(Marzo ´12)
No
sé exactamente lo que dicta nuestro decreto como residentes, y la verdad es que
casi prefiere no saberlo.
Con
el telón de la crisis de fondo, todas las excusas parecen valer al grito de “¡sálvese quién pueda!”. Un infortunio a
modo de accidente de mi tutora al ir a trabajar (gracias a Dios o Alá nada
serio pero lo justo para un mes mínimo de baja) y la respuesta de imposibilidad
de encontrar un sustituto para cubrir esa baja me convirtieron de la noche en
la que me acosté a la mañana en la que fui a trabajar en Adjunto, en un ascenso
meteórico y fulgurante que se ha prolongado durante todo el mes de Marzo.
No
era la primera vez que me quedaba sólo pasando consulta: días sueltos, algún
que otro permiso, alguna ausencia de algún compañero…Pero sí era la primera vez
que la responsabilidad absoluta de un cupo de pacientes caía sobre las
hombreras de mi bata.
Un
mes por delante para pasar consulta, para entablar y empatizar con unos
pacientes que se han hecho míos; para llevar planificación familiar, para tomar
citologías, para poner (nunca lo había hecho sin supervisión) y quitar (nunca
lo había hecho) implantes subdérmicos, para atender las consultas no
demorables, para dudar y preguntar a compañeros más experimentados con los que
compartimos consultas contiguas y los que les agradezco sus respuestas y su
paciencia. Un mes para superar retos, para jugar con el tiempo de retraso de la
consulta, para solventar las caídas tan frecuentes del programa informático
Diraya y para incluso pasar una tarde consulta sin luz a la antigua usanza del
fonendo, la receta y el bolígrafo.
Ha
sido un mes duro, largo y agotador. Con las mismas guardias de siempre y con el
plus añadido del día a día en primera línea de fondo sin trinchera en la que
aguardarme. 31 días en los que el estrés se intercambió con la satisfacción
profesional, 31 días en los que aprendí mucha Medicina pero sobre todo mucho
arte médico. Un mes de decisiones diarias con cada paciente, con cada
tratamiento puesto, con cada fármaco suspendido o cambiado, con cada derivación
hospitalaria.
Pero
Marzo no es eterno y no hay “mal que cien años dure”. Abril ya está aquí y con
él comienza mi rotación rural que me tendrá los próximos tres meses alejado del
bullicio de la capital, en la Málaga profunda de sierra e intimidad.
Seguimos
creciendo
PRUEBA SUPERADA!!!!!
ResponderEliminarNO PODRIA SER DE OTRA MANERA....
De adjunto pero con sueldo de residente, no?
ResponderEliminarAins esta Junta de Andalucía...
Me alegro de que te haya ido tó bien ;)
Sueldo de Residente...y con amenaza de nuevos recortes!
EliminarHoy día no hay diferencias con adjuntos, asi están las cosas
EliminarQue bonita entrada... no hay nada más bonito que un médico con vocación, así que en la rotación rural, seguramente te sentirás aún mejor...
ResponderEliminarMe alegro mucho, por ti.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Doctora!!Espero que el camino que encuentres finalmente sea el tuyo y recibas todo lo que mereces!
Eliminarcuando leo tus palabras me imagino a mí dentro de 4 años "sola" ante el peligro. aún voy a empezar en breve la residencia y tiemblo sólo de pensar en mi primera guardia jaja.
ResponderEliminarun saludo! :)
Cómo olvidar la primera guardia...Dedicado para tí ser0t0nina
Eliminarhttp://memoriasdeunmir.blogspot.com.es/2009/06/jugando-ser-dios.html