(23 Marzo ´11)
Hace unos días vi algo “milagroso” en consulta. Era en una guardia que hice en Pediatría (soy masoquista y vuelvo una vez al mes para recordar aquello de fiebre, tos y mocos) y la verdad es que cuando vi el motivo de consulta me dio la risa, ya que estaba a la altura e incluso llegaba a superar a otros como “llanto”. Pues bien, esta vez, versaba “llora sangre” y como que no me lo creía mucho, pero para mi sorpresa, efectivamente, ahí estaba una niña con ambos ojos inyectados en san
gre y unas lágrimas que se caían sin parar de contenido hemático. Tras calmar mi sorpresa (era la primera vez que veía algo así), tranquilicé a la madre suponiendo que era un tipo de conjuntivitis algo más potente que lo habitual, pero de todas maneras antes de ajustar el tratamiento y darle el alta lo consulté con un adjunto que le puso cascabel al gato con el diagnóstico:
CONJUNTIVITIS HEMORRÁGICA.
Pero el destino es así de caprichoso, ya que una mañana de hace dos días, en la consulta de Salud Mental, llegaba una señora entrañable entrada en años que venía por otro motivo, pero que también “lloraba sangre”, manchando un pañuelo que traía entre manos.
Siempre había escuchados noticias sensacionalistas en la televisión de un caso místico, excepcional o milagroso de un niño que parecía divino o de una Virgen que lloraba sangre, y resulta que la Ciencia vuelve a estar detrás de cada puerta que Dios no consigue abrir.
Y ahora, a estudiar, algo de teoría:
La conjuntivitis hemorrágica aguda está causada por el Enterovirus 70 o el Coxsackievirus A24 (más raro, pero también puede deberse a N. meningocócico y a Virus Herpes Simple). Es tanto de rápido comienzo como resolución. La infección se propaga directamente por la inoculación directa y por el uso de toallas, pañuelos o lentes de contacto contaminadas y también con bastante frecuencia por la vía feco-oral.
La conjuntivitis epidémica producida por el enterovirus 70 (EV-70) fue descrita por vez primera en África en 1969. Epidemias por este organismos han aparecido con más frecuencia en Asia.
Se presenta como un comienzo súbito que frecuentemente cursa con quemazón, sensación de cuerpo extraño, humedad e inflamación palpebral. Algunos pacientes tienen además dolor de garganta y malestar-febrícula.
Como signos definitorios se encuentran: hemorragia subconjuntival, conjuntivitis folicular y adenopatías localizadas a nivel pre-auricular.
El tratamiento, al no ser una infección viral con un tratamiento específico, se hace hincapié en la educación higiénico-sanitaria para el control de la infección, entre lo que se encontraría lavados oculares con suero fisiológico frío, tobramicina colirio y también en pomada de aplicación nocturna.
Cada día me sorprendes un poquito más!! no te aburres eh?!.
ResponderEliminarBesitos.
Muchas gracias Dr. Morales por la documentación teòrica
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