(13-20 de Febrero ´12)
Pues
la carrera profesional de Medicina me sigue demostrando día a día que no todo
es dos más dos son cuatro.
Esta
semana tocaba dejar a un lado la dinámica del Centro de Salud en la que ya
estoy inmerso en cuerpo y alma y acudir a la Inspección Médica, una visión
totalmente opuesta sobre una misma realidad (o problema).
En
esta sociedad polimedicada que enferma con mucha frecuencia pese a nuestro buen
nivel de salud, hace falta en ocasiones este juez o detective tirano que haga
de portero de discoteca y diga quién puede seguir de baja o quién debe ser dado
de alta e incorporarse a trabajar.
Médicos
de Atención Primaria que en ocasiones se ven presionados por las circunstancias
del día a día de la consulta; pacientes complicados que sobreinterpretan el
mejor papel de sus vidas en busca de una baja larga que les invalide de por
vida previo sueldo vitalicio; enfermedades de verdad conflictivas que se mueven
sobre el listón del apto y el no apto; pacientes mayores, cansados de trabajar
y cotizar toda su vida que se sienten doloridos y amenazados por la inseguridad
de quedarse sin trabajo a falta de poco tiempo para una jubilación que peligra
y que ven en una posible baja la vía de escapa… Pacientes de verdad enfermos
que no pueden darse de baja por la tiranía de las empresas que ponen la crisis
como excusa perfecta para hacer una esclavitud moderna en pleno siglo
XXI…Situaciones diversas que son el día a día de esta salida laboral de la
Medicina que hasta la fecha conocía de oídas pero desconocía en sus formas.
Decisiones
difíciles que no suelen dejar contentas a ninguna de las partes pero que es
imprescindible para la salud de la economía sanitaria que tanto preocupa y con
razón en los tiempos que corren. A buen seguro que en ocasiones pagarán justos
por pecadores y que algún paciente que no tenía que haber sido dado de alta
haya escapado el filtro del embudo que marca la Inspección Médica, pero la
figura del poli malo es necesaria y fundamental para evitar el fraude laboral
que se produce más de lo que la gente piensa con situaciones en ocasiones
cómicas de pacientes “enfermísimos” sorprendidos por detectives privados
contratados por mutuas.
Utilizo
esta entrada como vehículo para agradecer a la Dra. Pascual el entusiasmo que
pone en su trabajo. Paciente a paciente, caso a caso, muestra sus ganas por
enseñar, por aprender, su vinculación por una rama de la Medicina en la que me
pierdo entre tanta mutua, tanta ley y tanto doble rasero que puede dar lugar a
especulaciones. Gracias a ella la semana que pasé en la Inspección será
recordada como útil y a buen seguro que a partir de ahora, cada vez que de una
baja o firme un parte de confirmación pensaré en ella y en lo aprendido.
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