“Al cabo del día recurrimos al móvil en incontables
ocasiones. Unas veces es para contestar una llamada, otras para enviar un
mensaje o simplemente para ver qué hora es. Sumando todos los usos, ¿cuánto
tiempo le dedicamos al teléfono cada día?
Una reciente encuesta que ha llevado a cabo Mobile
Insurance, una compañía inglesa de seguros para móviles, entre 2.314 adultos
británicos.
Las conclusiones muestran que el promedio de uso diario es de 90 minutos, lo que
supone 22,8 días al año. La empresa
calcula que con la esperanza de vida actual, de unos 80 años, desde los 18 años
una persona dedica 3,9 años a su
teléfono móvil.
Casi la cuarta parte
(24%) se dedica a navegar por Internet; el 21% a enviar mensajes de texto (SMS,
WhatsApp…); el 17% a hablar por teléfono; el 15% a utilizar aplicaciones; el
13% al correo electrónico; el 6% a hacer fotos y el 4% restante se destina a
otros usos.”
Vivir
a la espera de una llamada que parece no llegar nunca. Estar siempre pendiente
del teléfono, de los acordes del tono que esperas escuchar...
Todo
aquel que viva como yo entenderá esta desagradable sensación. Siempre con el
móvil con voz y vibración activados, en la mesita de noche, en el gimnasio,
cada vez que sales a la calle o vas al supermercado, cuando decides hacer
ejercicio para despejar cuerpo y mente, cuando te acuestas y te arriesgas a que
cualquiera interrumpa el descanso no vaya a ser que te llamen y no lo escuches…
Esa
llamada que esperas en la que te confirmen el trabajo que te han propuesto y
del que te han dicho que está prácticamente cerrado con un 99% de probabilidad,
aunque a la espera de los pequeños flecos. Ese 1% que lleva días golpeando tu
mente, como la gota constante que golpea la roca hasta resquebrajarla.
La
ansiedad de la espera, el nerviosismo, la agonía de la incertidumbre. A 17 días
de terminar la residencia, y en busca de esa llamada que calme este stress que
me atenaza, que me aprieta el epigastrio, que me quita el sueño.
Son
las 18:59h y mientras escribía esta entrada, el silencio no ha sonado. El ruido
del silencio del celular es ensordecedor. ¡Maldita espera!
Que no panda el cunico, al final...todo llega. Suerte y animo :))
ResponderEliminarA 17 días de acabar y ya tienes un contrato asegurado al 99%?? Qué suerte!!! :/
ResponderEliminarQue llegue, que llegue...
ResponderEliminarHabrá suerte, los 99% no fallan¡¡¡ que llamen pronto!!!
ResponderEliminarNo te inquietes ! Es pronto y llegará, quizá no cerca de casa ni el trabajo de tus sueños. Consejo desde la experiencia: disfruta y descansa para tomar la decisión adecuada!
ResponderEliminarNo desesperes wanelo... ellos no lo hacen, no les des ese lujo d q se sientan poderosos. Disfruta d tu ocio y sé la envidia de los q no lo tienen.
ResponderEliminarAnimo
Jose
LLevo dos días de vacaciones y estoy que me subo por las paredes. El descanso del cuerpo es sencillo, pero el de la mente cuesta algo más controlarlo.
EliminarUn abrazo hermano!
¡Muchos ánimos, Juan! Seguro que la llamada llega pronto ;) ¡Suerte!
ResponderEliminarSi te sirve de consuelo y aunque no nos conocemos,pero que sepas que somos muchos los que estamos como tú yo también espero una llamada que se alarga...he decidido trabajar en otra cosa mientras tanto, para que los días pasen más rápido y créeme coincido en lo del teléfono..siempre encima...mientras trabajo( en lo que no me gusta, no lo despego del bolsillo y no paro de sacarlo de vez en cuando por si no me enteré de la dichosa llamada..pero como dicen por ahí arriba ---TODO LLEGA! Ánimo..
ResponderEliminar¡Por fin llegó! 100% confirmado!
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