 5 a 7 semanas hasta que los valores de
hemoglobina sanguínea vuelvan a ser normales (similares a los que se observaban
antes de comenzar la primera extracción de sangre) (C2). A partir de ese
momento se vuelve a inyectar al sujeto la sangre que se le extrajo durante las
semanas 2 a 7, y que fue almacenada convenientemente. Las pautas de transfusión
son de 450 mililitros de sangre cada 3-4 días. Con ello se logra un aumento
significativo de la concentración de glóbulos rojos y de hemoglobina en la
sangre.
La sangre puede
almacenarse fundamentalmente de dos maneras:
1)
Almacenamiento de sangre total, en bolsas de sangre especiales, en bancos de
sangre, a una temperatura constante de +4ºC. Sin embargo, este tipo de
almacenamiento presenta el inconveniente de que la sangre total solamente puede
estar almacenada durante, como máximo, 3 ó 4 semanas.. Además, una parte de los
glóbulos rojos se vuelve más frágil durante el tiempo que dura el
almacenamiento. Por consiguiente, se puede estimar que solamente el 60% de las
células rojas almacenadas podrán transportar oxígeno por la sangre cuando sean
transfundidas al propio sujeto.
2)
Almacenamiento de glóbulos rojos congelados. El segundo modo de almacenar la sangre consiste en mezclar los 450 mililitros
extraídos con una solución de 63 mililitros de citrato-fosfato-dextrosa (CPD).
Inmediatamente después se centrifuga la mezcla y se separan sus componentes.
Los glóbulos rojos se mezclan con 100 mililitros de solución
salina-adenina-glucosa-manitol (SAGM). Esta mezcla se congela con glicerol en
nitrógeno líquido. La mezcla congelada de glóbulos rojos se puede mantener
congelada durante varios años sin perder sus propiedades. Cuando se quiere
realizar la transfusión de glóbulos rojos al sujeto, se descongelan dichos
glóbulos rojos y se mezclan con suero salino fisiológico hasta conseguir unos
valores de hematocrito de la mezcla del 50% aproximadamente.
Por lo tanto,
en la actualidad se está utilizando más la transfusión mediante el almacenaje
de glóbulos rojos congelados, ya que se ha demostrado un aumento significativo
de la concentración sanguínea de hemoglobina y del hematocrito (comprendido
entre el 5% y el 28%), y de una mejora significativa del consumo máximo de
oxígeno (entre el 4% y el 13%) y del tiempo de resistencia durante un ejercicio
submáximo (entre el 1% y el 34%).
Esta técnica de
dopaje no está exenta de riesgos. El principal es la contaminación de las
muestras que se puede producir durante el proceso de recogida, manipulación y
almacenamiento de la misma. Además, el riesgo ligado a las transfusiones
aumenta con el número de transfusiones realizadas y con el número de
manipuladores de la muestra. Por último, si las transfusiones se realizan fuera
del medio hospitalario, como ha solido ser frecuente en deportistas, el riesgo
aumenta porque pueden darse reacciones a la transfusión que pueden ser mortales
si no se tratan inmediatamente en el medio hospitalario.
TESTOSTERONA (Esteroides Anabolizantes)
En el
deporte comenzaron a utilizarse hacia los años cincuenta, siendo pioneros un
equipo soviético de halterofilia, para posteriormente extenderse su utilización
fraudulenta a deportes de fuerza y/o de resistencia, con el fin de incrementar la
masa muscular, la fuerza y la potencia. Incluso en ocasiones, con su consumo se
pretende incrementar la agresividad en competición, fenómeno percibido por
algunos atletas como algo positivo.
Se
incluyeron en la lista de sustancias prohibidas por el COI en los juegos de
verano de Montreal de 1976. Desde entonces se han sucedido numerosos escándalos
deportivos por su utilización como por ejemplo en los Juegos Olímpicos de Seul
(1988) la descalificación de Ben Johnson, el primer escándalo deportivo por consumo
de estanozolol tras lograr el récord de los 100 m lisos. Recientemente ha
arruinado el prestigio de figuras consagradas como Tim Montgomery.
La testosterona es la principal hormona masculina segregada por el testículo. Su síntesis, que oscila entre 5 y 10 mg al día, se produce a partir del colesterol, bajo un mecanismo de retroalimentación negativo hipotálamo-hipofisario en respuesta a las gonadotropinas. Esta hormona también se produce, aunque en menor porcentaje, en la glándula suprarrenal y, en la mujer, también se sintetiza en dicha glándula y en el ovario, pero aquí en cantidades menores. Es responsable en el varón de la diferenciación sexual y del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios masculinos, pero también actúa sobre el tejido muscular, óseo y hematopoyético ejerciendo un efecto anabolizante, incrementando la retención de nitrógeno, la masa magra corporal y el peso. Estas acciones parecen estar mediadas a través del mismo receptor androgénico, siendo el factor limitante para la acción de los esteroides anabolizantes el número de complejos hormona-receptor existente.
La
administración oral de testosterona no es eficaz por su vida media corta, pues
se metaboliza rápidamente en el hígado. El objetivo de las modificaciones
químicas en la molécula de testosterona es producir análogos activos con una
absorción mantenida o enlentecida y con un metabolismo hepático disminuido,
habiéndose obtenido andrógenos activos por vía oral (metiltestosterona,
oxandrolona, estanozolol y oximetolona entre otros) y por vía parenteral
(ésteres de testosterona como propionato, cipionato y enantato, ésteres de
nandrolona y metenolona).
Su utilidad
terapéutica es muy variada como hipogonadismo masculino, pubertad retrasada,
estados de desnutrición en el SIDA, catabolismo inducido por corticoides,
anemia grave, angioedema hereditario, rehabilitación postoperatoria y
tratamiento de fracturas. No se contempla ninguna otra indicación terapéutica,
salvo para intentar aumentar de forma fraudulenta el rendimiento deportivo en
los sujetos jóvenes y sanos, incrementando la masa muscular, la fuerza y la
eritropoyesis.
Actualmente,
se acepta que altas dosis de testosterona son capaces de incrementar el
rendimiento deportivo, al aumentar la fuerza, la masa y la potencia muscular.
Incluso puede modificar su actitud frente al entrenamiento, permitiéndole
entrenarse con más frecuencia, tiempo e intensidad y con menor fatiga,
aumentando así su competitividad.
Para
intentar obtener los mayores efectos anabolizantes, reduciendo su posibilidad
de detección o evitar la aparición de tolerancia a un anabolizante en
particular, se suelen emplear en ciclos de 6 a 12 semanas, de forma oral y/o
intramuscular, para después suspenderlos durante un período más o menos
prolongado o seguir consumiéndolos a una dosis más baja.
Actualmente,
se están investigando nuevos métodos de detección, aunque sigue siendo en orina
donde tiene lugar la mayoría de las determinaciones. Así en los últimos años
han ganado popularidad aquellos andrógenos que son difíciles de detectar, o se
metabolizan y excretan en pocos días, en particular el estanozolol y la
testosterona. En los Juegos Olímpicos de Atenas, se detectó la
tetrahidrogestrinona (THG), un nuevo esteroide sintético, hasta ahora
indetectable en orina. El mayor reto lo constituye la detección del consumo de
esteroides endógenos como la testosterona. Actualmente (2005) se ha sugerido
que cuando la relación del cociente T (Testosterona)/EP (Epitestosterona) en
orina es superior a cuatro, se podría considerar dicha muestra positiva, aunque
antes de afirmarse debería investigarse si se trata de falsos positivos
producidos por una situación patológica, déficit enzimático o ingesta de carne
contaminada por anabolizantes.
Los efectos
adversos suelen estar relacionados con el tipo de esteroide, dosis utilizada,
frecuencia, edad, etc. La mayoría de los efectos son reversibles si se suspende
su con- sumo, pero algunos son permanentes. Los más frecuentes incluyen acné
(40-54%), atrofia testicular (40-51%), ginecomastia (10-34%), estrías cutáneas
(34%) y dolor en el punto de inyección (36%). Igualmente se han notificado
graves alteraciones de la función hepática, tumores, peliosis hepática y
angiosarcoma hepático especialmente con las administraciones por vía oral. También
efectos cardiovasculares que pueden poner en riesgo la vida como hipertensión,
miocardiopatía, arritmias y trombosis. Diferenciando por sexo, las mujeres son
muy sensibles a los anabolizantes, pudiendo aparecer virilización con
amenorrea, hirsutismo, cambios en la voz, etc. En los varones, puede aparecer
atrofia testicular, esterilidad y ginecomastia, y con menor frecuencia:
hipertensión arterial, edema e hipertrofia prostática benigna. En el caso de
los niños también se produciría disminución de la talla definitiva por cierre
epifisario precoz. También pueden provocar agresividad, irritabilidad, cambios
de humor y efectos variables en la libido. En consumidores importantes se han
descrito cuadros de depresión mayor o psicosis, incluso varios casos de dependencia
física y suicidio.
HORMONA DEL CRECIMIENTO (GH)
La hormona de crecimiento (GH) es de naturaleza proteica,
su síntesis se realiza en las células somatotropas de la adenohipófisis, con
una producción diaria de 0,4-1 mg en los varones adultos y algo mayor en los
adolescentes y las mujeres. Es liberada a la circulación de forma pulsátil,
fundamentalmente bajo control de dos péptidos hipotalámicos (hormona liberadora
de GH o GhRH y somatostatina), aunque otros factores pueden influir en su
liberación como el ejercicio, el estrés y la hipoglucemia;
Es una sustancia dopante catalogada por la AMA como
prohibida tanto dentro como fuera de la competición. Probablemente su consumo
se ha incrementado entre la comunidad deportiva, tanto en profesionales como
aficionados por su dificultad en la detección y se consume más especialmente
desde que se dispone de GH sintética, aunque sin evidencias científicas de que
mejore el rendimiento atlético, por lo menos a corto plazo.
Muchos deportistas consumidores creen que puede aportar
los beneficios de los esteroides anabolizantes sin ninguno de sus efectos
secundarios y sin poderse detectar; por otro lado, en niños dotados atléticamente, pero con talla normal-baja, puede
resultar atrayente, para entrenadores y padres, la posibilidad de mejorar la
talla y a la vez reducir los depósitos de grasa. Otro método de suplementación
sería mediante la ingestión oral de fármacos capaces de estimular la secreción
de GH endógena como propranolol, vasopresina, clonidina y L-dopa, o bien
aminoácidos también estimulantes de la secreción de GH como arginina, lisina,
ornitina y triptófano32.
Recientemente, con su consumo se han detectado
incrementos en la síntesis proteica, reducción en la oxidación de las proteínas
(que tiene lugar durante la realización de ejercicio físico) e incremento en la
masa magra corporal, aunque no parece mejorar el consumo de oxígeno.
El mayor problema se plantea actualmente, por la
dificultad en la detección del consumo de GH.
Los atletas suelen afirmar que la GH no tiene efectos
secundarios, lo que probablemente sea debido a que emplean una forma inactiva
adulterada o una dosis incorrecta. Hasta el momento no se ha determinado la
seguridad de la GH exógena en sujetos normales, aunque están bien definidos
clínicamente los efectos de la hipersecreción endógena de GH.
El exceso de GH en los niños puede producir gigantismo
por la aceleración del crecimiento óseo longitudinal. En adultos, la hipersecreción
endógena prolongada de GH causa acromegalia que, entre otras, cursa con
miopatía, neuropatía periférica, diabetes mellitus y enfermedad cardíaca,
incluyendo cardiopatía isquémica, hipertensión arterial y miocardiopatía, por
lo que sin tratamiento suelen fallecer antes de cumplir los 60 años. La
enfermedad músculo-esquelética y cardíaca asociada con el exceso de GH puede
ser irreversible, incluso normalizando los niveles de la hormona. Es posible
que aquellos individuos expuestos a tratamientos prolongados de GH y con dosis
extremadamente elevadas, puedan presentar un cuadro similar al de los pacientes
acromegálicos.
En pacientes con déficit de GH en la infancia, tratados
con la hormona en edad adulta, se ha objetivado retención hídrica con aumento
de peso y edema periférico; así como síndrome de túnel carpiano y artralgias.
En algunos pacientes, el edema se resolvió de modo espontáneo, pero otros
requirieron reducir la dosis.
“el
talento no se mejora con doping”
En
parte tiene razón, pero en parte, creo que no. Todos los deportistas son
prodigios de la naturaleza adiestrados bajo duros y exigentes entrenamientos
que desde la infancia se convierten en estilos de vida. El tenista que ocupa el
puesto 100 en el ranking ATP (sirva como ejemplo) y que jamás nos despertará admiración,
es un fuera de serie que compite con una jauría de campeones. Y es por eso, en
el que pequeñas ayudas, por minúsculas y relativas que sean, pueden marcar
tremendas diferencias, la que marca el camino entre ser el mejor y ser
recordado, o caer en el anonimato como Raymond
Poulidor, catalogado como el eterno segundo.
Y en
esta lucha de egos y competencia, nadie está por la labor de hacer dogma de
aquel dicho repetido tantas veces en nuestra infancia tras una derrota, de lo que importa es participar.
En el Tour de 1957m Bahamentos tras coronar primero la cima de la Romeyére, se paró a tomarse un helado |
Bibliografía
consultada:
§ Consejo Superior de Deportes (CSD).
http://www.csd.mec.es/ Acceso 28/11/2005
§ Laudo C, Puigdevall V, Del Río MJ, Velasco A. Hormonas
utilizadas como agentes ergogénicos: situación actual del problema. An. Sist.
Sanit. Navar. 2006, Vol. 29, 2.
§ Textos de Esteban Gorostiaga Ayestarán (Centro de Estudios, Investigación y
Medicina del Deporte de Navarra)
Efectos del dopaje sanguíneo y de la administración de
Eritropoietina (EPO) sobre la aptitud física y la salud.
Efectos de la utilización de Beta-2 Agonistas sobre la
aptitud física y la salud.
Muy buena revisión acerca del dopaje
ResponderEliminarlo del top 100 de la atp es muy cierto
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ResponderEliminarinteresantísimo!! Sin duda!! Graciasss! ;))
gracias por el articulo. Me da igual lo que haga ahora el daño que ha hecho es muy grande.
ResponderEliminarmuy interesante, pero los ciclistas son de los deportistas q más entrenan y de los q más controlados están hoy en día
ResponderEliminarEl problema del ciclismo es que es inhumano y además el espectador exigimos espectáculo. Causa/Efecto.
EliminarAhora creo q no y en el ciclismo no hay q batir marcas, "sólo" batir al rival.X ejemplo la Vuelta ha bajado kms y hay espectáculo
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