viernes, 17 de junio de 2011

Salud presiona a los Médicos de Cabecera

Me hago "dueño" prestado de esta noticia con la que me he amenizado el trayecto del bus a primera hora de una mañana de saliente desde el Civil (ayer tocaba volver tras un año en el exilio) que he leído en el DiarioSur.

De nuevo la base de la gallina de los huevos de oros, la parte débil de la maquinaria que se hace llamar la Sanidad que vuelve a ser atacada y humillada. Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra contra la Atención Primaria

Aquí os dejo el enlace de la noticia:


«Molestos, intimidados y cohibidos en su ejercicio profesional». Así aseguran sentirse los facultativos malagueños ante lo que tachan de un endurecimiento de los controles efectuados por los inspectores farmacéuticos del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Según denuncian, la «obsesión» de la administración por la contención del gasto sanitario está haciendo que se multipliquen las visitas realizadas a los profesionales que firman más recetas que la media o se exceden en las derivaciones de pacientes al especialista. «Antes este tipo de toques de atención eran anecdóticos. Como mucho, podíamos tener constancia de varios casos al año y motivados por sospechas de fraude. Hoy, sin embargo, todas las semanas recibimos llamadas de compañeros a quienes la inspección les ha llamado a capítulo para revisar las prescripciones emitidas con el único objetivo de buscar el ahorro», asegura el responsable de Atención Primaria del Sindicato Médico, Carlos Camacho.
De momento son solo meros apercibimientos ya que, como matiza Camacho, la «buena praxis» de los facultativos de familia les ha permitido demostrar que el volumen de medicamentos recetados estaba con creces justificado. «No han llegado a abrir ningún expediente disciplinario, aunque en el fondo estos controles son amenazas veladas en toda regla», agrega al tiempo que lamenta que esta situación esté limitando la libertad de prescripción médica en perjuicio de la asistencia prestada al enfermo. «Al final lo que consiguen es que muchos profesionales, por ese miedo a la inspección, acaben recetando menos fármacos de los que necesita el usuario o más baratos y de peor eficacia», apostilla.
La Consejería de Salud recoge en el plan anual de inspecciones sanitarias 2010 un apartado sobre 'control de la prescripción de medicamentos y productos sanitarios' en el que se subraya que «se actuará prioritariamente sobre aquellos facultativos que desviados en sus indicadores de prescripción (...) prestándose especial atención a los hiperprescriptores». El problema, como explican los médicos, es que dicho documento no aclara a partir de qué número de recetas se sobrepasa tal barrera, lo que genera confusión.
El SAS lo niega
Desde la delegación de Salud insisten en que el cuerpo de inspectores se limita «a cumplir su trabajo», que no es otro que garantizar que se cumplan las pautas recogidas en el citado plan publicado en el BOJA. «Nuestro objetivo no es presionar a los médicos sino simplemente hacer la labor de control que nos corresponde», puntualizan desde la inspección al tiempo que advierten de que sus revisiones no se centran tanto en la cantidad de las recetas emitidas como en la adecuación del tratamiento a la patología del enfermo.
Su relato, sin embargo, difiere del de los sindicatos. Rafael González, secretario provincial de Sanidad de CC OO, asegura en este sentido que en los últimos años -al hilo de la crisis- ha aumentado la presión a la que están sometidos los facultativos malagueños. «Todos los meses les hacen una especie de control, tipo auditoría, en el que se analiza las prescripciones que realizan tanto a nivel cuantitativo como cualitativo y a quienes se desvían de esa media se les pide contención», detalla González, quien se queja de que con estos controles estén fiscalizando su trabajo, «limitando nuestra libertad de prescripción», expone.
Ante este escenario, admite que muchos médicos pueden sentirse «intimidados». «Bastante presión soportamos con el número de pacientes que tenemos que atender como para que tengamos que preocuparnos con las recetas que firmamos o las derivaciones que hacemos al especialista», asevera. Lo peor de esta «persecución», como recuerda el secretario de Salud de CC OO, es la repercusión sobre el enfermo. «Cuando uno tiene tantas trabas y cree que puede desviarse de ese gasto medio se lo piensa dos veces antes de mandar un fármaco, lo que va en detrimento de la calidad asistencial», indica.
En la misma línea se expresa Juan Miguel Contioso, secretario de Sanidad de UGT Málaga, quien confirma que «cada vez se producen más visitas inspectoras a los facultativos» como consecuencia de la propia «política de ahorro del gasto de las unidades de gestión». En su opinión, las medidas de control son positivas, «pero no esta persecución», precisa. Según detalla Contioso, la preocupación de los propios directores de los centros de salud por «llevar inmaculadas sus cuentas y no ponerse en el punto de mira del SAS» es la que está multiplicando dichas inspecciones, «ellos mismos las piden», señala para acto seguido reclamar que «no se atosigue a los profesionales sanitarios».
Pacientes indignados
Y mientras Salud se afana por reducir el gasto en medicamentos -el pasado año logró un ahorro de 52,8 millones de euros al recortar la factura farmacéutica un 2,57% según el Ministerio de Sanidad- los pacientes se quejan de que les recetan genéricos que no tienen el mismo efecto que otros fármacos, que les «marean» para darles el pase al especialista y que les niegan ciertas prescripciones.
Es el caso de Dolores Ruano, una ama de casa de 73 años que denuncia que su médico de cabecera se niega a prescribirle todas todas las recetas que le ha mandado el traumatólogo. Después de esperar tres meses para que le atendiera el especialista recientemente por fin fue a consulta, donde le recetaron tres fármacos para calmar su dolencia en un brazo. Sin embargo, asegura que su facultativo no se las firma y solo le da analgésicos. «Estoy indignada porque no se me quitan los dolores desde hace más de un año. Voy a cambiarme de médico», sostiene.
En Málaga no se ha abierto aún ningún expediente disciplinario, como sí ha ocurrido en Granada. En este caso, el médico recibe primero una amonestación que se graba en su expediente como falta y, si se repite, puede ocasionar en su extremo la suspensión de empleo y sueldo.

3 comentarios:

  1. Gracias por publicar, la información es muy interesante.

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  2. Este artículo me parece muy completo ya que esta lleno de información importante.

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  3. Gracias por permitirnos conocer más sobre este tema, ya que es demasiado interesante para aprender sobre este campo

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