Despedidas y Final: El precio de la Amistad

Ahora que el final es inminente, es hora de lavar y tender la ropa. El refranero nos aconseja que de bien nacidos es ser agradecidos, y con esta entrada comienzo un serial de despedidas a modo de agradecimientos y reconocimientos por estos últimos cuatro años de mi vida.

En la frase “un verdadero amigo”, verdadero es algo redundante. Tarde pero a tiempo para descubrir una amistad sincera como la del grupo de compañeros de facultad y allegados con los que he ido edificando un sentimiento, el de la amistad, que no tiene precio.

6 años de carrera en la misma clase te pueden convertir en un perfecto desconocido, pero de repente, los caminos paralelos pueden cruzarse y ser el primer paso para que esta entrada cobre sentido. Aparecisteis a ritmo de Willy Wonca y Peinado´s Club, os hicisteis fuertes en el sufrimiento personal y estudiantil que supuso vitalmente para mí la preparación del MIR y habéis continuado en la distancia de nuestros puntos de trabajo, demostrando que la distancia es una excusa que no justifica el enfriamiento afectivo.

-       Mi gran Fratelo Nacho: un hermano con el que comparto aficiones y formas de ver la vida

-       El espartano José Antonio: su hipertrofia muscular le genera una cardiomegalia hipertrófica que le hace ser una persona como las que no hay

-       Nico: parco en palabras pero auténtico y leal. El gol en Salar lleva su firma

-       Tamara: la grandeza en frasco pequeño. Cada día más

-       Lourdes: la sonrisa que despeja nubes. La música de cualquier fiesta

-       Yesica: un animal interpretativo al que es difícil no apreciar

-       Javi: una mente privilegiada disfrazada bajo as ideas maquiavélicas de tutuma

-       Ocete: la aventura, el poder. The Man. Un peligro con una máquina de afeitar en sus manos

-       Lina: me costó pillar su biorritmo aristócrata pero dulce como un pionono.

-       Jose: el último en llegar pero como los demás. Todo hospitalidad

He compartido experiencias irrepetibles con vosotros durante estos últimos cinco años. He descubierto países y parajes que sin vuestra compañía no hubieran sido lo mismo: Italia, Cuba, Argentina… Hemos compartido congresos, hospedajes y performance, fiestas y carreras míticas bajo el barro o la lluvia. Nos hemos convertido en aspirantes de la fiesta perpetua en médicos respetables y respetados: Medicina de Familia, Neurocirugía, Oncología, Otorrino, Cardiología, Rayos, Enfermería… Hemos edificado nuestra residencia temporal en Granada, Málaga, Murcia, Alcázar, Sevilla, Motril,... ciudades que nos han acogido y que han abierto las puertas de su casa para recibirnos cada vez que hemos estado de paso.

Nadie sabe que nos deparará el mañana, ni qué ocurrirá con el devenir de nuestros caminos, pero sirva esta entrada para dejar escrito lo que me gustaría deciros a la cara pero que no podría. Sois muy grandes equipo, y ha sido una tremenda suerte conoceros, y una fortuna ser parte LDS. Os deseo suerte en la nueva vida que muy pronto cada uno de nosotros iniciaremos

Nos seguiremos viendo en el camino. Siempre vuestro