miércoles, 22 de julio de 2009

Boda I: Año I: Teresa-Alexis

(escrito el 10 julio de 2009)

Entramos siendo niños y salimos siendo hombres y mujeres. Cuando hace ya siete años comenzamos la andadura común que nos hace ser lo que hoy somos, nadie podía imaginar que el paso del tiempo nos iba a devorar y moldear de la manera que lo ha hecho, cual efecto corrosivo de las olas del mar que forja acantilados y moldea lo imposible. Inmersos en nuestro mundo de fantasías, de estudios, exámenes y demás menesteres, a veces perdemos la perspectiva que nos hace sentirnos Campanillas en un mundo de Peter Pan.

Hoy viernes, la primera loba de la camada se ha comprometido, ante los suyos, en el altar, sorprendiendo a propios y extraños por lo inesperado del evento. Teresa y Alexis han dado el paso más importante de sus vidas, con un golpe de timón inesperado que nos hace despertar del letargo en el que estábamos inmersos. Los tiempos de la infancia quedaron atrás, cuando en el altar, dos enamorados que superaban miedos y rompían barreras se daban el “sí quiero”, que dejaban atrás una vida tranquila y asegurada para emprender una aventura de emociones, dos jóvenes dispuestos a arriesgarlo todo para ganar su particular paraíso en vida.


Un amor de película forjado en la lejana Venezuela, para un guión de novela romántica, y es que el amor no entiende de distancias ni de culturas, de idiomas ni de obstáculos. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero el primer paso para un final común ya está dado. Una casa con cimientos que han dejado el tejado para el final y se han puesto a construirla como dos jornaleros, de sol a sol, con más herramientas que sus propias manos y un sentimiento que a buen seguro les haga superar imposibles. Que la felicidad sea el faro que alumbre vuestra vida, que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel.



Un brindis por el nuevo matrimonio.



¡Vivan los novios!

Se abre la veda de bodas, el pistoletazo de salida ha sonado. Que el ritmo no pare…




Efesios 5:31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne

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