(5 Abril ´10)
Mientras en las calles semanasanteras procesionaba el Resucitado, la cruda realidad me despertaba en las Urgencias del Carlos Haya tras tirarme toda la semana en Úbeda viendo procesiones y atajando por empedrados callejones. Lejos de la Resurrección anunciada en ese bestseller que es la Biblia, lo que parecía es que los pacientes estaban esperando a que llegara el Domingo para acudir a unas Urgencias que por momentos se colapsaron, en el que incluso se estropeó el Diraya y tuvimos que retomar la versión picapiedra de bolígrafo y papel.
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Tras un día con un reguero continuo de usuarios enfermos, y tras el cierre de la Semana Santa y del partido del Madrid, las Urgencias, en el intervalo entre las 22:00h y las 4:30h parecía el metro de Madrid en hora punta, haciendo que la Semana Santa y las vacaciones quedaran olvidadas para abrir los ojos a la verdadera realidad que es el día a día en un Hospital público español, así que atrás quedaron túnicas y capurichos, es hora de batas y fonendos
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